Una
dieta agradable, sencilla y que nos permite vivir más tiempo y de
más calidad mientras reducimos nuestro impacto sobre el planeta ¿Es
posible? Sí, y está avalada por la ciencia, pero no todo es
mantener un peso adecuado, también hay que comer pocas proteínas.
Comer
bien, cuidando tu salud y reduciendo de forma muy notable tu impacto
sobre la biosfera es posible siguiendo “La dieta de la longevidad”
del investigador Valter Longo, el “gurú” de la larga vida.
Hace
ya algún tiempo que empresas como Barilla, dedicadas a la
fabricación de alimentos procesados a partir de la harina de trigo (sí, el pan, la pasta y el arroz no tienen que estar en la parte ancha de la pirámide, solo por encima de los vegetales),
señalaron la coincidencia entre la pirámide nutricional saludable y
la de los alimentos sostenibles.
Sin
embargo, las recomendaciones basadas en la pirámide de la
alimentación pueden inducir a error. Además de contener algún
gazapo, no transmiten los enormes beneficios de seguir una dieta
sostenible: reducir la incidencia del cáncer y de las enfermedades
cardiovasculares, neurodegenerativas (como al Alzheimer) y
autoinmunes.
No
se trata sólo de ingerir las calorías adecuadas y mantener un peso
y un perímetro abdominal saludable, lo que sin duda es importante,
también importa cómo ingerimos esas calorias, por lo que algo adecuado a corto plazo para mantener un peso óptimo, puede no serlo
para mantener la salud a largo plazo. Como señala Longo:
Una alimentación con bajo contenido de proteínas, similar a la que siguen los centenarios de Molochio, se asocia a una incidencia menor de tumores y, en general, a una vida más larga.