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lunes, 26 de marzo de 2018

La dieta del bien común: vive más y mejor salvando el planeta


Una dieta agradable, sencilla y que nos permite vivir más tiempo y de más calidad mientras reducimos nuestro impacto sobre el planeta ¿Es posible? Sí, y está avalada por la ciencia, pero no todo es mantener un peso adecuado, también hay que comer pocas proteínas.



Comer bien, cuidando tu salud y reduciendo de forma muy notable tu impacto sobre la biosfera es posible siguiendo “La dieta de la longevidad” del investigador Valter Longo, el “gurú” de la larga vida.

Hace ya algún tiempo que empresas como Barilla, dedicadas a la fabricación de alimentos procesados a partir de la harina de trigo (sí, el pan, la pasta y el arroz no tienen que estar en la parte ancha de la pirámide, solo por encima de los vegetales), señalaron la coincidencia entre la pirámide nutricional saludable y la de los alimentos sostenibles.



Sin embargo, las recomendaciones basadas en la pirámide de la alimentación pueden inducir a error. Además de contener algún gazapo, no transmiten los enormes beneficios de seguir una dieta sostenible: reducir la incidencia del cáncer y de las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas (como al Alzheimer) y autoinmunes.

No se trata sólo de ingerir las calorías adecuadas y mantener un peso y un perímetro abdominal saludable, lo que sin duda es importante, también importa cómo ingerimos esas calorias, por lo que algo adecuado a corto plazo para mantener un peso óptimo, puede no serlo para mantener la salud a largo plazo. Como señala Longo:

Una alimentación con bajo contenido de proteínas, similar a la que siguen los centenarios de Molochio, se asocia a una incidencia menor de tumores y, en general, a una vida más larga.

martes, 20 de marzo de 2018

Sin filosofía, por favor, somos científicos sociales.




«Las cifras a menudo me seducen, particularmente cuando tengo que arreglarlas yo mismo; en cuyo caso la observación atribuida a Disraeli a menudo se aplicaría con justicia y fuerza: "Hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas"».  Mark Twain.

Lo que empezó con juegos de azar allá por el siglo XVII con Pascal, hoy es utilizado hasta para teorizar sobre Dios, “e incluso si la existencia de Dios nunca es probada o refutada con certeza de una manera u otra, la evidencia disponible y el razonamiento pueden arrojar una estimación de la probabilidad lejos del 50 por ciento”, razona Richard Dawkins[1].

Es una realidad el hecho de que nos encanta razonar en términos probabilísticos, tengan o no algún sentido[2].


David: ¿Cuál crees que es la probabilidad de que llegue un autobús en los próximos cinco minutos?
Zaka: ¿Eh?
David: Estaba pensando en correr cuesta arriba para conseguir algunos cigarrillos. Me imagino que tomará tal vez cinco minutos. ¿Cuál cree que es la probabilidad de que llegue un autobús antes de que regrese?
Zaka: No lo sé. Un autobús podría venir
David: ¿Pero es probable?
Zaka: ¿Qué quieres decir?
David: ¿Sabes cuál es la probabilidad? ¿Hay una gran probabilidad de que llegue? ¿O solo una pequeña probabilidad?
Zaka: ¿Una probabilidad puede ser grande o pequeña?
David: Bueno, ¿es más como 1 entre 10? ¿O más como 50-50?
Zaka: ¿Cómo lo sabría? No sé cuándo llegará el autobús

Transcurría así, una conversación del antropólogo David Graeber con un malgache donde concluye, y no sin falta de razón:

lunes, 12 de marzo de 2018

Para el economista que llevamos dentro: 7 maneras de pensar la economía en el siglo XXI con la Economía Rosquilla


“Lo que importa es la caja de herramientas mentales con las que, por las que, y a través de las que experimentamos e interpretamos el mundo.” E. F. Schumacher

“El universo es turbulento, caótico, dinámico… se reorganiza y evoluciona; crea diversidad, no uniformidad. Esto es lo que hace a nuestro mundo interesante, lo que lo hace bello, lo que permite que siga su marcha.”  Donella Meadows

“Ver diferente es vivir diferentemente, y vivir diferentemente es la clave para evitar esta crisis medioambiental.” Leslie Davenport

Continuando el anterior artículo “Dos mujeres extraordinarias con dos herramientas necesarias para la regeneración y el bienvivir”, daremos paso a otra mujer extraordinaria, la economista Kate Raworth, promotora de la economía rosquilla o economía del “doughnut”. (Parece ser que la palabra “donut” tan utilizada para designar ese bollo redondo con agujero es una marca registrada en España, no así en inglés, por ello, se ha traducido el libro como economía rosquilla.)

Este libro llega a su versión española diez meses después de su arranque triunfal en el mundo anglosajón y es, sin lugar a duda, uno de esos libros del bienvivir para 2018. Aún diría algo más, lo incluiría directamente en un selecto grupo de libros del bienvivir de este siglo XXI, o bien, como alguno de los elogios que he oído y con los cuales me identifico totalmente:

“Este es realmente el libro que todos hemos estado esperando. Kate Raworth nos proporciona el antídoto a la economía neoliberal con su visión radical y ambiciosa de una economía al servicio de la vida. Dado el estado actual del mundo, necesitamos la Economía Rosquilla ahora más que nunca.”  L. Hunter Lovins

Al igual que comenté en el anterior artículo sobre el libro de Naomi Klein, es imposible hacer que la parte sea el todo, es decir, mi análisis y reflexiones no harían justicia a la amena experiencia de leer completamente el libro. Como decía André Maurois, “La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta.”, de este modo, al leer el libro, este nos hablará y se manifestará diferentemente en cada uno de nosotros, pero lo que sí será igual para todos es que no nos dejará indiferente ante esa nueva brújula que nos muestra.

   Fuente: Raworth, K. (2018) Economía rosquilla: 7 maneras de pensar la economía del siglo XXI, Ediciones Paidós



¿Cómo podremos volver a echar nuestra mirada hacia atrás después de haber contemplado ese espléndido paisaje?

martes, 6 de marzo de 2018

La teoría económica como caballo de Troya: Precedente.


Los economistas clásicos, cuyo mayor representante es Adam Smith, pensaban que la actividad económica debía realizarse sin la intervención del Estado, alcanzándose así una armonía. Ya antes de los clásicos, en Francia los fisiócratas habían pensado lo mismo. Smith, como tutor del hijo del noble Henry Scott, viajó a Francia, donde entablaría contacto con fisiócratas, en su obra, "la riqueza de las naciones", comenta al respecto de éstos:

"Sin embargo, este sistema, con todas sus imperfecciones, es quizás la aproximación más cercana a la verdad que ha sido publicada sobre el tema de la economía política; y es por esa razón, vale la pena la consideración de cada hombre que desea examinar con atención los principios de esa ciencia tan importante. Aunque al representar el trabajo que se emplea sobre la tierra como el único trabajo productivo, las nociones que inculca son, tal vez, demasiado estrechas y confinadas".

Esta idea sigue hegemónica hoy, por ejemplo, en un reconocido "keynesiano":

"Creo firmemente que las ideas de la teoría de la autoorganización pueden modificar sustancialmente nuestra manera de concebir la economía".  
"La organización espontánea de la economía", en 1996. Paul Kurgman.

"Creo firmemente", escribe Paul Krugman en su libro, como buen creyente que ha sido santificado por los clásicos. Los fisiócratas, como inspiradores de los economistas clásicos, serán el precedente a la teoría económica usada como caballo de Troya.

Partes 1 2 y 3 de la serie, enlace en el título.

La economía como caballo de Troya: "Génesis", "mercantilismo" e "interludio para la situación española".








 -Que faut-il faire pour vous aider ?               (¿Qué deberíamos hacer por ayudaros?)
-Nous laisser faire.                                          (Dejadnos hacer.)

Atribuida a una conversación entre Colbert y el comerciante Legendre durante una reunión.


El periodo del mercantilismo, marcado por el comercio colonial y el desarrollo de las manufacturas, acabará dando lugar a grandes empresas comerciales[1]. La artesanía, propia de la producción individual, irá siendo desplazada por una producción solidaria[2], plural, que dará lugar al modo de producción capitalista, alejado del artesanal.  

El aumento del poder de los capitalistas, principalmente privados, se verá limitado por el Estado, cuya política monopolista propia del mercantilismo y privilegios hacia la aristocracia presentará un impedimento para la actividad del hombre de negocios[3].


                                                Grabado de la bolsa de Amsterdam (1612). Claes Jansz Visscher.


viernes, 2 de marzo de 2018

Dos mujeres extraordinarias con dos herramientas necesarias para la regeneración y el bienvivir


“Invierte unos pocos momentos en pensar. Esto te pagará un buen interés.” Autor desconocido

“La calidad de nuestra vida y lo que producimos, hacemos o construimos, depende precisamente de nuestro pensamiento. El pensamiento de calidad pobre es costoso, en dinero y en calidad de vida.” Linda Elder y Richard Paul

La publicidad, las noticias falsas, la post-verdad son, entro otros elementos comunicativos, pequeños ruidos que ensordecen nuestro pensamiento sacando a relucir nuestros instintos y emociones. No es que valore más el pensamiento sobre el instinto o las emociones, al contrario, cada uno tiene más ponderación dependiendo del lugar y contexto, aunque desde una perspectiva más holística los tres parecen trabajar en paralelo con sus correspondientes limitaciones y supeditado a ese entorno concreto. Todos ellos pertenecen a nuestra herencia evolutiva y si se han conservado es por su funcionalidad en esos momentos. Sin embargo, el uso de cualquiera de esos atributos en un contexto distinto a su especialidad pudiera ser un desastre. ¿quién se pone a pensar cuando de repente va caminando por el campo y se le cruza una serpiente? ¿qué tipo de comunicación emplearías en un entierro, uno más racional o uno más emocional?

En este artículo y en uno posterior, reflexionaremos sobre dos mujeres extraordinarias, Naomi Klein y Kate Raworth que utilizan dos extraordinarias herramientas, el pensamiento crítico y el pensamiento sistémico tan necesarias en la educación tanto formal como a lo largo de la vida. Sus objetivos últimos son una regeneración de la sociedad y un bienvivir dentro de los límites medioambientales del planeta. Haremos esta reflexión partiendo del análisis de sus dos libros recientes, “Decir NO, no basta. Contra las nuevas políticas del shock. Por el mundo que queremos” y “Economía rosquilla: 7 maneras de pensar la economía en el siglo XXI”