Tras un prolongado tiempo de debates, reflexión y trabajo
nace la Asociación Autonomía y Bienvivir.
Un grupo de personas procedentes de diferentes tradiciones
ideológicas, desde la socialdemocracia al anarquismo, con puntos en común pero
también diferencias, fuimos confluyendo poco a poco en la necesidad de plantear
una alternativa seria, pero no quimérica,
al sistema, al observar la creciente degradación de nuestras condiciones de
vida y la imposibilidad, por otra parte, de encontrar una salida a la crisis
desde nuestros viejos postulados teóricos, que si bien tienen aspectos válidos,
en otros deben ser claramente superados.
Tras discutir, llegamos a la conclusión de que no es
realista seguir creyendo en el retorno a la sociedad de consumo y progreso
indefinido, así como de pleno empleo, pues, por un lado, los indicadores a
nivel internacional señalan
desde los años 70 un prolongado declive en el crecimiento económico, y, por
otro, somos conscientes de los límites del planeta así como sus recursos, que
no son infinitos.
No debemos limitarnos a reclamar el retorno de un viejo
pacto social, por mucho que nos parezca mucho mejor que la situación en la que
nos encontramos ahora, puesto que ese pacto fracasó precisamente por
ser insostenible. Es además, injusto. Al usar la palabra reclamar estamos asumiendo, y
legitimando la asimetría,
la desigualdad. No debemos reclamar sino participar en la construcción del
futuro, del que por nuestro bien debemos desterrar la codicia y la compulsión
por la acumulación material.
También la expresión pleno
empleo, que se presenta como el summun bonun de las sociedades modernas,
esconde
un mal mayor en su seno. Al fin y al cabo un empleo es algo que alguien te
da, como una dádiva, o que se conquista expulsando a los competidores. El
empleo no es más que el reconocimiento de la situación de vulnerabilidad en la
que se encuentran las personas en nuestra sociedad, que no disponen de ningún
otro medio de acceder al trabajo o a la producción.
Una sociedad tiene que repartir de alguna forma los costes y
beneficios que implica su producción material, pero no tiene por qué hacerlo ni
a través del mercado de trabajo ni a través del cuerpo de funcionarios del
estado.
Propugnamos una sociedad sostenida por las siguientes ideas:
la autonomía, o libertad como no dominación, lo que implica desarrollar
una democracia deliberativa y directa así como formas de economía
alternativa, democrática y solidaria; la igualdad; la equidad; la
sostenibilidad o respeto al medio ambiente y finalmente, el
bienvivir, consistente en vivir mejor con menos, en no sustituir las
necesidades sociales y espirituales por sucedáneos materiales.
Si compartes nuestras ideas, nuestra visión de la vida, esta
es tu Asociación. Podrás participar, decidir y hacer oír tu voz en plena
igualdad y libertad, pues nuestro funcionamiento es, conforme a nuestro
ideario, plenamente democrático.
No entiendo nada....sin un empleo u oficio ¿de que vivimos?
ResponderEliminarBuenas LópezIturgaiz,
EliminarHay tres formas de participar en los beneficios de la producción, el intercambio, la reciprocidad y la redistribución. La propia de nuestra sociedad es el intercambio, que es la que da sentido al empleo, pero nos quedan las otras dos, que ya se dan en la actualidad, sólo habría que potenciarlas en determinados campos. Algunas ideas que se barajan son la renta básica, el trabajo autónomo desregulado o libre, y el acceso a bienes públicos no excluyentes que puedan ser trabajados en solitario o en cooperativa.
Respecto a los costes, la forma sencilla es repartir el trabajo asalariado, pero esto plantea muchos problemas, y aunque se lleva hablando de ello desde los setenta, no se ha hecho. De hecho, para las élites, es un signo de estatus no tener tiempo libre. Por eso quizás haya que tomar una postura más heterodoxa, y confiar en que dando a la gente un ingreso básico, después sean capaces de aportar más valor a la sociedad, y a su vez tomarlo, por su cuenta. Esa es nuestra opción, sin excluir otras.
Hay que tener en cuenta que el empleo está linealmente relacionado con el PIB, y el PIB es el mejor indicador que existe del deterioro ambiental. Ambas cosas son lógicas, el PIB mide actividad, y la actividad siempre tiene un impacto, aunque este es muy variable. Ello implica que salvo que la productividad baje drásticamente, si nos centramos en la calidad de vida (mantener el stock de capital) y no en la producción (actividad), no habrá empleo para todo el mundo, de hecho, ya no lo hay. Y si nos centramos en el PIB, la actividad terminará cayendo, como ya pasa, pero de forma caótica, y tras provocar graves problemas ambientales y de agotamiento de recursos. Este es uno de los nudos gordianos a los que llega la socialdemocracia, que no saben resolver, lo cual a su vez les ha llevado a mantener una postura ambigua respecto a las cuestiones ambientales, que son el problema más grave que tiene nuestra sociedad. Por eso es necesario un nuevo enfoque que nosotros aportamos.
No somos decrecentistas, sino “acrecentistas”, defendemos un desarrollo a escala humana, sin necesidad de usar más cantidad de materia o energía, al menos hasta que la tecnología, en un futuro, lo haga posible.
Un saludo,
A través de los enlaces que hay en el texto, puedes acceder a la página web, allí encontrarás una explicación detallada de estos conceptos.
Eliminarun saludo,
Existe la alternativa, que fue la del socialismo en sus inicios, la de la Primera Internacional, que sólo pervive en el anarcosindicalismo y quizá algún movimiento social marginal, del trabajo no asalariado. Del trabajo cooperativo o comunal, donde las personas son socios, no empleados o empleadores. Nuestra sociedad lo ha olvidado, pero nosotros pensamos que hay que retomarlo como idea.
ResponderEliminarExcelente iniciativa. Ojalá prospere. Podéis contar con mi apoyo. Si queréis me podéis contactar.
ResponderEliminarSaludos
Juan Bernardo montejb