Decía a principios de noviembre
el diario El País que no
volverán las oscuras golondrinas, que casi una cuarta parte de las aves que
surcaban los cielos de Europa hace tan sólo 30 años ha desaparecido ¿Cuál es la
importancia de este hecho? La cuestión seguramente no será objeto de una gran
controversia, se trata tan sólo de uno de los daños colaterales del progreso.
La existencia de un menor número de aves seguramente puede ser interpretada por
la mayoría como una pérdida de servicios de recreación, turismo, educación,
ciencia e identidad cultural. Son cuestiones importantes, pero sin duda
secundarias frente al todo relevante: la economía.
Incluso los nuevos partidos
políticos que se presentan como alternativa a aquellos que nos han conducido al
marasmo de la crisis, parecen albergar pocas dudas al respecto. Preguntado
Pablo Iglesias en
el programa televisivo Salvados por la conveniencia de continuar o no con
el consumismo, en el minuto 19 de la grabación contestó lo siguiente:
“No podemos lanzar una enmienda a la totalidad, seguramente si tú y yo decimos que el capitalismo es un sistema criminal que nos lleva hacia la destrucción ecológica del mundo tenemos toda la razón, pero mañana hay que dar de comer a la gente, entonces hasta que podamos lanzar esa enmienda a la totalidad y decir que el crecimiento nos lleva a un abismo y es una locura pero de momento tenemos que garantizar el nivel de vida de la gente.”
Pocos pueden estar en contra de
un discurso tan sensato, en efecto, nadie afirmaría que no se puede garantizar
el nivel de vida de la gente. Pero la cuestión es ¿cómo hacerlo? Y para
Iglesias la forma de conseguirlo es a través del crecimiento del consumo, y en
general del crecimiento económico. Implícitamente se establece una separación
entre la economía y la ecología. Para salvar la economía hay que destruir la
ecología, para salvar la ecología hay que destruir la economía ¿Y quién querría
destruir la economía? Hay que dar de comer a la gente.
Sin embargo, un examen más atento
de la cuestión nos muestra una realidad poblada de aristas:
- Gran parte de los problemas
económicos actuales se deben al descenso de la energía neta que la humanidad
obtiene de los combustibles fósiles. La energía que obtenemos del petróleo está
estancada o declinando ¿acaso no se ha consumido el petróleo que ahora nos falta,
el que podíamos obtener con poco esfuerzo y energía, a causa del consumismo del
pasado, del crecimiento económico del pasado? ¿No habría sido mejor ahorrarlo
para aquello que es realmente crítico para la humanidad?
Energía neta disponible del petróleo. Fuente: El ocaso del petróleo |
- Las capturas pesqueras están
estancadas y hay un grave riesgo de que declinen bruscamente, debido tanto a la
sobrepesca como a la contaminación de los mares, que ha creado las llamadas
zonas muertas. Estas zonas muertas han hecho que por ejemplo el
mar Báltico sea entre un 30 y un 50% menos productivo de lo que podría ser.
Las capturas pesqueras se han estancado. Las capturas marinas (azul) llegaron a su cénit en los años 90 |
Retornos decrecientes de la pesca. Las capturas por unidad de esfuerzo efectivo descienden. |
Algunos caladeros muestran un preocupante declive |
- Las pérdidas no aseguradas por
eventos climáticos extremos aumentaron drásticamente la pasada década, desde
los 5.000 millones a 60.000 – 80.000 millones de dólares al año. Un nuevo
estudio estima que ya nos
cuesta 1,2 billones de dólares al año, el 1,6% del PIB global, y continúa
aumentando exponencialmente.
- La
sequía se ha convertido en un virus global, desde Brasil a EEUU, donde por
ejemplo se
han perdido 2.200 millones de dólares en cultivos. Mientras tanto la
destrucción de acuíferos, sobreexplotados, pone en riesgo la disponibilidad de
agua dulce.
Podríamos seguir, pero estos
ejemplos significativos son suficientes para ilustrar la paradoja ¿Acaso todos
esos problemas y pérdidas económicas no han sido causadas por el consumismo del
pasado, por el crecimiento económico, por la política que nos propone Pablo
Iglesias? Si el crecimiento del pasado es miseria y hambre futura ¿no
estaremos, en nuestro intento de dar de comer a la gente, destruyendo lo que
debería alimentarnos dentro de veinte, diez, cinco años? Igual que el
propietario de un rebaño, que tendría que tratar de mantenerlo constante y
vivir de la leche y la carne de algún animal que pueda sacrificar, pero que va
mermando poco a poco el número de animales, consumiendo más carne de la que se
puede reponer por el nacimiento de nuevos ejemplares, nosotros vamos socavando,
con la política del consumismo, la economía del futuro inmediato. Al ver que la
leche que podemos obtener va disminuyendo, la solución pasa por aumentar la
carne ¿Hasta cuándo cree Pablo Iglesias que podemos seguir adelgazando el rebaño?
Frente a la política del
consumismo y el crecimiento, existe la opción de vivir entre dos límites, el
techo que nos imponen los recursos y la capacidad de absorber nuestros desechos
del planeta Tierra, y un límite inferior o base social, establecida
socialmente, por los derechos humanos.
Fuente: Un espacio seguro y justo para la humanidad |
Para que un objetivo tan razonable
sea posible, la economía no puede continuar guiada solamente por la cuenta de
resultados de las empresas, pero no es necesaria ni deseable una completa
planificación centralizada. Son necesarios cambios institucionales de los que
hemos hablado largamente en este blog, cambios en el
sistema monetario, y en el mercado de trabajo, garantizando la inclusión
básica universal.
No podemos continuar adelgazando
el rebaño, nuestra civilización marcha en rumbo de colisión, y cada segundo es
vital para enderezar el timón. Cuanto antes lo hagamos, mayor será la calidad de
vida de la que podremos disfrutar en un futuro. No estamos exentos de provocar
cambios no lineales en el sistema tierra que pueden ser catastróficos para
nuestro futuro, por poner otro ejemplo, los cambios que hemos realizado en el
territorio, cambiando ecosistemas naturales por cultivos o ciudades, están
desestabilizando todos los ecosistemas, con consecuencias imprevisibles a medio
plazo. Una de esas consecuencias podría ser la disminución abrupta de la
producción primaria de biomasa, que podría llegar antes de lo esperado. Entre
las especies afectadas por los cambios en el territorio se encuentran los
polinizadores, que
necesitan gran variedad de flores para sobrevivir. La reducción o
desaparición de los polinizadores podría llevar a una disminución en la
producción de frutos y semillas, o incluso a un colapso demográfico de las
plantas.
Arreglar estos problemas no es
rentable, dado que como comentábamos en nuestro Programa
para una Gran Transformación, los servicios de la naturaleza no tienen
precio de mercado, tanto la polinización como un clima benigno y propicio para
el desarrollo humano son servicios que nos provee la naturaleza de forma
gratuita. Es por ello que cuando son destruidos nadie paga por ello, pero
evidentemente no todos nos hemos beneficiado de la misma forma de su
destrucción, un ciudadano español medio se ha beneficiado más que el hindú
medio, y los accionistas de las grandes petroleras lo han hecho en mayor medida
que el ciudadano español medio. Los grandes beneficiados con la destrucción del
capital natural (al menos mientras sus consecuencias no alcanzan niveles
catastróficos) son los más reacios a alterar el status quo, y personas como
Pablo Iglesias, que creemos comparte nuestra pasión por la igualdad del ser
humano, no deberían entrar en su juego.
Y es que tal y como nos recordaba
Jesús Martín en
este artículo, citando un viejo proverbio indígena:
“Sólo cuando el último árbol haya sido cortado, sólo cuando el último río haya sido secado, sólo cuando el último animal haya sido cazado, sólo cuando el último monte haya sido destrozado, nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer”.
Hola Jesús, parece que los de Podemos andan un poco perdidos. De todas formas habéis probado algún tipo de contacto, creo que esta formación tiene (y puede) que evolucionar bastante.
ResponderEliminarUn saludo
Buenas Don Quisancho,
EliminarNo. Estamos muy atareados dando forma a nuestras propuestas, principalmente en The Oil Crash y también en una presentación pública. Esperemos que vayamos confluyendo, pero primero tenemos que tener una base social más amplia, y más capacidad para llegar a la población española.
un saludo,
Puede parecer, no tan sorprendentemente, que todavía queden millones y millones de personas, bien no saben, bien no quieren reconocer, que este sistema galopa hacia el desastre en muchas cuestiones vitales como comentáis. Políticamente esto tiene su reflejo, tal y como comenta Mújica: "el hombre no gobierna al mercado, el mercado es quien gobierna al hombre", "el mercado a creado sociedades de mercado", ¿como convencer a esas personas? pienso que esto es a lo que se refería Pablo Iglesias en esa entrevista.
ResponderEliminarAlgunos reconocemos que la educación es la clave para desencadenar el cambio desde abajo y los políticos que si reconocen los males creen que el camino es desde arriba, desde la política. Me queda la duda de saber si tan solo podrán socavar esta ola o esta ola terminará ampliamente ahogándonos a ellos e incluso al resto de intentonas por desarmarla. Ahora, si no me equivoco pienso que si todos luchamos es porque tenemos fe en conseguirlo de una u otra forma.
Un saludo.
Buenas Anónimo,
EliminarPedimos a los lectores que se identifiquen con un nick para comentar. La forma más sencilla de hacerlo es con nombre/url o simplemente firmando al final del texto.
Hay una lucha brutal, es cierto, en el terreno de la hegemonía cultural. Precisamente hablaba de esto mismo en Facebook. No soy experto, pero creo que Lakoff hablaba de metáforas conceptuales que estaban incluidas en el lenguaje. Por ejemplo, cuando se habla de un rey se le llama "alteza", e igualmente se habla de "clases altas", sin embargo la "bajeza" no es algo que se tenga en gran estima. En realidad creo que puede ser más provechoso hablar de "un lugar seguro y justo para la humanidad" que de "decrecimiento", pero doctores tiene la iglesia. Nosotros mientras tanto vamos a seguir insistiendo en la información, y en analizar la realidad según nuestro prisma, cuanta más gente nos ayude mejor.
un saludo,
Hola Jesús.
EliminarNo te falta razón. Serge Latouche ya habla abiertamente de acrecimiento
Buenas Ecora,
EliminarSupongo que son elecciones que hay que hacer, al hablar de decrecimiento se optaba por un término muy potente, en el sentido que era muy provocador, haciendo blanco de las críticas lo más sagrado. Es como si en la Edad Media hubiese surgido una corriente de ateísmo o agnosticismo. Por otro lado, se trata de un término puramente negativo, no en el sentido de que sea malo, sino en el sentido que se define tan sólo en oposición a.
Son temas que nosotros estamos trabajando de otra forma, al hablar de bienvivir, inclusión, autonomía, etc.
Es una creencia común que sin crecimiento no puede haber nada para los de abajo. Y nuestro modelo económico es una consecuencia de esta pauta cultural. Sin embargo esto no es redistribución sino supeditación: sólo se comparten los recursos del planeta en la medida en que seamos sirvientes, y cada vez se comparten peor.
ResponderEliminarOtra pauta cutural común es actuar como si esa servidumbre productiva no consistiera en una vasta transformación del medio natural. Como nos hemos alejado de este, parece que no estamos manipulándolo. Pero todos los artificios que manejamos se nutren de la naturaleza y dependen de ella.
Si cambiamos estas creencias, habremos dado el primer paso. Ha de cambiar lo que consideramos condición y lo que consideramos posibilidad. Tanto la preservación del patrimonio natural como la suficiencia económica de todos deben ser las condiciones de la organización social, y los excedentes en forma de beneficios deben ser sólo la posibilidad en la medida en que puedan generarse a partir de esa suficiencia.
Si dejamos de ser siervos, dejaremos de ser destructivos.
Saludos
Buenas Ecora,
EliminarSin duda esos son los nudos gordianos, que más que deshacer habrá que cortar con la espada. Es necesario cortar el vínculo entre consumo y empleo, como bien dices. Respecto a la degradación, creo que es visible para la mayoría, aunque se mantiene la creencia en milagros, posiblemente porque no han investigado a fondo la profundidad del problema.
un saludo,
" Si dejamos de ser siervos, dejaremos de ser destructivos. "
ResponderEliminarPorque al dejar de ser siervos no nos podran utilizar para destruir.
Sin embargo somos muy duchos en la creacion de diferencias, de desigualdades percibidas, tal y como lo ha demostrado la sociedad de consumo con personas que logramos cubrir con margen el minimo de subsistencia, pues ello no incorpora la forma de inclusion que deseamos y se nos hace desear, de modo que no es raro incurrir en tantos o mas gastos y sacrificios para obtener algo no estrictamente necesario y de discutible utiidad pero valorado como signo, signo de distincion o pertenencia, signo de inclusion.
Efectivamente, Dubitador, esa ambición decadente es la otra cara de "la moneda". Pero también nos permite verlo de otra forma: en buena medida lo que se persigue no es exactamente algo material sino prestigio o reconocimiento. Y este depende de los valores comúnmente aceptados. Si cambian estos valores, cambiarán las ambiciones.
ResponderEliminarNecesitamos un cambio cultural que además introduzca la ética, el conocimiento y los límites planetarios en la organización social, deshaciéndonos antes del poder como mérito y de la exclusión como posibilidad.
Buenas Ecora y Dubitador,
EliminarMi intención es abordar también esa parte, desde una perspectiva complementaria, la de la ética, el no-poder. Es una cuestión a debatir, pero estoy intentando formar un pequeño equipo para desarrollar estas cuestiones.
Un saludo,