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lunes, 27 de noviembre de 2017

A riesgos globales, Conciencia de Especie

        Ulrich Beck y Zigmunt Bauman, ambos recientemente fallecidos, compartían algunas preocupaciones y visiones sobre ese paso de una Primera Modernidad en palabras de Beck, Modernidad sólida en palabras de Bauman, a esa Segunda Modernidad ( Beck) o Modernidad Líquida ( Bauman). Así, la primera, la sólida, era regida por las instituciones clásicas de familia, trabajo, industria, Estado-Nación, y protección del Estado( el Estado benefactor) unidos al pleno empleo y pautas colectivas de vida, con una fuerte creencia en el progreso y en la controlabilidad. La líquida, la segunda modernidad,  sería la que socavó aquel mundo sólido con la globalización, individualización, revolución de géneros, el subempleo, y será la época de los riesgos globales: crisis ecológica y colapsos de los mercados financieros. En la segunda vemos que se ha  flexibilizado, desregulado, el Estado ha perdido legitimidad, hay más desempleo y subempleo, cada crisis es peor y  se han traspasado los riesgos a los individuos y a la Naturaleza. Las políticas ya no son de clase, de raza, de desigualdad sino  una cuestión de gestión del riesgo y, además,  el poder consiste en que pague el riesgo el pobre, el obrero o el autónomo, que se tiene que flexibilizar más y tomarse como un reto ser la mercancía más flexible del planeta.  Así hemos crecido en libertades pero descubrimos que, eran unas libertades precarias.

          En el Sur de Europa, y en tantos sitios, hemos comprobado que ese riesgo se ha traducido en derrumbe. Pero también hemos visto que no solo las élites no han perdido, sino que han seguido ganando poder y han conseguido sujetar el modo de funcionamiento del sistema. Aquí, como antes en Latinoamérica o en Asia, sabemos cómo se han equilibrado las cuentas "familiares "de los Estados, pero también hemos visto cómo funciona el consentimiento ante estas políticas, y la eficacia de las metáforas con las que se mantiene el sistema. Una de ellas es la de que el Estado es como una familia. Explicar por qué no es el Estado económicamente como una familia lleva tiempo, pero la imagen de la familia malgastadora es muy eficaz y ahorradora (...de tiempo). Hace cinco años, en este vídeo, Antoni Domenech ( también recientemente fallecido) explicaba muy bien en sus primeros minutos que el problema lo tienes cuando pierdes la soberanía monetaria y no estás sometido a una autoridad fiscal común ( con los Estados con que compartes moneda) y no hay mutualización de la deuda de los Estados, como nos ocurrió, y entonces sí estás sometido a la servidumbre por deuda. La idea fuerza de esta metáfora la vimos una vez habían conseguido imponer el mecanismo de trasvase de deuda privada a pública: haciendo traspasar así las culpas al Estado porque no había entendido que no se podía gastar más de lo que se ingresa, y encima se le acusaba de que el crédito no fluía al sector privado por su culpa, por su deuda, y, por tanto, señalando a otro lugar para que no se viese que el problema venía de la voracidad de cierto sector privado de la economía.  Además, en este mundo en el que las personas cada vez nos sentimos más presas del miedo por la certeza de que no controlamos nuestro porvenir, sentirnos miembros de una familia daba seguridad. Y, para más inri, se aliviaba  con dicha metáfora  la posible conflictividad que pudiese aparecer cuando se fuese percibiendo que el pago de los costes de la crisis iría por barrios, es decir, por clases sociales. Si Graeber decía que cuando le hablaban de libre mercado miraba a su alrededor en busca de armas, qué no decir cuando el poder real te habla de solidaridad, familia, o de formar parte de un club ¿ verdad ?

          En esta segunda modernidad, y en esta crisis, hemos comprobado, una vez más que, los beneficios se quedan en los que controlan los flujos monetarios de los diferentes procesos en la economía, y los riesgos se traspasan a los individuos y la Naturaleza. Especialmente eso es así en países que han quedado en situación de dependencia y falta de soberanía monetaria. La experiencia ha sido una vez más clara en este sentido: para ( equilibrar) restaurar la confianza en los mercados, una gran parte de la población no puede tener acceso a gastos que puedan significar salidas de capital de la Familia Estado ( turismo exterior o productos manufacturados) y eso se consigue con devaluación salarial, reformas laborales... y, por otro lado, la Naturaleza ( la que no se queja, hasta que se desata su furia,) debe ser esquilmada para conseguir divisas o inversiones exteriores y debe ser puesta en valor, para así poder pagar la deuda. Así fue, como bien relata Manfred Max Neef en el caso de Costa Rica, y así ha sido en nuestra familiar España,  y no digamos ya en  Grecia. Por supuesto, la pequeña propiedad debe pasar a ser controlada por grandes conglomerados, y los pequeños propietarios deben ser proletarizados. Si recuerdan, éramos tan familia que los amigos de la Marca España nos sacaron una campaña con el lema " Esto lo arreglamos entre todos " en la que salía hasta el periodista Jordi Évole. Una vez que las élites nacionales y  mundiales habían conseguido socializar sus problemas, conseguido restablecer la confianza en los negocios y contratos y en sus colaterales, se olvidaron de la familia y siguieron como en  los buenos tiempos; eso sí, nos decían que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades como causa de la crisis...¡ Toma metáfora por la escuadra!

          Desde los años 70, fechas claves de esa modernidad líquida,  hemos visto que paso a paso, salto a salto, se ha ido conformando una sociedad regida por la opinión pública expresada en los Mercados. Mercados financieros como desarrollo de esa convención que determina la opinión pública: el individualismo propietario. Pero como nos dice Fumagalli: " Estamos, una vez más, frente a una metamorfosis del sistema económico capitalista, sin que por ello mute su naturaleza sustancial(...) Respecto al periodo fordista, actualmente la calidad de vida sufre cada vez más la explotación que deriva la extensión  de la esfera de la valoración capitalista. La vida misma constituye, en definitiva, la verdadera variable que cotiza en los mercados bursátiles internacionales ".

           Así pues todos somos capitalistas, esclavos de nosotros mismos, y lo mismo como sociedad, en la que la política es un esbirro del Capital... y en la que la lucha de clases es también la lucha con uno mismo ( Byun-Chul-Han ). Sí, esos son los límites, las parcelas en la que vivimos sin mostrar mucha disconformidad mientras la liquidez fluye en esos mercados financieros donde mercantilizamos nuestras propiedades  cada vez más líquidas ( cotizables y empaquetadas) , cada vez más en riesgo, cada vez más dependientes de la Diosa Confianza. Hoy la economía se resume en esas pantallitas llenas de cifras que reflejan las cotizaciones de los activos. Y hablar de otros considerandos, de la naturaleza, de la pobreza, de la desigualdad,  de la verdadera capacidad de elegir  será tachado de DEMAGOGIA.

          Uno se pone a pensar y a leer cómo nos dominan, cómo nos crean la realidad a cada paso, cómo generan conformidad con esa realidad creada, y ve que está gobernado por metáforas conceptuales. Pensando en esta época de la modernidad líquida, y en la superestructura que lo gobierna, uno ve que su solidez, lo que le hace permanente, es precisamente el universo de metáforas inculcadas en los cerebros en miles de millones de personas.   Decía Ernst Cassirer que el hombre es un animal simbólico antes que animal racional, y parece que no puede hacerse otra cosa que corroborarlo.

          Ese sistema de metáforas que gobierna el rumbo de nuestras vidas como especie principalmente simbólica, muchos ( aunque pocos, relativamente) pensamos que pronto se dará de bruces con la realidad, y colapsará porque es totalmente irracional. Cabe recordar aquí a José Manuel Naredo cuando nos dice que:

              " El problema, desde luego, es que la riqueza física carece de las atractivas virtudes del interés compuesto, que axiomáticamente acompañan a la riqueza financiera; o también, que frente al crecimiento siempre limitado o transitorio de la riqueza física, se antepone el crecimiento exponencial característico del mundo financiero. Uno de los problemas fundamentales que surge con la expansión incontrolada del dinero o delos activos financieros líquidos, en general, es que la relación deuda/riqueza se acaba quebrando. En efecto, el poder de las empresas para crear dinero en sentido amplio, o para emitir pasivos no exigibles que los mercados financieros aceptan facilitando así su liquidez, está escapando cada vez más el control de la sociedad. El ritmo de expansión de los activos financieros se distancia cada vez más del correspondiente al stock de riqueza física disponible y dentro de ésta del " capital natural " a cuya regresión asistimos día a   día. " ( Raíces económicas del deterioro ecológico y social, Jose Manuel Naredo )

          Si en  la Modernidad Líquida se liquidó la conciencia de clase, con la devastación de los hábitats naturales y modos de vida  que está provocando del sistema de dominación capitalista global ¿ quién nos dice que, antes de que sea tarde, no surge esa nueva conciencia, esa Conciencia de Especie, como la denomina Víctor Toledo? . Esa Conciencia transversal de una Familia que ha vivido por encima de sus posibilidades planetarias ( fundamentalmente los mal llamados países desarrollados) movida por unos incentivos que van en contra de la reproducción de la vida misma.   Esa nueva utopía que como en la canción de Labordeta hablando de la libertad: habrá que empujarla, para que pueda ser.

La lucha de la Especie por la vida la están dando muchos de nuestros congéneres aunque, lamentablemente e indefectiblemente, es silenciada por los Mass Media. Hablamos, por supuesto, de los cientos de activistas medioambientales y por los derechos humanos asesinados en lucha en países objetivo de ciertas organizaciones multinacionales con fin de lucro y ningún escrúpulo. Detrás de esas organizaciones sin escrúpulos está un modo de vida y un universo metafórico de dominación, no lo olvidemos. De ahí la necesidad de saber que la primera batalla es con nosotros mismos, en nuestro interior, nuestra conciencia como humanos que quieren perdurar como especie.








Posdata:   Hoy cuando escribo estas líneas es Black Friday, no se habla de otra cosa, y leo algo en las redes que dice así:

Iñaki Gabilondo: « "En la revista BioScience ha sonado la mayor alarma que nunca se haya lanzado sobre la situación del planeta. 18.000 científicos de 184 países difundían un mensaje dramático: muy pronto será demasiado tarde. La degradación no solo no se detiene, sino que aumenta.

¿Saben lo más impresionante de esa noticia? Que no es noticia" »

viernes, 17 de noviembre de 2017

Los límites biofísicos: en el ángulo muerto de nuestra visión de la realidad.

Hoy, como hemos hecho en otras ocasiones, presentamos un artículo de un autor invitado. Podéis seguirle en su blog personal Camino a Gaia.


Quienes hablamos sobre el colapso de nuestra civilización, del cambio climático, de la crisis energética o un mundo sin petróleo y además lo hacemos con profusión de gráficos y citando serios estudios científicos, corremos sin embargo, el riesgo de presentar el colapso como algo nunca visto. Y quizá sea así a escala planetaria. Pero a escala local, de países o regiones, puede que solo lo veamos como historia repetida, como un retorno a viejos errores y conflictos. Un motivo para ello es que, por lo general, el impacto de las civilizaciones contra los límites biofísicos está ausente de los relatos históricos u oscurecido por la épica. Resumiendo. Los límites biofísicos están en un ángulo muerto de la representación de la realidad política, histórica, económica, legislativa y mediática. Así pues, es necesario preguntarse por la trascendencia en nuestro momento histórico de ese espacio ciego y cómo encontrar un modelo que pueda sernos útil para hacerlo visible.



Podemos comenzar esta tarea con un símil entre las leyes humanas y las leyes de la Naturaleza. Como nuestras leyes son muchas y complejas acercarnos su estructura, que en nuestro tiempo se sintetiza en forma de Constitución política. También en la Naturaleza podemos encontrar una ley de leyes, algo asimilable a una Constitución: las leyes de la Termodinámica. Aparte de ser inmunes a la complejidad, son extremadamente relevantes y reveladoras cuando de límites biofísicos hablamos. Como las paredes de una habitación, los límites, lejos de molestar, son fuente de orden y de estructura... salvo para quien intenta sobrepasarlos a cabezazos. Lo lamento por quienes piensan que la ley de la selva está regida por la competencia y el darwinismo social y que habrá un bonito podio para quienes consigan eliminar a sus congéneres y resto de seres vivos. El éxito descontrolado tiene su reverso tenebroso en la dinámica de poblaciones. Así pues, si establecemos una jerarquía sobre las leyes naturales y humanas, no sería el darwinismo sino la Termodinámica la que estaría en la cúspide.



Decía Einstein que un modelo debe ser tan sencillo como sea posible y tan complejo como sea necesario. Toda representación de la realidad es incompleta, pero reconocida la limitación, estamos preparados para realizar mejores y mas útiles aproximaciones. Podemos por tanto usar modelos termodinámicos para chequear fallos y contradicciones en los análisis basados en parámetros y variables económicas, sociales, políticas, legislativas, etc mediante representaciones lo mas isomórficas posibles. Podemos indagar así la "inconstitucionalidad" de nuestras normas, leyes o aspiraciones respecto a la constitución Termodinámica. Esta técnica sencilla fue la utilizada para iniciar la búsqueda de una solución a la Paradoja de Jevons.



Usando isomorfismos a partir de modelos termodinámicos podemos chequear si determinados modelos no físicos entran en contradicción o se encuentran (o se encontrarán) con límites biofísicos, pudiendo ser útiles para caracterizar los marcos de lo posible.

A partir de este esquema inicial simple, lo siguiente fue caracterizar un sistema termodinámico abierto en relación al crecimiento físico real y buscar sus correlaciones con el modelo económico. Lo mas difícil quizá sea encontrar en nuestro modelo económico equivalencias con unas variables biofísicas que han sido eliminadas deliberadamente. Por suerte, en este caso concreto, Jevons ya había realizado este trabajo mediante observaciones empíricas por lo que el desarrollo del artículo solo necesitaba de aplicar el sentido común con fines divulgativos.




La caracterización de un sistema termodinámico abierto en relación al crecimiento físico y económico puede ser de gran utilidad para establecer los marcos de lo posible.
Los inconvenientes del proceso seguido es que es muy impreciso en cuanto a sus conclusiones y desde luego no sustituye (ni lo pretende) al análisis político, económico, social o legislativo, pero podría permitirnos enmarcar esos análisis dinámicamente. Y eso es mucho en tiempos de confusión generalizada y manipulación mediática ejercida con el máximo descaro.


Cuando el sistema ya no dispone de energía para crecer ni mantenerse



Un sistema como el actual capitalismo globalizado, está compuesto por una gran cantidad de sistemas menores como continentes, países o regiones. Puesto que el crecimiento económico es condición imprescindible para que pueda funcionar, es útil plantearse lo que ocurre cuando ya no hay energía neta para que pueda crecer o mantenerse a escala global y se han agotado los márgenes para mejorar la eficiencia. En este caso, el crecimiento de unos subsistemas solo es posible a costa del decrecimiento de otros. Es el comienzo del canibalismo sistémico. Estados Unidos y Europa han respondido a la crisis mediante los llamados alivios cuantitativos, inyecciones de liquidez y otros eufemismos que se pueden describir en términos profanos como el equivalente a "imprimir dinero". El efecto conseguido no ha sido crear riqueza ni recursos, sino redistribuirlos con un aumento generalizado de las desigualdades sociales en el mundo. No solo acentuando las diferencias Norte-Sur sino también apalancando la extracción de recursos renovables con otros no renovables llevándolos mucho mas allá de su capacidad de carga. Lo que se obtiene con ello es la conversión de recursos renovables que hasta ahora han sido, en recursos no renovables y finitos, agravando mucho mas la situación en el avance hacia el colapso. Está claro que la opción correcta sería usar los recursos que no se renuevan en recuperar y sostener aquellos que si lo hacen y que serán en última instancia aquellos que nos queden. Es decir, deberíamos de dejar de hablar de conservación de la Naturaleza y lanzarnos a un ambicioso plan de recuperación de recursos renovables, manteniendo las áreas protegidas como reservorio de biodiversidad. Solo así podríamos llegar al final del descenso energético con posibilidades de mantener una civilización garantizando a su vez la conservación efectiva de lo que aún nos queda.



Caracterización de un sistema termodinámico con la variable tiempo. En este caso no solo incluimos la energía sino también la materia (recursos).

A una escala mas local, como un país o una región, las políticas son mas concretas y los efectos mas evidentes. Desde el punto de vista económico se ha apostado por salvar lo definitivamente insalvable: los bancos y el sistema financiero. Ya se ha dicho muchas veces que el préstamo con interés necesita de un crecimiento infinito que entra en conflicto palmario con las leyes de la Termodinámica. Así pues, también a escalas locales se muestra el canibalismo sistémico, suavizado por la redistribución global propiciada por los "alivios cuantitativos", mediante la desigualdad social y la destrucción de las clases medias. Llegados a este punto parece que ya no pudierámos hacer nada, pero incluso en fases avanzadas del colapso hay sistemas que deben crecer y otros que desaparecerán de forma controlada o mediante colapso. Es decir, el decrecimiento conjunto, incluso controlado, mostrará asimetrías en subsistemas que no solo pueden crecer, sino que deben crecer para que el impacto de un largo y penoso colapso sea los mas llevadero posible. Así, la agricultura local no dependiente de recursos finitos debe crecer en detrimento de la agricultura industrial kilométrica dependiente de combustibles fósiles, los pueblos deberían crecer y las grandes urbes disminuir su población... Pero también deberemos evitar otras asimetrías que matan y nos dejarían inermes frente a los profundos cambios que vendrán, como así ocurre con las desigualdades sociales.

Hay una resiliencia que construir y debemos entender y asumir que la sostenibilidad no es imposible, es inevitable. Todo el esfuerzo y los recursos que usemos es sostener lo insostenible no hace mas que restarlos a la necesaria transición. La Naturaleza no es artífice de otro castigo que las consecuencias de nuestros actos. Si quemamos un bosque tendremos un erial, si plantamos árboles tendremos un bosque.



La pretensión de este artículo no es convencer a economistas, sociólogos, políticos, religiosos, historiadores, legisladores, periodistas, élites o mayorías mas o menos silenciosas, de la existencia de los límites biofísicos, sino sugerir algunas herramientas de visualización de la mano invisible de la Termodinámica en las diversas representaciones de la realidad. El objetivo es que, como ocurre con un parabrisas transparente que se hace cada vez mas opaco y visible por las vísceras de los insectos estrellados contra el impenetrable cristal, no sea necesaria la destrucción absoluta de la sociedad y la civilización humana para que terminemos aceptando y corrigiendo nuestros errores.

Y que cada persona pueda indagarlos por sí misma.

martes, 14 de noviembre de 2017

La RDA y su fenómeno de solidaridad.

Son las siete y media de la mañana, un día a finales de noviembre. La escarcha en los campos brilla a la luz de las farolas de la carretera. Ando rápido con la bufanda delante de la boca, cuesta arriba en la acera al otro lado de la calle que me separa del campo abierto. A mi izquierda casas unifamiliares con jardines de diseño pragmático, casi lacónico. Enanos de yeso, hiedra abraza las zarpas y escalones de piedra arenisca, abetos plateados, manzanos huesudos, abedules cuyas hojas amarillas están caídas, aun sin ser recogidas del césped, corto y simétrico.

Después de dos kilómetros de marcha rápida llego al colegio. Tengo 11 años, soy alumno del colegio primario politécnico Nr.81 “Robert Weber” en Dresde. Mi nariz empieza a soltar moco líquido y a medida que mi cara entra en calor comienzo a tener la típica sensación de fiebre que dura unos diez minutos. La primera clase del día es “Staatsbürgerkunde” (en inglés coincide bastante con el concepto de “civics” , se podría denominar educación para la ciudadanía).

Todos de pie ejercemos el saludo obligatorio de cada mañana con la mano abierta enzima de la cabeza. El profesor dice en voz alta: ¿Para paz y socialismo, estáis listos? Respondemos en perfecta sincronía en coro: “¡Estamos listos!” …emocionante. La unidad y disciplina colectiva que genera este saludo crea solidaridad en los retos del aprendizaje entre los alumnos durante casi todo el día, pero hay un problema: rechazo por instinto la unidad sentimental forzada. Soy uno de tres en la clase de 26 que solo mueven la boca en el saludo pero no les sale ningún sonido. Los tres somos amigos. Nos une la resistencia silenciosa contra un reglamento moral impuesto. La profesora, una señora que sobrevivió al bombardeo ingles del 13 de febrero 1945, tiene peluca rubia y una barriga apretada en unos pantalones de cuero lacados. Comienza la clase: “Hoy os presento otro personaje importante en la lucha contra la decadencia y la amenaza imperialista. Rosa Luxemburgo, una valiente activista que luchó con mucho coraje. Es un gran ejemplo para la lucha por la libertad democrática de los pueblos y los valores socialistas y anticapitalistas. Se hizo imprescindible en el movimiento del proletariado socialista y …”. Siguen 45 minutos de homenajes superlativos, emotivos y épicos sin dar ninguna referencia concreta a sus textos. Hoy sé, porque he leído algunos textos suyos, que Luxemburgo jamás hubiese tolerado tal adoctrinamiento simplista.

El estándar, lo normal, la uniformidad estaba por todos lados en esta época de mi vida. Tenía la misma ropa que el hijo de mi vecino. Comíamos los domingos todos lo mismo en todas las familias. Pollo asado o redondo de ternera u otra cosa que daban los supermercados, carnicerías y pasteleros estatales en aquel momento. 

                                           Día de la República, llegada de los tractores en la cooperativa agricultura estatal de un pueblo 

Obviamente se hacía un gran esfuerzo por parte de las instituciones (ministerio de cultura y educación, liderado por la esposa de Honecker, Margot) para atender al deseo normal de expresión individual de la gente. La competición amistosa en el ocio era el canal de expresión para la individualidad pero solo bajo un denominador común que era el “anticapitalismo y antimperialismo”. Juegos de atletismo, eventos culturales, literatura, música, absolutamente toda actividad cultural llevaba la connotación ideológica del estado. Usualmente con banderas y simbolismos evidentes como el "martillo y circulo en la corona de púas" o claveles rojos para el ganador de una competición o la paloma blanca como símbolo de la vuelta de ciclismo “Friedensfahrt” (vuelta por la paz). Las discográficas estatales "Amiga" y "Eterna" lanzaron series muy completas de música jazz de origen afroamericano, instrumentalizando el trasfondo esclavista para hacer propaganda antifascista y antiracista. En muchas familias hubo una colección de discos de música jazz y clásica de varios miles de vinilos. Como el Rock/Pop/Funk era un producto de la cultura imperialista decadente y como tal prohibido, se tenia que compensar y fomentar otro tipo de música entre la población.

Mi madre, gitana polaca de nacimiento y amante de la filosofía espiritual de Grigori Rasputin, no tenía sitio en esta sociedad de un régimen que pretendía estar libre de contradicciones ideológicas y así fue que nuestros mejores amigos no eran los altos funcionarios del partido sino los vecinos judíos. Judíos que decían que a pesar de todo lo malo que les había ocurrió como pueblo, también jugaban un papel importante en su genocidio los traidores en las propias filas. Y un judío que critica con matices a los suyos y una gitana que no comprende el racionalismo ateo de Marx eran como arena en el engranaje ideológico de la "República Democrática de Alemania".

                                                     Erich Honecker, Margot Honecker, Nieto: Roberto Yañez, Hija: Sonja Honecker

Es fácil imaginar que las personas tienen mucho más que aportar desde su biografía que cualquier sistema político normativo que una nación pueda albergar. Una República democrática es igual de limitada en su tolerancia que cualquier dictadura si solo se define a través de imágenes de enemigos en común y recurre a despreciar la actuación de los que están fuera del sistema, y sin un examen sobre los propios retos, objetivos, características y una exigencia ética que no puede justificar su imperfección con la, aun peor, ética del otro.

De niño se vivía bastante despreocupado, la seguridad social era 100%. El hecho de que los padres no sufrían miedos existenciales a hipotecas que no pueden pagar o a perder el trabajo, se traspasaba a una tranquilidad de base en los niños. Pero entonces ya era consciente de que esta despreocupación tenía un precio muy alto que pagaba la comunidad entera de la RDA con restricciones intolerables de libertad de expresión, movilidad geográfica y vigilancia secreta por amigos y familiares que actuaban de espía y soplón para la STASI. 

Siendo alguien que le gusta mucho saltarse la reglas, pronto me di cuenta que las consecuencias de saltárselas eran nefastas. Por ejemplo, montamos un mercadillo clandestino con revistas occidentales de música pop, chicles de la república checa y vinilos y casetes de Depeche Mode, Sandra y otros. El día que nos pillaron, estoy seguro, se crearon tres actas familiares mas en los registros de la STASI si no estaban antes por la indisponibilidad de mi madre a hacerse miembro del partido gobernante SED. Fuimos suspendidos una semana del colegio. En esa semana tuvimos visita en casa, primero de la directora del colegio y luego de dos señores desconocidos que hablaron mucho tiempo con mis padres en la mesa de la cocina y luego conmigo. Les conté la verdad, que las revistas llegaban en los paquetes que mandaba la abuela desde Stendal durante el año. Los jubilados que vivían cerca de la frontera tenían permiso para viajar a occidente 2 o 3 veces al año (sin pernoctar).

Después la solicitud de una linea de teléfono fijo nos fue cancelada. Los viajes de vacaciones estatales al mar báltico de todos los meses del verano fueron anulados y mi padre de un día para otro no tenia un Opel Record sino un Scoda MB1000. Mi hermano fue de golpe rechazado en la escuela de ballet "Gret Palluca" aunque había sido admitido previamente (luego en 1990 volvió a presentarse y acabó los estudios superiores de bailarín clásico). 

Todo por mi culpa. Hoy se que fue el método para crear división entre la gente. Hacer pagar a una gran cantidad de personas por una violación de reglas que ha cometido una sola.

Vemos que por mucho que una ideología se dote de valores moralmente positivos como la libertad. la democracia, la igualdad y la educación, no puede funcionar si por debajo se esconde el afán absolutista. El absolutismo, normalmente nacionalista, insiste con una retorica romántica, que todos deberíamos tener claro quien es el gran enemigo y quien es el único que representa los buenos valores de la democracia. Se chantajea la conciencia de la gente con la siguiente dialéctica. "¿Tú no quieres ser demócrata, libre y buena persona? Pues si no te apuntas a lo nuestro eres mala persona y solo miras por ti mismo, los únicos que queremos libertad y democracia somos nosotros. Somos los únicos en el mundo que somos capaces de comprometernos con estos valores".

                                                                   Casal de acampada de los pioneros "Ernst Thälmann"

La democracia es solo una herramienta. No es ningún valor con el que se puede calificar a una persona. Pero los absolutistas hacen uso de este termino para cualificar o descalificar a personas a nivel moral e incluso muy personal con amenazas. 

En el año 1987 se produjeron varias reuniones entre Gorbachov, Kohl y otros lideres de occidente. El caso era que Alemania occidental y Gran Bretaña tanto como la URSS y la RDA estaban muy mal económicamente. De forma muy resumida se negoció la abertura del telón de acero y el fin de la guerra fría con la abertura de las fronteras entre los dos estados alemanes.

El 90% de la Industria y producción agrícola de la RDA fue subrogada a inversores alemanes occidentales a precios en muchas ocasiones tan solo simbólicos. Un win-win. La casta política de la RDA ha podido escabullirse de una tragedia social y económica al no tener que responsabilizarse por la miserable infraestructura que dejó el sistema de economía planificada. Su gobierno salio del lío como victima idealista y naif, teniendo aun hoy, mucha gente a su lado. Por otro lado, la nefasta economía occidental ha tenido la gran oportunidad de invertir en nuevos negocios y de llegar a 15 millones de nuevos consumidores, hambrientos por los productos occidentales. La expropiación civil del año 1949 se anuló y los hijos o nietos pudieron reclamar su vieja herencia (casa, campos, manufacturas).

Una gran parte de la población quería un estado nuevo y transitorio para la RDA. Un nuevo socialismo sin corrupción ni espionaje civil. Pero su voz no tenia partidos y por tanto ningún reflejo parlamentario, tampoco interesaba a los fuerzas externas que ya habían definido el destino y la agenda para la anexión completa del estado ex-comunista alemán. La burocracia capitalista estiró sus ocho brazos de pulpo y ahogó cualquier propuesta para un estado mejor con falsas promesas de prosperidad infinita y libertad absoluta, bien fundadas en las formulas incomprensibles y esotéricas de la escuela de economía política de los años 70. Simplemente no era el plan volver a intentarlo. 

A la gente se les había permitido manifestarse para la re-unificación de Alemania desde 1988 porque era nulo su impacto, ya fue decido años atrás que así lo fuera. Cuando entre 1990 y 1995 las voces criticas en las masas aumentaban y exigían cada vez mas, ya no había policía, ni cuerpo militar, ni profesores, ni instituciones que les escucharan. Simplemente fueron ignorados. En esa época, Alemania oriental parecía un paraíso para anarquistas. Montamos clubes de música tecno, exposiciones, conciertos, cines de fumadores con bar con sesiones eternas de Tarkovski, Lang y Tarantino, de los que no se sabia si eran ilegales o no porque no había órganos públicos en ningún sitio. Nos drogamos muchísimo. En las escuelas no había libros porque los viejos habían caducado por su contenido manipulado y los nuevos aun no estaban impresos. Hasta 1995 el capitalismo no logró del todo infiltrar la regulación publica a su conveniencia.

Desde entonces sé que cuanta mas libertad del mercado se permita, mas burocracia tiene que haber para la gente que ha de ser protegida de su salvajismo. A cambio, la burocracia que controla el libre mercado es mucho menor en recursos que una que proteja a la gente de él, con cada matiz personal que puede haber en las subculturas socio-económicas. 

Mucha gente de la RDA dice que vivía bastante feliz a pesar de las restricciones y controles. Me hace pensar mucho sobre qué es la libertad. ¿Podría ser que libertad no es la infinita posibilidad de escoger sino mas bien un campo limitado en el que uno se puede mover, pero profundizar dentro de esas posibilidades? ¿No tenemos siempre un limite cuantitativo en la vida de alguna manera? ¿No es libertad realmente la posibilidad de mejorar el aspecto cualitativo de la vida y no crear mas posibilidades cuantitativas simplemente para que las haya?  La gente de la RDA decía que lo que les hizo ejercer solidaridad y por tanto sentirse unidos y felices no eran las pautas morales del estado sino la carencia de recursos y la limitación del desarrollo individual en el ámbito profesional. 
La escasez material resultaba en una abundancia social.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Cambiar el sistema: el factor del gancho

El mundo se puede cambiar, pero ello requiere mucho conocimiento.




Desde Autonomía y Bienvivir proponemos cambios sociales que algunos consideran radicales. Nosotros también, porque consideramos que van dirigidos precisamente a la raíz de los problemas que padecemos. Hemos desarrollado una visión utópica que es muy extraña en la actualidad, en mi opinión porque, como ocurre siempre en las sociedades, se han “reificado” o naturalizado nuestras instituciones sociales, de tal forma que parece tan imposible cambiarlas como a la ley de la gravedad.

En realidad esto no es así, y como dice Satis Khumar, lo que ha sido hecho por el hombre puede ser cambiado por el hombre.

La reificación from JesusN on Vimeo.

Pero aquí hay que hacer algunas precisiones. Si entendemos la sociedad como un sistema complejo, y creo que esta es la forma correcta de entenderla, debemos reconocer que los sistemas dependen de la trayectoria, son históricos. No es posible darnos la vuelta como un calcetín y cambiar nuestras creencias, ideas, y todo lo que motiva nuestros actos de la noche a la mañana. No tengo la conciencia de que esto sea bien comprendido por la gente que me rodea y que es favorable al cambio. La herencia de la modernidad y su énfasis en la razón instrumental nos hace concebir el proceso de cambio de forma similar a como concebimos un proceso de producción. Diseñar, planificar, redactar leyes y ordenes ejecutivas, movilizar recursos, trabajar. Pero el cambio social no funciona así, no es como construir un coche, es más como educar un niño. Tratamos con seres vivos que además tienen ideas que dan sentido a su historia personal.

Los partidarios del decrecimiento, muchos de los cuales proceden de la izquierda, están lastrados por las ideas heredadas de su tradición de pensamiento, que incluye conceptos como “modo de producción capitalista”, que nos alejan de una idea cabal sobre el cambio social. La derecha, por el contrario, con pensadores como Milton Friedman o Friedrich von Hayek, ha comprendido mejor ese proceso, obteniendo de esta forma una ventaja sustancial, que le ha permitido obtener una innegable hegemonía cultural.

El eterno debate entre reforma o revolución en el que se suelen quedar encalladas las reflexiones sobre el cambio desaparece en cuanto empiezas a pensar en términos de sistema. El cambio puede ser paulatino o suceder de golpe, pero el activista tiene poco control sobre ello, depende del estado del sistema. Para hacer una revolución es necesario una masa importante de población muy concienciada, y ello no es posible sin un proceso de cambio paulatino previo, que haga que se tome conciencia de que los problemas son acuciantes y son necesarias medidas drásticas.

En un artículo en mi blog personal, desarrollé estas ideas con más detalle, fijándome en varios ejemplos exitosos de cambio social. Allí defendí que dado que nos encontramos en un contexto inestable, o como mucho estable a medio plazo, y no podemos tener mucha confianza en nuestras intervenciones (no podemos asegurar que conduzcan a un cambio exitoso) lo mejor que podemos hacer es lanzar apuestas, actuar, aunque sea sin mucho conocimiento, y evaluar rápidamente los resultados para corregir rápidamente el rumbo si es preciso.



Los resultados que se están consiguiendo no son demasiado deslumbrantes. En cuanto a la concienciación, se genera mucho contenido en blogs pero la penetración es escasa en publicaciones más mayoritarias. En cuanto a las prácticas económicas alternativas, son muy minoritarias, y todavía lo es más el impacto de estas ideas en las leyes y la política. Entre los hechos positivos que podemos ver están la aceptación del cambio climático como una realidad y la consolidación del marco de los “planetary boundaries” a nivel científico. Son buenas noticias que llegan desde el ámbito académico, pero muy restringidas al campo de las ciencias naturales, mientras que los académicos más cercanos a la política continúan manteniendo una lealtad numantina al neoliberalismo.

Si tomamos al pie de letra mi recomendación de experimentar y analizar el resultado para modificar el rumbo, la realidad nos muestra de forma muy clara la necesidad de un giro de timón ¿Hacía donde? Ese es el debate. Una pequeña pista nos la muestra Malcolm Gladwell en su libro El punto clave.

En una parte del libro, que me recordó tremendamente a los debates que solemos tener en Autonomía y Bienvivir y en los foros decrecentistas, Gladwell nos habla de un experimento sobre la prevención de una enfermedad, el tétanos. Me resultó muy curioso que el experimento, inicialmente, consideró dos variables sobre las que a menudo solemos debatir, presentar una información de manera “cruda”, con todas sus implicaciones, lo que algunos llaman “alarmista”, o presentarla de manera más bien aséptica. En este experimento se repartieron dos folletos, uno donde se mostraban crudamente las consecuencias del tétanos, con fotos de seres humanos pasando mucho sufrimiento por la enfermedad, y otro folleto donde se describía el problema de forma anti-sensacionalista. Posteriormente se pasó un test a los sujetos que habían participado en el experimento, y se vio que, de forma poco sorprendente, quienes estaban más preocupados por la enfermedad eran los que habían leído el folleto más alarmista. Sin embargo, la sorpresa llegó después, cuando solo se vacunó contra la enfermedad un 3% de las personas informadas. Además, el hecho de vacunarse o no carecía de relación con haber recibido un folleto u otro. Una primera conclusión sería que presentar la información de forma más o menos alarmista es irrelevante de cara a que las personas actúen en favor del cambio. Sin embargo lo más interesante no es esto, sino que cuando se modificó el experimento incluyendo en el folleto un pequeño mapa con el lugar (conocido por todos de antemano) donde los alumnos podían vacunarse, el porcentaje de los que lo hicieron subió al 28%.

Lo único que hizo falta fue un cambio sutil en la presentación. Los estudiantes necesitaban saber cómo encajar el asunto del tétanos en sus vidas, y la información adicional que implicaban aquel mapita y los horarios en que se realizaba la vacunación hizo que pasara de ser una lección abstracta sobre riesgo sanitario (una lección más dentro del conjunto de incontables lecciones académicas que habían recibido a lo largo de su carrera universitaria) a convertirse en un consejo médico práctico y personal. Así que, en cuanto el consejo se vio como algo práctico y personal, tuvo éxito.

Práctico y personal, fijémonos en este último punto: personal. Las invocaciones para superar el “sistema capitalista” o (de forma mucho más precisa) la modernidad, para cambiar el sistema, no son demasiado personales, al fin y al cabo no es una tarea que uno se pueda echar a los hombros de forma personal. Puede ser una invocación para unirse a un movimiento colectivo pero ¿cual es la tarea de uno allí? ¿Existe una agenda clara con acciones concretas?

Añadir un mapa con unos horarios en nuestro discurso implica invitar a quién recibe el mensaje a realizar una acción concreta, que debe realizar personalmente. Eso no es fácil, pero quizás se puedan encontrar unas pocas, por ejemplo unirse a una cooperativa de consumo y producción de energías renovables ¿Estamos, como diría Bauman, aplicando soluciones individuales a problemas colectivos? Pues no, una solución individual es ir al psicólogo porque te sientes mal ante la deshumanización creciente, pero en nuestro caso, especialmente si tenemos éxito y conseguimos movilizar a un 28% de la población como en el ejemplo, nos estaremos moviendo en el terreno sistémico de las normas sociales.



A partir de ese porcentaje el grupo empieza a ejercer una presión importante sobre los no convencidos y puede alcanzarse un punto de inflexión que convierta lo bizarro en la nueva norma. En el futuro espero dedicar algún otro espacio a esta distinción clave entre lo individual y lo sistémico.

Pero ¿no estaremos, a través de pequeños cambios, apuntalando un sistema que está destinado a desaparecer más pronto que tarde? No es posible responder a esta pregunta como no es posible predecir el futuro. Para reducir la incertidumbre conviene ir haciendo un mapa cada más detallado del sistema, pero yo me atrevo a aventurar algunas ideas, en primer lugar, no veo que la crisis de 2008 haya desencadenado un movimiento ni hacia la sostenibilidad ni hacia la igualdad, por el contrario veo un movimiento hacia el caos.

Es difícil que la población realice un giro de 180 grados desde sus creencias actuales hacia un estilo de vida y unas normas sociales totalmente opuestas, como son las que planteamos desde Autonomía y Bienvivir, incluso tras una nueva crisis económica. Veo más factible que haya pasos previos mucho antes de que desarrollen la creencia en la necesidad de un cambio radical. El factor del gancho nos habla de transmitir la información de forma que sea un revulsivo para el actuar del individuo, pero también hay que considerar que al actuar se modifica su conciencia. Por ejemplo, si alguien está preocupado por el cambio climático y decide unirse a una cooperativa de producción y consumo es posible, y probable, que ese hecho le haga ser mucho másfavorable a una legislación que favorezca a las cooperativas, incluso es probable que el hecho de actuar, de hacer algo, le haga mucho más consciente de los problemas de sostenibilidad.

Propongo que tengamos en cuenta el conocimiento que nos ofrecen Gladwell y otros e intentemos lanzar proyectos e ideas que rebasen el punto crítico, y se conviertan en normas sociales que cambien la conciencia de los individuos acerca del mundo en el que viven. Se trata de dar pasos, evaluar, y dar más pasos, pero sin dar el primer paso no será posible dar el segundo.