Parafraseando un poco el título del libro de David Graeber (Trabajos de mierda), busco
hacer una crítica a la educación, actividad que según Freud es una de las tres profesiones
imposibles (educación, política y psicoanálisis).
El libro postula entre otras cosas que
aquellos trabajos que no tienen un sentido social o existencial producen en los seres
humanos una profunda depresión al no contribuir a nada, y narra ejemplos bastante
interesantes, al final casi podremos darnos cuenta de que -quizá nuestro propio trabajo no
tiene una utilidad- "real".
Entonces nos encontramos de frente a la educación, teóricamente nosotros como buenos
zombies e hijos de la ilustración, traemos en la sangre esa idea de que la educación nos hará
libres, idea que trae consigo también la religión judeo-cristiana.
Pero este debate es de hace
siglos, el mundo educativo (en adelante académico) se durmió y jamás quiso enterarse de
que la ciencia positivista murió el siglo pasado cuando una panda de locos postularon las
extrañas ideas de la física de partículas, en donde ideas y principios básicos del
conocimiento científico estorbaron al momento de describir como se mueve un electrón
(por ejemplo).
Pero de algo tenemos que vivir, algo tenemos que hacer, aunque no sirva para nada, ese
es el principio de los trabajos de mierda. Hace un tiempo escribí “el pico de la ciencia” donde
simplemente replicaba al igual que algunas voces científicas y mucho más acreditadas que
yo, sobre como el CERN y específicamente el LHC han sido un desperdicio de tiempo, dinero
y recursos, de hecho, el asunto se plantea en la popular serie The Big Bang Theory, desde
entonces la física sigue igual de atascada y no se le ve sucesor al LHC.
Críticas a la educación se han hecho muchas y desde distintas perspectivas, recomiendo por
ejemplo el documental la educación prohibida, pero hoy quisiera ser todavía más radical y
recuperar posturas como las de Iván Illich, y mencionar que la educación no sólo no nos libera
de nada, ni nos da herramientas para la vida o para el bienestar personal o social, sino que
a últimas cuentas: es un trabajo de mierda.
La verdad te hará libre:
Uno de los principios que buscaron que la educación fuese universal era la idea de que el
conocimiento permitiría al hombre tener más oportunidades para decidir sobre su propio destino,
no sólo permitiría a los estados y corporaciones transformar los ecosistemas (claro, respetando la
ética ambiental) para beneficio del hombre.
Lo que pasó en realidad es que el conocimiento solamente sirvió a los principios capitalistas de
acumulación de riqueza y el capital fue quien dio forma al mundo.
En el ámbito personal, privado,
Orwell y Huxley nos dan muy buenas pistas sobre lo que el conocimiento y la educación hicieron en
las personas, creando autómatas letrados, personajes que son perfectamente capaces incluso de
elaborar discursos propios, pero que no pueden tomar decisiones más allá de aquello que ofrece el
mercado.
Esto es en parte a que la educación se ha volcado hacia el enfoque productivista/industrial, en lugar
de desarrollar una educación humanista, de este modo la educación ha dejado de lado la filosofía
con todos sus problemas para capacitar a los educandos en cosas productivas.
El ideal del ser humano emancipado gracias a lo que sabe, decide (y produce) parece cada día más
lejano en una realidad instrumental en donde sólo aquello que existe por medio del lenguaje, existe,
sólo eso es real.
El saber, el conocer y el poder interactuar con aquello que la academia nos brinda
y aquello que la ciencia recolecta en sus hallazgos de ciencia básica nos limita cada vez más, no es
de extrañar que se piense que literatura, filosofía o historia no sean ya ciencias ante los ojos de
quienes creen que el único conocimiento que existe y que vale la pena, es el científico.
En este contexto, un actor muy menor y mediocre es la psicología, que actúa como un agente
normador, no es extraño entonces como la pedagogía ha creado ese engendro llamado
psicopedagogía, para ayudar a normalizar a quienes no son sometidos por los sistemas
escolarizados.
Retomando un poco las ideas de Iván Illich, porque pretendo ser un vil, un simple recopilador de
ideas, el ser humano gracias a su consciencia es un ente privilegiado, que puede analizar su realidad,
entenderla y cambiarla, sin embargo, la educación (ya no digamos la realidad) lo que hace realmente
es destruir la consciencia, la creatividad, el espíritu inquisitivo de niños y adultos, para moldearlo a
los ojos del aparato político-productivo.
Dibújame un elefante decía el principito, la educación sólo permite que las ideas surjan en los
espacios en donde deben surgir y ya está determinado que es lo que debe conocer el estudiante.
Todo esto con la ilusión de que lo adquirido en la escuela sirva para la vida o al menos para la
industria, pero esto también es una gran mentira, todos estamos condenados a ser pobres, Bourdieu
describió los mecanismos y trampas de la movilidad social, al igual que la esperanza es lo peor que
encerraba la caja de pandora, porque el secreto más triste de la educación es que no sirve para nada,
es un trabajo de mierda.
*- (No) sirve para vivir mejor, una idea común acerca de la ciencia es que sus principios aplicados
(tecnología) nos permitían vivir mejor. De modo que ya no tenemos que ir a lavar ropa al río, ya no
tenemos que viajar a lomo de un caballo, ya no tenemos que prender velas en las noches, etc, etc.
Y sin embargo los problemas siguen existiendo, desde un sentido budista diríamos que el
sufrimiento sigue existiendo y quizá más que nunca; más aún, Foucault decía que existe el biopoder
hace vivir y dejar morir, en donde los avances médicos quizá no nos hacen un favor precisamente.
No sirve para ganar más, los mecanismos de distribución de la riqueza ya fueron establecidos y el
sistema tiene clarísimo quien debe ganar más, quien menos, quien debe ascender y quienes deben
permanecer o incluso descender, quienes tienes voz y quienes no.
Ejemplos hay a montones, hay
que ver lo que está sucediendo recientemente en Canadá y las protestas populares que piden la
renuncia del primer ministro Justin Trudeau, la educación en Canadá, que pudiéramos pensar como
de las mejores del mundo, está sirviendo para nada.
*- No sirve para equilibrar el ambiente, tristemente la educación no nos ha hecho organismos más
amigables con el medio ambiente, todo lo contrario, y seguramente los ecosistemas estarían mejor
sin nosotros. El conocimiento científico por sí mismo es inútil para diseñar entornos más ecológicos,
menos propensos al tráfico y demás, entre otras cosas porque no implica un cambio en la conducta
(¡aguas!, ninguna solución puede pasar por la psicología) y porque los avances tecnológicos
aterrizan con naturalidad en la industria, no en la legislación.
¿Sirve para saber? La educación te hará libre, eso se pensaba, pero a la academia y académicos les
cuesta aún aceptar que una vez más ganó Freud y que una nueva herida narcisista llegó con Kurt
Gödel, la tierra no es el centro del universo, los humanos no somos muy distintos ni de los monos
ni de cualquier otro organismo vivo, no somos dueños de nuestra mente y peor aún; no queremos
aceptar que no sabemos nada, que todo conocimiento consistente que podamos llegar a tener, será
incompleto y no lo digo yo.
La educación entonces se va reduciendo, su espectro de influencia se reduce a veces sólo a la
capacitación, a la certificación, a acreditar o al menos hacer que una persona pueda desempeñar un
trabajo, pero hoy en día ni siquiera eso, el ser humano tiene la capacidad de aprender por sí mismo,
de modo que muchos trabajos no requieren educación, pero la solicitan.
Comerás con el sudor de tu frente
"Te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
hasta que vuelvas a la misma tierra
de la cual fuiste sacado.
Porque polvo eres,
y al polvo volverás”
En tiempos de pandemia en donde se discute si el teletrabajo funciona o no, si la jornada debería
ser de cuatro días o si debería existir un ingreso básico universal, surgen las criptomonedas, en
donde hay complejos algoritmos que requieren una prueba de trabajo “proof of work”, en realidad
son máquinas haciendo cálculos complejos, pero ociosos, sin un fin determinado, no se trata de
calcular dígitos de PI para algo en particular, no se trata de medir o calcular, simplemente de verificar
y autenticar desafíos criptográficos.
Una tarea de la que pueden surgir muchas dudas y debates, pero la educación es la misma mierda
e incluso peor, ¿De que sirve que una máquina esté “minando” bitcoin?, pues para mover bits de
una cartera digital a otra de forma “segura” e incorruptible. Solo los dioses saben si eso tiene sentido
o no, pero como dije, la educación es peor. Los libros desde Gutenberg se fabrican de forma masiva,
pero la educación a veces dicta el mismo contenido, no se trata de que el alumno lo entienda, se
trata de tenerlo ocupado haciendo "algo", se trata de obtener esa prueba de trabajo, se trata de
certificar que es un ciudadano dócil, un esclavo de un status quo.
Para Thomas Ligotti y su venerable maestro Zapffe la existencia humana no tiene sentido alguno, la
consciencia es una maldición y la vida es una máquina termodinámica, que hereda genes en la
búsqueda de colonizar el universo entero para crear entropía, para acabarnos toda la energía
existente y volver a la nada, a la destrucción y a la calma absoluta, nada favorece más ese tráfico
destino que la educación, a la par en la que hace creer a los ingenuos estudiantes que le servirá de
algo. (para más de esta visión recomiendo este blog.)
Se trata además de engañar, de hacer creer que educación y conocimiento son lo mismo ¡todo lo
contrario!, el conocimiento parte de una experiencia, el aprendizaje no pide permiso a nadie,
ocurre, pese a la educación, ocurre sin educación, ocurre sin ninguna herramienta o propósito
educativo, pero la arrogancia de la academia, de la pedagogía o demás los lleva a proclamarse como
los transmisores de la llama del conocimiento, llama que hay que alimentar con pleitesía y
obediencia (valga la redundancia). Dice mi amigo Jesús Nacher: "Las plantas no piden permiso para hacer fotosíntesis"... y por el otro lado los reactores nucleares, centrales eólicas y fotovoltáicas con muchísimo esfuerzo "operan".
Esclavitud
Qué difícil es entender y ejercer la libertad, Bauman problematiza sobre la dificultad de ser un
individuo, y ahí tenemos a la educación, algo que debería ayudarnos a emanciparnos, pero que en
realidad nos esclaviza, nos norma, nos moldea, nos reconoce solamente cuando hemos pasado el
“proof of work”, nos desacredita, sólo los letrados pueden opinar.
Las revistas arbitradas son otro ejemplo del “proof of work”, las tesis, documentos inútiles llenos de
datos, que se pueden refutar con otra tesis construida con los mismos datos, en sentido inverso, la
ciencia se construye a modo, buscando los datos favorecedores, algunos ingenuos son honestos y
lo que obtienen es que la verdad no es importante, lo importante es el trabajo de mierda, si son más
listos podrán comercializarlo, explotarlo industrialmente, entonces habrá servido para algo, pero si
lo dejan en el ámbito académico, será un producto más de un trabajo de mierda.
Nada más esclavizante que la realidad, los medios de comunicación, las buenas costumbres y la
educación, los paradigmas mentales que se crean de aquel que cree que el conocimiento empírico
significa algo importante, porque entonces hay una verdad y por ende un camino, una realidad, la
ciencia que en principio acepta la discrepancia y las dudas al final reduce todo el potencial del
lenguaje, de la consciencia y de la existencia, pero sabemos que todo eso es mentira, que hay
estados de superposición, que en esencia, la materia ni siquiera existe.
Y es entonces cuando la psicología nos norma, cuando el conocimiento nos define bajo pautas,
patologías, líneas base y sistemas de cuantificación, trabajos de mierda para intentar describir lo
obvio: la diversidad, que hay quienes funcionan y quienes no y que sin embargo el sol sale al
amanecer y cae al anochecer. Nadie educa a una planta a hacer fotosíntesis, ni la planta pide
permiso para separar el hidrógeno del agua, tampoco da explicaciones, pero el humano es distinto,
cree que el conocer un proceso le da control y autoridad sobre él y mientras una planta produce
más oxígeno que él, el humano se siente satisfecho por estudiar sobre la planta, mientras que emite
más CO2 del que puede capturar o neutralizar.
Libertad
Deben regresar los oficios, liberarse del yugo de la academia, la academia obviamente odia los
oficios, porque le hacen ver lo inútil que es la educación, nuevamente nos intentan engañar,
diciendo que los gremios y oficios son educación, ¡es mentira!, el zapatero produce zapatos, no es
un trabajo de mierda, los zapatos cubren los pies, los tratados sobre calzado solo sirven para
envolver pescado y alegrar el ego de los idiotas.
Cada acción del aprendiz de zapatero tiene un motivo, cada acto es arte, no es educación, ni siquiera
necesita ser aprendizaje, es parte de la vida, de la necesidad, experiencia. Aprendizaje no es algo
monopolizado ni exclusivo de los organismos humanos, pero la academia pretende apropiarse de
ello, formando estructuras para controlarlo todo desde los discursos, los axiomas, las disciplinas.
Mientras que el ave, solo vuela.
Libertad, como Foucault entendía es ejercerla, aprender sin pedir permiso, innovar sin
proponérselo, reinventar sin establecer objetivos, hipótesis o métodos. Cómo molesta a la ciencia
que se ponga en duda su método, sus leyes, sus reglas e incluso su discurso. Nada más retador para
el mundo posmoderno que la autosuficiencia, que la agricultura de subsistencia, porque el humano
contemporáneo está enfermo de modernidad, de soberbia.
Porque aún hay ingenuos que creen que pueden ir más allá de la termodinámica y que el mundo
podrá funcionar sin petróleo, o ingenuos que creen en viajes especiales a velocidades sublumínicas,
ya no digamos tontos que creen en viajes lumínicos o super lumínicos, hay quienes esperan la fusión
nuclear controlada en reactores, quienes creen que el LHC dará resultados o cosas parecidas.
Sin duda nos quedan muchas maravillas tecnológicas por ver y muchas maravillas científicas por ver,
disfrutar y compartir, sin embargo, la realidad nos está alcanzando y solo el decrecimiento nos podrá
llevar a un puerto sostenible, a una forma de vivir vivible (valga la expresión), mientras tanto la
educación se irá deteriorando cada vez más, mientras que muchos no podrán ni siquiera percibir
que es un trabajo de mierda (en el sentido de Graeber)
Eduardo Velásquez Díaz,
junio de 2022.