"Las
mejores colaboraciones crean algo más grande que la suma de lo que cada persona
puede crear por su cuenta." – Anónimo
"Para
cambiar un paradigma existente, no luches por intentar cambiar el modelo
problemático. Crea un nuevo modelo y así haces obsoleto al antiguo. Esto es en
esencia, el servicio más elevado al que todos hemos sido llamados" –
Buckminster Fuller
1) Introducción
2) El retorno del Homo
Cooperans (Pasado-Presente)
3) Un sistema que se queda sin
aliento (Presente-Presente)
3.1) Factor 1: Exceso de consumo
3.2) Factor 2: Exceso de publicidad
3.3) Factor 3: Exceso de individualismo
3.4) Factor 4: Exceso de crecimiento
económico
4) La batalla por los bienes
comunes (Presente-Futuro)
5) Conclusión personal y
posibles caminos de cambio
6) Epílogo
Apéndice: Listado de diferentes
iniciativas para explorar e inspirarse
1) Introducción
Ya encaminados hacia el final de este
año 2017 para hacer una recopilación de ciertos libros para ir entendiendo y
co-creando el posible paradigma
del bienvivir, tal como hice en el 2015
y 2016,
me he encontrado con un libro sobre economía que merece una reseña especial. Se
trata de “Homo Cooperans 2.0. Por una
economía colaborativa desde el cooperativismo” de Matthieu Lietaert. (Se pueden
leer las primeras 20 páginas aquí)
La economía colaborativa está de moda
para bien o para mal, principalmente por los debates sobre dos de las grandes
empresas que resuenan en todos los medios, Uber y Airbnb. El libro no quiere
poner sólo el foco o el marco en esa polémica y sus consecuencias, sino que
además proporciona una perspectiva tanto
de tiempo, de toda la historia humana, como
de espacio, lugares no tan trillados en los principales medios de
comunicación. Esa perspectiva, más sistémica, puenteando la triada de los
grandes medios de comunicación, el
establecimiento de la agenda, el encuadre (framing) y el primado (priming), permite
aumentar nuestro pensamiento crítico ante cualquier debate, serio o de
cuñados, sobre economía colaborativa. Es más, a mi parecer, el libro integra
implícitamente otra triada,
la del corazón, cabeza y manos. El propósito de corazón de Matthieu para
escribir ese libro es:
“la urgencia de crear un mundo mejor para las
generaciones futuras y para aquellos que hoy ya están excluidos de los
beneficios de la globalización de la economía de mercado.”
Para ello, se vale de toda su
experiencia, tanto académica como de investigación que en el pasado dio fruto a
los documentales “Los
negocios de Bruselas”, sobre los lobbies de las empresas multinacionales o
a “Nos
chers paradis” (en francés) sobre el cambio climático. Finalmente, se ha
puesto manos a la obra co-creando “La fábrica de la
transición”, proyecto real y en marcha donde teoría y práctica se
encuentran, donde se crean soluciones a los problemas y dónde estos pueden ser
replicados en otros lugares. Este y otros proyectos, ya funcionando, serán
expuestos en un apéndice que he realizado al final de este artículo para que
nuevos pioneros se inspiren y den rienda a su corazón, intentando ser los mejores para el mundo, y no tanto los mejores del
mundo.
El libro cuenta con un prefacio de
Michael Bauwens, iniciador de la fundación para las Alternativas Peer-to-peer, y un epílogo
con una entrevista a Jordi Estivill, sociólogo, cooperativista y miembro de XES. Básicamente,
esta obra se divide en tres partes con dinámicos y sugestivos títulos que
enmarcaré y comentaré personalmente en una línea temporal, pasado, presente y
futuro y con un encuadre visual sobre la sombra, la luz y lo invisible.
2) El retorno del Homo
Cooperans (Pasado-Presente)
Un foco en un espacio concreto de la
línea del tiempo, por ejemplo, los últimos 300 años, es como el chiste del
borracho que busca unas llaves que ha perdido al pie de una farola porque allí
hay mucha luz. Quizás por azar las encontremos, pero lo normal es que no estén
allí, hay zonas oscuras más extensas por donde hemos estado que deberíamos
inspeccionar, por ejemplo, con una linterna. Matthieu, con una especie de
linterna del tiempo, busca la esencia humana remontando la historia de la
humanidad (homo rudolfensis, homo ergaster, homo erectus, homo
nearderthaliensis, homo sapiens) y no sólo en este periodo moderno. Su
conclusión es simple:
“Estoy totalmente convencido de que esas grandes familias del género Homo, todas forman parte del meta género Homo cooperans. Sin ninguna excepción. Nuestra sociedad y nuestros libros de historia nos enseñaron a poner el acento, como lo he hecho antes, en las proezas de nuestros diferentes antepasados, el tallado de la piedra, el dominio del fuego, el del lenguaje, el caminar, en incluso las capacidades cognitivas. No obstante, a fuerza de mostrar las diferencias, nos hemos olvidado los rasgos comunes: el género Homo siempre cooperó con sus semejantes, desde hace millones de años.”
Siguiendo con la metáfora de la luz de
la farola, buscar en este periodo moderno de los últimos 300 años es,
mayormente, encontrarnos con las ideas de la gran revolución Darwiniana
amplificadas en nuestros días con ese afán por la competición, la lucha y el
individualismo en una jungla urbana. Al contrario y como muestra con datos en el libro, el ser humano ha vivido en comunidades, más
bien pequeñas, la mayor parte de su historia. Sólo con la explosión urbana
de los siglos XX y XXI vivimos en comunidades (ciudades) más grandes, aunque
aún en Europa el 50% de la población vive en el campo y en pequeños pueblos.
Sin embargo, la paradoja es que cuanto más grande son las ciudades, tanto más
viven sus ciudadanos aislados. En Europa el 35% de los habitantes adultos viven
solos.
A grandes males, grandes remedios. Como
si fuese un mecanismo que contrarrestase la inercia incomunicativa anterior ha surgido también
una explosión en los medios de comunicación (del telégrafo a internet). Quizás
nuestra naturaleza innata comunitaria, de contacto, de comunicarnos, de informarnos
que se atrofia con la individualidad se intenta satisfacer buena o malamente a
través de lo que disponemos en cada época, en este caso, gracias a la
tecnología, tenemos internet. Se ha pasado en poco más de 20 años de una
utilización del 0,4% a más de la mitad de la población con cifras mayores en el
continente europeo. Esta revolución de la información tiene un carácter
diferente con respecto a otras revoluciones como la industrial que se basa en
las materias primas entre ellas el carbón y el petróleo. El conocimiento no se pierde al utilizarlo, al contrario, se puede
compartir y mejorar. Aunque desde un punto de vista sistémico más abierto,
es verdad que sí tiene un cierto costo de materiales y de energía. De todos
modos, visto desde ese punto sistémico, también es verdad como comenta Matthieu
que esta revolución de internet está
erosionando dos sistemas que desde una mirada corta en el tiempo parecen realidades
eternas: la propiedad privada y el sistema de separación territorial entre
naciones. Estos dos conceptos son realidades momentáneas, que se han
construido y del mismo modo que se han construido se pueden de-construir. Como
decía Harari en su libro “Homo Deus”:
”La mejor razón para aprender historia no es para predecir el futuro, sino para que podamos desprendernos del pasado e imaginemos posibles alternativas.”
Así mismo, como sugería en el artículo
del “efecto
perspectiva” de los astronautas, retirar
ese foco fijo de luz sobre los pequeños territorios donde vivimos, nos amplía
la mirada sobre todo el planeta Tierra donde todo está interconectado y no
se ven barreras. Irónicamente, esta última afirmación sobre las barreras, no
tendrá valor si cuando leas este artículo ya se ha construido el muro
EEUU-México.
3) Un sistema que se queda
sin aliento (Presente-Presente)
Paradójicamente, hay un efecto curioso al buscar sólo en la luz,
ésta podría cegarnos si la miramos fijamente. Con ironía humorística el
autor afirma que es muy difícil publicar en la mayoría de las grandes
publicaciones sobre ciencias sociales, principalmente anglosajonas, si no se
utilizan fórmulas o ecuaciones matemáticas. Voilà, Mattieu crea esta fórmula
para resumir esta parte.
Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
Afirma que este es el capítulo sombrío,
el deprimo-constructivista donde busca las causas profundas del malestar de
nuestra sociedad. Contrariamente y desde el punto de vista metafórico que
utilicé anteriormente, para mí, este es
el capítulo luminoso que nos ciega y en el que cree vivir nuestra sociedad actual, aquella que
sólo busca las llaves al pie de la farola y que posiblemente no encontrará.
Más allá de estos juegos lingüísticos, el capítulo se centra principalmente en
los últimos 300 años, una nimiedad con respecto a toda nuestra historia humana,
por ello digo que sigue siendo el presente. De modo sistémico, esta línea de
tiempo mucho más corto es abarcada en su totalidad histórica por el autor y no
se enfoca solamente en algún hecho histórico concreto de cada uno de los cuatro
factores. Dentro de este micro-escenario temporal también es necesario
abarcarlo todo para encontrar las causas y ese malestar de nuestra sociedad. Como
ya hemos comentado en este blog, estas se manifiestan en
una triple crisis sistémica, ambiental, social e individual.
3.1) Factor
1: Exceso de consumo
La dependencia del sistema económico
actual es tan alta que como afirma Matthieu no sólo una huelga de trabajadores
podría tambalearlo sino también una huelga de consumidores. Con interesantes
relatos y curiosidades, el texto nos lleva a través de una línea del tiempo
para entender el consumo desde el homo habilis hasta nuestros días. Ya en estos
últimos 300 años destaco los siguientes
tres párrafos o citas reflejados en el libro para reflexionar sobre varios
factores implícitos que nos ha llevado a evolucionar hacia un homo consumens:
“De una manera general, con el siglo
XVII llega un cambio en nuestra historia al abrirse la era del consumo de
masas. De todas maneras, es un hecho que, sin colonias, sin trata de esclavos
sin explotación obrera, habría sido imposible para las familias europeas
acceder al “gozo del consumo de masas”.
“Puede ser que antes de la crisis (1929),
la gente era demasiado extravagante; pero está claro que ahora se comportan en
el extremo opuesto y se volvieron terriblemente avaros. Desobedecen a la ley de
la obsolescencia al utilizar su coche, sus neumáticos, sus radios y su ropa
mucho más tiempo del que los ingenieros habían previsto. (…) Mi propuesta, para
poner de nuevo el país en la vía de la recuperación económica, es planificar la
obsolescencia del capital y de los bienes de consumo desde el momento de su
producción.”
“Entre 1947 y 1951, los miles de
millones de dólares del Plan Marshall no solo tienen por objetivo la
recuperación económica. Sobre los 95.000 millones de euros (en valor actual),
5000 millones fueron destinados a la producción masiva de películas, de
emisiones de radio, de carteles e incluso de espectáculos de marionetas. Como
lo explica Victoria de Grazia, profesora de la Universidad, cada uno de esas
producciones formaba parte de una propaganda cuyo fin era eliminar los obstáculos
culturales presentes en Europa. Según esa investigadora, desde 1945, se desató
una verdadera guerra cultural para que el consumo europeo y sus frugales
hábitos de consumo se convirtieran al American way of life…”
3.2) Factor 2: Exceso de publicidad
De modo parecido, el autor nos da un
paseo con historias, anécdotas y datos sobre la historia de la publicidad.
Acertadamente, creo que es necesario ver el todo para entender sus partes. Como
ejemplo para reflexionar:
“Algunos pueden pensar que el porcentaje
de PNB invertido en publicidad (1% en UE) es claramente inferior al 5%
invertido en educación (pública). Pero es un error. Si se toma toda la vida de
un ciudadano, se constata que la publicidad afecta a todas las personas desde
la cuna hasta el féretro (cerca de 75 años), mientras que la educación pública
no dura de media más de 15 años. El impacto es grande y, según los últimos
estudios, un individuo de los países desarrollados consume, atentamente, contenido
publicitario 37 minutos por día… Resumiendo. ¡todo van bien!”
3.3 Factor
3: Exceso de individualismo
Otra vez se recorre la historia de estos
últimos 300 años para entender cómo se ha llegado desde la proclama por la
libertad y la individualidad de John Stuart Mill en un contexto social
monárquico y de una autoridad asfixiante por parte de los Estados al extremo
opuesto. En este nos encontramos con un individualismo extremo o demasiados
individualismos, invirtiendo la anterior pirámide, y planteando otra vez, como
hace 300 años, un problema de tipo de sociedad y supervivencia. El autor no
está en contra del individualismo per se, sino
“por el exceso de individualismo que
crea una cultura narcisista, sin otro fin que la contemplación de uno mismo y la
superficialidad de las relaciones.”
3.4 Factor
4: Exceso de crecimiento económico
Finalmente, el último factor, el
crecimiento económico, resultado de las operaciones de los otros tres según la
ecuación del exceso, trae a colación el PIB (Producto Interior Bruto) tal como
se mide la salud económica de un país. Desgraciadamente y tomando la metáfora
de Maslow,
esta herramienta se ha convertido en prácticamente
la única para medir el bienestar de nuestras sociedades. Sin embargo, como
buscar sólo bajo la farola porque es donde hay luz, utilizar sólo esa
herramienta es un grave error de apreciación. Me remito al discurso magistral
de Robert Kennedy sobre el PIB que no deberíamos olvidar cuando debatimos sobre
economía-política. Esta cita es también resaltada en el libro y además de su
sapiencia tiene en mí un cierto componente emocional porque fue aquella con la
que encabecé mi
primer artículo escrito en internet hace unos pocos años.
“Nuestro PIB tiene en cuenta, en sus cálculos, la contaminación atmosférica, la publicidad del tabaco y las ambulancias que van a recoger los heridos en nuestras autopistas. Registra los costes de los sistemas de seguridad que instalamos para proteger nuestros hogares y las cárceles en las que encerramos a los que logran irrumpir en ellos. Conlleva la destrucción de nuestros bosques de secuoyas y su sustitución por urbanizaciones caóticas y descontroladas. Incluye la producción de napalm, armas nucleares y vehículos blindados que utiliza nuestra policía antidisturbios para reprimir los estallidos de descontento urbano. Recoge (…) los programas de televisión que ensalzan la violencia con el fin de vender juguetes a los niños. En cambio, el PIB no refleja la salud de nuestros hijos, la calidad de nuestra educación, ni el grado de diversión de nuestros juegos. No mide la belleza de nuestra poesía, ni la solidez de nuestros matrimonios. No se preocupa de evaluar la calidad de nuestros debates políticos, ni la integridad de nuestros representantes. No toma en consideración nuestro valor, sabiduría o cultura. Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a nuestro país. En una palabra: el PIB lo mide todo excepto lo que hace que valga la pena vivir la vida”
Como decía el autor, esta es la parte
deprimo-constructivista y no sirve de
nada ser ingenuo sobre el potencial de la economía colaborativa sino se atacan
las raíces del problema que están ocultadas tras la luz que nos ciega a través
de esos cuatro factores:
Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
En plan irónico-humorístico para dar fe
de la validez de su fórmula, le remito a su parecido con los cuatro jinetes del
apocalipsis que se pueden intercambiar con los elementos de la fórmula anterior,
quedando de esta forma:
Muerte =
(Victoria x Guerra) Hambre
Como decía el gran economista y pensador
sistémico Kenneth Boulding; “Aquel que crea que
un crecimiento exponencial puede continuar hasta
el infinito en un mundo finito es un loco, o bien un economista”,
así que el exceso de crecimiento nos lleva en dirección a la muerte. Todo esto lo estamos viendo con
la victoria del homo consumens, del
homo economicus, sobre el homo socialis y el homo cooperans en una guerra individualizada, darwiniana, en
el que cada palo aguanta su vela. Finalmente, la guinda la pone el exceso de
comunicación publicitaria, que enmarca nuestros deseos en una cultura
insaciable, con un hambre exponencial de querer más y más.
4) La batalla por los
bienes comunes (Presente-Futuro)
Si anteriormente se ha visto el juego y
contra-juego de luces y sombras con las que he enmarcado el pasado y el
presente moderno de la humanidad, ahora toca encontrarnos con el futuro, lo que
se ignora y es invisible a nuestros ojos. Evidentemente no es una ignorancia
totalmente ciega, el pasado tiene una
inercia por la que existe una cierta dependencia a lo andado y el presente es
muy sensible a los distintos contextos locales del gran ecosistema Tierra.
Matthieu nos trae a colación diferentes batallas con sus impredecibles resultados.
Primeramente, nos trae la batalla de dos de las empresas de la economía
colaborativa más mediáticas Uber y Airbnb contra cierto status quo económico
actual. Este es un tema muy complejo, por un lado, su llegada parece traer
ciertos beneficios globales como por ejemplo una mayor eficiencia de los
recursos, posibles soluciones a algunos elementos de la ecuación del exceso o quizás
menos intermediarios. Por el lado contrario, al ser un elemento nuevo en el
sistema, la regularización no se ha estabilizado creando problemas en el tema
de impuestos, paraísos fiscales, relaciones contractuales y numerosos problemas
que se resaltan en los medios, taxis, alquileres de pisos…etc. Roma no se
construyó en un día y la economía colaborativa lleva cierta novedad por lo que
se necesita cierto tiempo para ver cómo y hacia donde evoluciona. La respuesta
del autor es que no todo es blanco o
negro. No se puede ir a los extremos, permitir todo o prohibir todo.
Comenta que volviendo al pasado la historia está lleno de estos conflictos. La
llegada del algodón indio en el s. XVII contra la lana y el lino europeos. La
llegada del automóvil contra los cocheros de caballos, o la industria contra el
artesanado. La cuestión ahora es:
“hay que reflexionar sobre la mejor reglamentación para la sociedad en su conjunto, teniendo en cuenta su ecosistema a largo plazo.”
Como se indicaba anteriormente, esta nueva revolución está basada en la información, una materia prima
inmaterial, abundante y a la que una multitud puede acceder simultáneamente.
Además, aumenta y mejora cuanto más es
utilizada e intercambiada por los diferentes partícipes. En este punto
Matthieu analiza dos visiones, la de Jeromy Rifkin muy personalizada en su
libro “La sociedad de coste marginal cero” y la de Michel Bauwens con su obra
en francés “Sauver le monde: vers une economie post-capitaliste avec le
peer-to-peer” (Salvar al mundo: hacia una economía post-capitalista con el
peer-to-peer). Para él la aproximación de Bauwens es más real, ya que ofrece
una mirada más participativa, más constructivista mientras que la de Rifkin, el
cambio de paradigma parece ser más automático. Sin embargo, para saltar de un
paradigma a otro se necesita energía y no es simplemente un proceso automático
que ocurrirá finalmente. Esta energía en términos económico/políticos humanos
viene dado por el poder. De ahí la intuición en el título de esta tercera parte
del libro, la batalla por los bienes comunes. Esta es una batalla que nos podemos prever como acabará, existen
diferentes fuerzas y poderes, el horizonte es invisible y no es algo que se
desarrollará automáticamente.
Aquí, hago un inciso para resaltar pedagógica
y visualmente, uno de los diagramas sistémicos más importantes que puede ayudar
para entender el tema del poder (energía) y el tema del cambio en nuestra
sociedad. Está compuesto por la suma de dos tipos de realimentación.
Uno positivo y otro negativo.
Si sólo existiera el de realimentación positiva (parte izquierda), su funcionamiento sería aquel que por cada ciclo recorrido en el elemento de referencia (p.ej. dinero, poder, población, consumo, inteligencia..) se incrementa hasta un nivel de saturación o de colapso. Sin embargo, si le añadimos un sistema de retroalimentación negativa (parte derecha), este invierte la dirección del elemento referenciado pudiendo llegar a un cierto equilibrio. Pongamos por caso un tema de biología en el crecimiento de población, por ejemplo, de conejos, en un cierto territorio o ecosistema. Este no puede ser infinito, sólo de realimentación positiva, a más conejos, más reproducción por lo tanto nacen más conejos y estos vuelven a reproducirse incrementando la población y así incrementándose en cada ciclo. En un periodo de tiempo este sistema o bien colapsa por falta de comida o bien una retroalimentación negativa aparece a través de un incremento de depredadores. Un sistema de calefacción también funciona parecido. En una habitación a 18º, poner el termostato a 20º hace que se ponga en funcionamiento y este no pare hasta los 20º más un pequeño margen. Si la temperatura vuelve a bajar de cierto umbral, la calefacción se vuelve a poner en marcha. Sin embargo, si pudiésemos poner el termostato por ejemplo a 90º (algo que no es posible en los termostatos convencionales), el sistema con las consiguientes pérdidas debido a que nuestra habitación no está totalmente aislada, no pararía. Es decir, estaríamos calentando la calle y esta nunca llegaría a los 90º por lo que el sistema seguiría funcionando hasta su colapso (avería). En la segunda parte del libro que se comenta, con la ecuación del exceso, se puede ver la realimentación positiva que da el consumo, el individualismo y la publicidad. No hay que ser muy ingenuo, loco o economista como decía Boulding para prever que de algún modo eso puede llevarse al infinito. En algún momento el sistema se saturará. De un modo simplista y con sus matices, más o menos, siempre he barajado tres grandes escenarios futuros. Primeramente, un colapso matizable pero que, en su vertiente más extrema, dadas las armas nucleares, pueda llevar a la extinción de la especie humana en su totalidad. Segundo, un escenario típico orwelliano 1984 (que ya estamos experimentando). Finalmente, un cambio de paradigma que nos lleve hacia un cierto nuevo equilibrio, al que aquí hemos llamado bienvivir.
Si sólo existiera el de realimentación positiva (parte izquierda), su funcionamiento sería aquel que por cada ciclo recorrido en el elemento de referencia (p.ej. dinero, poder, población, consumo, inteligencia..) se incrementa hasta un nivel de saturación o de colapso. Sin embargo, si le añadimos un sistema de retroalimentación negativa (parte derecha), este invierte la dirección del elemento referenciado pudiendo llegar a un cierto equilibrio. Pongamos por caso un tema de biología en el crecimiento de población, por ejemplo, de conejos, en un cierto territorio o ecosistema. Este no puede ser infinito, sólo de realimentación positiva, a más conejos, más reproducción por lo tanto nacen más conejos y estos vuelven a reproducirse incrementando la población y así incrementándose en cada ciclo. En un periodo de tiempo este sistema o bien colapsa por falta de comida o bien una retroalimentación negativa aparece a través de un incremento de depredadores. Un sistema de calefacción también funciona parecido. En una habitación a 18º, poner el termostato a 20º hace que se ponga en funcionamiento y este no pare hasta los 20º más un pequeño margen. Si la temperatura vuelve a bajar de cierto umbral, la calefacción se vuelve a poner en marcha. Sin embargo, si pudiésemos poner el termostato por ejemplo a 90º (algo que no es posible en los termostatos convencionales), el sistema con las consiguientes pérdidas debido a que nuestra habitación no está totalmente aislada, no pararía. Es decir, estaríamos calentando la calle y esta nunca llegaría a los 90º por lo que el sistema seguiría funcionando hasta su colapso (avería). En la segunda parte del libro que se comenta, con la ecuación del exceso, se puede ver la realimentación positiva que da el consumo, el individualismo y la publicidad. No hay que ser muy ingenuo, loco o economista como decía Boulding para prever que de algún modo eso puede llevarse al infinito. En algún momento el sistema se saturará. De un modo simplista y con sus matices, más o menos, siempre he barajado tres grandes escenarios futuros. Primeramente, un colapso matizable pero que, en su vertiente más extrema, dadas las armas nucleares, pueda llevar a la extinción de la especie humana en su totalidad. Segundo, un escenario típico orwelliano 1984 (que ya estamos experimentando). Finalmente, un cambio de paradigma que nos lleve hacia un cierto nuevo equilibrio, al que aquí hemos llamado bienvivir.
En este punto, imagino en este dibujo el
diagrama sistémico con las fuerzas que se enfrentarán en esta batalla según el
autor.
Matthieu aboga por
desarrollar una estructura cohesionada y autónoma con la colaboración de todos
los grupos que componen la alta heterogeneidad de movimientos alternativos que
se resisten a esas fuerzas de retroalimentación positiva.
Como decía Korzybski, “el
mapa no es el territorio”, y ese gráfico es una simplificación ya que
la realidad es más compleja. No existe, por ejemplo, en términos lingüísticos
de guerra de las galaxias, una fuerza oscura pura contra una fuerza rebelde
pura. Dentro de cada subsistema, existen diferentes alter-egos. Nosotros mismos no estamos en uno u
otro lado de ese sistema, sino que consciente
o inconscientemente pertenecemos a los dos. Quizás, a mi parecer, este
gráfico sistémico del taoísmo, enmarca mejor las ambigüedades del gráfico de
arriba donde los sistemas no están aisladamente enfrentados, sino que
internamente cada uno de ellos contiene la semilla más pequeña o grande de su
propio cambio o evolución.
En este momento clímax del libro, sobre
la pregunta de cómo cambiar de paradigma
o cómo transformar la sociedad global, Mattieu recurre a Gramsci para
analizar la teoría del poder y del contrapoder, de la hegemonía y la
contrahegemonía que a mi parecer se asemeja al símbolo anterior:
“cualquier sociedad es dominada, en un
momento de la historia, por una determinada ideología. Eso se llama hegemonía
dominante. Eso, nos recuerda Gramsci, no es el fruto de una ineluctable
normalidad caída del cielo, sino que se fundamenta, por el contrario, en una
base material muy concreta en la que los actores y sus motivaciones pueden ser
identificados. Gramsci no se interesa solamente en la hegemonía sino, sobre
todo, en la contrahegemonía, como cuando un sistema político, económico y
social es reemplazado por otro:”
Los matices de negro y blanco no están
totalmente separados, al contrario, como en el ying y el yang en cada lado
existe facciones opuestas. Matthieu nos ilustra con ejemplos de diferentes facciones dentro de una
hegemonía, por ejemplo, en la iglesia católica con un Ratzinger que criticó
mucho la teología de la liberación y al contrario Francisco (Bergoglio) mucho
más abierto tanto en ese tema como en temas
de ecología y economía. También da ejemplos de disidencias en el Banco Mundial y el FMI como las de Stiglitz
(anti-austeridad) o Simon
Johnson del FMI, ahora uno de los más fervientes opositores del secuestro
del mundo político por los lobbies de finanzas internacionales.
La cuestión es, cómo hemos hablado en
este blog, mover
la ventana de Overton hacia esas nuevas ideas, en el caso de nuestra
asociación hacia la autonomía y el bienvivir. Todo ello en el menor tiempo
posible dando los efectos colaterales presentes que se vienen produciendo tanto a nivel
personal, social como medioambiental. Sin embargo, esto a veces toma tiempo y
ni siquiera sabemos sí sólo nos falta un sólo paso para cruzar el umbral. Esto
se puede ilustrar con la cantidad de años que las ideas de Hayek estuvieron a
la sombra de las de Keynes. Es decir, desde la constitución del Mont Pelerin
hasta el desembarco efectivo con las políticas de Thatcher y Reagan pasaron más
de 40 años para que esas ideas entraran en acción. La teoría de Gramsci como cualquier herramienta
sobre el papel es neutra. La cuestión
está en los valores o desde qué puntos de vista de aplican. Quizás el
concepto e ideas de Gramsci están detrás de la cita del economista neoliberal
Milton Friedman, que en un artículo anterior de este blog “El
difícil camino hacia una sociedad alternativa”, han creado cierto debate:
Desde una perspectiva taoísta, Uber y
Airbnb forman parte de ambos sistemas, por una parte, están ayudando al
desarrollo de la economía colaborativa, por otra parte, tienen también su
pertenencia al sistema capitalista de la ecuación del exceso. En un momento de
este presente-futuro hay que preguntarse
por los valores, conceptos abstractos que suelen mantenerse en una capa
invisible de la economía colaborativa y de esos gigantes concretamente. Es
aquí donde Matthieu da finalmente respuesta a la pregunta de este artículo
¿Economía colaborativa? Sí, pero desde el cooperativismo.
Otra vez un recorrido histórico en el
tiempo, desde sus orígenes hasta hoy, con sus luces y sus sombras nos muestra
en perspectiva, los valores subyacentes de
las cooperativas sobre justicia, solidaridad, bienes comunes, con las personas
en el centro del proceso… etc. Como apunta Matthieu, las cooperativas
podrían ser esa institución híbrida entre el Estado y el mercado para gestionar
la sociedad ya que como antes había comentado en el libro, parece evidente que el Estado y el Mercado no desaparecerán.
“Todas las cooperativas están basadas
desde esa época sobre siete principios fundamentales:
1) Adhesión
voluntaria y abierta a todos.
2) Cada
miembro tiene un voto.
3) Participación
económica de sus miembros.
4) Autonomía
y dependencia.
5) Educación,
formación e información.
6) Cooperación
entre cooperativas.
7) Compromiso
con respecto a la comunidad.”
Evidentemente sobre el papel hay muchas
luces, pero el desarrollo de las
cooperativas también tiene sus sombras y aquí menciona la locura de
grandeza de algunas como la cooperativa de consumo Migros o gigante naranja de
Suiza que tiene 2 millones de miembros y que controla el 40% de la alimentación
suiza. El proyecto original surgido antes de la segunda guerra mundial en un
cierto contexto y con unos ciertos valores se ha transformado principalmente en
la búsqueda de ganar más como objetivo. Otro caso de grandeza es de Fagor y el
grupo Mondragón en España, con unos valores originales que han ido cambiando
según el contexto. Quizás debamos volver a la cita y obra de E. F Schumacher, “Lo
pequeño es hermoso”. De hecho, en
Europa según se indica en el libro, existen más de 160.000 cooperativas que
emplean 5,5 millones de personas y que están sostenidas por 123 millones de cooperativistas. Esos casos de grandeza, que llaman la atención es quizás un efecto paradójico de lo fácil que es ver lo
que se tiene delante, lo más grande que además se suele recoger en los
grandes medios, pero la realidad, las
sombras y lo que no se ve es mucho más extensa y diversa.
En el último apartado, en el de la
conclusión del libro, el autor va contestando diversas críticas sobre la
economía colaborativa donde su objetivo no es mostrar el mejor lado de esta
nueva economía a cualquier precio sino remarcar
el potencial y analizar los distintos medios por el cual esta economía tenga
sentido. Una de esas críticas va al tema ético. Como nuestro foco va
dirigido a lo que conocemos, a lo que vemos, el debate de las grandes start-up
de la economía colaborativa se encuentra enmarcado en Uber, Blablacar, Airbnb…
y se dirige a su ética, al dinero que amasan, el tema de los impuestos
etc. Como indica un estudio de Valérie
Peugeot mencionado en el libro, estos empresarios apenas tienen acercamiento a
la economía social y solidaria. De
sesenta empresas del sector de iguales (peer-to-peer) apenas había alguna que
había elegido un estatuto de cooperativa o de asociación. De hecho, las pocas
que lo habían hecho ya lo cambiaron hacia un estatuto de empresa. Por ese lado
parece que no innovaron en absoluto. Mattieu aboga por la creación de alternativas, una especie de CoopBnB, BlaBla-Coop… algo
que si es posible ya que la tecnología,
que ya está disponible, permite crear este nuevo tipo de plataformas.
Además, estas deben pertenecer a
aquellos que las utilizan y no a los inversores.
Finalmente, Mathieu concluye:
“sería ingenuo creer que la economía
colaborativa tomará de forma automática la dirección hacia una sociedad más
ética, en sintonía con su medio ambiente y teniendo como objetivo la
preservación de los bienes comunes. La historia nos enseña que no hay otro
“happy end” que aquel por el que lucharon nuestros antepasados y hemos luchado
nosotros. Si hubiera una conclusión a la que llegar de mi trabajo de
investigador universitario sobre el lobbying europeo, sería que el mundo de las
empresas multinacionales invierte un tiempo enorme en la creación de alianzas
ideológicas con el fin de transformar sus ideas en políticas concretas. Al
operar de manera transversal, en diferentes niveles y utilizando diferentes
tácticas, estas empresas han desarrollado una estrategia extremadamente eficaz
en nombre de la maximización de sus beneficios y del productivismo.
Estos últimos años, sin embargo, el
viento ha comenzado a virar y sus sistema nos muestra sus límites todos los
días. La cuestión que necesitamos plantearnos es la de saber cómo podríamos
organizarnos para vehiculas otras ideas, y para que, también, nosotros podamos
transformarlas en políticas concretas.”
La exhortación de Michel Bauwens “¡Iguales
de todos los países, uníos!” es un excelente comienzo para que un
movimiento el “Cooperativismo de
Plataforma” empiece a dar sus frutos hacia un bienvivir.
5) Conclusión personal y
posibles caminos de cambio
“Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.” El principito, Antoine de Saint Exupèry
Aunque he ido comentando el libro
“Cooperans 2.0” a lo largo del texto, quisiera cerrarlo con una conclusión
personal compuesta por la triada de marcos o metáforas que empleé para su
análisis. Primeramente, la línea del tiempo pasado-presente-futuro, que desde
la perspectiva que he empleado tiene forma de línea recta y es muy adecuado
para trazar una cierta narrativa.
Aunque si pudiéramos alejarnos lo suficiente en la distancia, quizás esa parte
de la línea geométrica pertenece, más bien, a un círculo o una espiral donde
pasado-presente-futuro se entremezclan (véase temas de antropología
del tiempo, física
cuántica y el tiempo o novelas, ensayos
y películas
con esa paradójica idea). Por otra parte, también he examinado el libro desde
el punto de vista, nunca mejor dicho, de una triada visual con sus luces,
sombras y partes invisibles. Todo ello ha confluido es esa batalla por los bienes comunes que se está dando en este
presente-futuro y cuyo resultado es
impredecible o más bien invisible a nuestros ojos. Una de las ideas más
claras que ha servido de unión en el libro entre sus tres partes viene dada por
la fórmula del exceso.
Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
Y sobre ese exceso ha puesto el foco su
mirada Richard Heinberg, colaborador del Post-Carbon Institute, en un artículo
o manifiesto que realmente merece la pena ser leído (de momento sólo en
inglés). En él nos ilustra, doblemente, sobre los marcos comunicacionales con sus luces y sus sombras. Primeramente,
por el titular del artículo ya que el original se publicó en Ecowatch y a los
pocos días lo hizo en el blog del Post Carbon Institute con idéntico contenido
pero distinto marco. En el primer caso el título “Systemic change driven by moral awakening is our only hope” (El
cambio sistémico impulsado por el despertar moral es nuestra única esperanza).
En el segundo caso, el titular que ya ha sido replicado por otros medios lleva
el título “Why climate change isn’t our biggest environmental problem, and why technology won’t save us” (¿Por qué el
cambio climático no es nuestro mayor problema ambiental, y por qué la
tecnología no nos salvará?) En un juego de luces y sombras, Heinberg,
muestra la luz que nos puede cegar, ese foco en el cambio climático y las
sombras donde hay que buscar las soluciones, pensamiento sistémico y despertar
ético. Para aquellos que quieran saber por qué el cambio climático no es
nuestro principal problema, Heinberg manifesta que el cambio climático es un síntoma y la fuente o causa es cómo bien
afirmaba Matthieu, el exceso (overshoot). Nos hemos excedido en muchos
frentes y esto atenta contra la capacidad de carga de nuestro planeta. Este año
el día que marca la sobrecapacidad del
planeta, aquel en el que los humanos ya hemos consumido lo que la Tierra
puede regenerar en un año, ha pasado a ser el 2 de agosto. Si seguimos una línea temporal desde el primer año en
el que se estableció que era 1987 nos encontramos que en aquel año el día era
el 19 de diciembre. En 1990 era el 7 de diciembre, en el año 2000 el 1 de
noviembre, en el año 2010, el 21 de agosto y siguiendo este camino de excesos,
en el año 2018 posiblemente sea ya un día de julio.
Respecto al tema tecnológico, aquí ya hemos escrito
diferentes artículos como este, del mito de la tecnología o este de la tecnosfera. En el caso del ensayo de Heinberg, este afirma que sólo se dirige a
paliar los síntomas y no la enfermedad y nos deja este video de la campaña “No hay App para esto”. En este video, una antropormización de la tecnología, nos cuenta a lo largo del tiempo su vínculo
con los humanos, pero dados sus excesos de los últimos años pide que no se le
explote más.
La fórmula del exceso con esos cuatro factores, que yo
personalmente llamaría la “fórmula del
malvivir”, pudiera tener su alter
ego en una “fórmula del bienvivir”. Concretamente el modelo que planeaba
para la sostenibilidad estaba marcado por cuatro elementos. Si los extrapolo a
la ecuación del exceso podría quedar así:
Medio
Ambiente = (Bienestar Responsable x Derechos Globales) Ética Global
Transformado en esos valores, que no están a la vista,
sino que se palpan en la cultura y que serían el alter ego de esa metáfora del
apocalipsis,
Muerte
= (Victoria x Guerra) Hambre
se obtendría otra posible perspectiva de la fórmula del bienvivir:
Existencia
= (Realización Humana x Convivencia) Consciencia
El lema del bienvivir que hemos adoptado en esta
asociación “Seres humanos más felices,
en sociedades más equilibradas, y en armonía con su entorno” se ve
reflejado en esa fórmula. Nuestra
existencia depende del Medio Ambiente (Planeta) y para ello se requiere una convivencia entre todas las
culturas y entre todo tipo organizaciones (globales y locales) que en él se
dan y que viene marcada por unos
derechos Globales. Así como existen derechos, existe su alter-ego las
responsabilidades. A nivel individual se deberían conjugar éstas con el desarrollo de las necesidades y capacidades
de cada individuo. Finalmente, la
principal palanca de apoyo que en pensamiento dinámico viene a ser el lugar
donde el mínimo esfuerzo da la mejora más significativa y sostenible para el
sistema, sería como dice Heinberg, el despertar moral. Es decir, en la fórmula
anterior, la consciencia o la ética
Global.
Finalmente, si se quiere profundizar en los detalles de
ese despertar ético, el modelo que planteé y en el cual sigo trabajando, tiene también sus cuatro factores
éticos. Además, expongo la que creo yo que es la
principal palanca de apoyo (exponencial), el diálogo ético.
Ética
Medioambiental = (Ética de las virtudes x Ética de la Solidaridad) Ética
dialógica
Planteado ya este problema en el artículo de la metáfora del elefante y los ciegos, el ser humano
no puede conocer la totalidad de la realidad. En pensamiento sistémico, quizás,
la primera regla, es conocer la gran perspectiva (big picture) del sistema.
Pero esto, por definición, por nuestra pequeñez, es un imposible, por ello se requiere de la cooperación, del diálogo
de los diferentes responsables para entenderse, reflexionar, ver los puntos
ciegos propios que otros si los pueden ver cuando nos enseñan su perspectiva….
en el fondo un diálogo ético del Homo Cooperans. Como decía alguien
anónimamente:
6) Epílogo
Además de que el mapa no es el territorio, Korzybski nos decía que el nombre no es la cosa nombrada.
He estado hablando de “economía” pero esta palabra tiene diferentes
connotaciones según el contexto o los valores de las personas que la definen.
Personalmente su significado para mí está muy relacionado, principalmente, con
el contexto del primer y cuarto postulados de Max
Neef sobre la economía: “La economía está para servir a las personas
y no las personas para servir a la economía” y “No hay economía que sea
posible en la ausencia de servicios de ecosistema”. Por otra parte, el
apellido de economía en este caso “colaborativa” tiene también su contexto
según la perspectiva de cada uno. Para algunos, la economía colaborativa de
Uber y Airbnb no es la misma economía colaborativa que la de una cooperativa
que, por ejemplo, se dedicase a la alimentación ecológica. Tenemos que diferenciarla
y como bien dice el dicho, para gustos los colores. En el primer foro de
Economía alternativas (NESI) del cual ya hemos hablado aquí
se juntaron a dialogar diferentes aproximaciones a la economía. Quizás tenían
un apellido diferente, bien común, azul, solidaria… etc. pero en el fondo el
nombre se dirigía a ese contexto propuesto por Max-Neef. De hecho, ese grupo de
economías con diferentes apellidos colaboraron para la elaboración de la “Carta
NESI” cuyo objetivo es servir a las
personas y al planeta. Para aquellos que quieran conocer ese arco iris de
colores de la nueva economía, Guy Dauncey al final de su ensayo “A
new cooperative economy” (Una nueva
economía cooperativa) que obtuvo uno de los premios de “The Next System Project” nos ofrece un apéndice con un listado de casi 70 modelos de nueva economía.
Apéndice: Listado de diferentes iniciativas para explorar e inspirarse
Apéndice: Listado de diferentes iniciativas para explorar e inspirarse
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado
Esta es una recopilación que he
realizado con las diferentes alternativas, algunas ya conocidas como Wikipedia, Libreoffice, Firefox y Linux, que va describiendo Matthieu Lietaert en su
libro Homo Cooperans 2.0 para que si alguien está interesado pueda explorar e
inspirarse:
Bajo el asfalto está la huerta
(BAH!), colectivo dedicado a
la agroecología que propone un modelo alternativo de producción, distribución y
consumo agrícola. Este modelo se basa en la autogestión, sustentado en una
estructura asamblearia y un funcionamiento horizontal que hace posible la
relación directa productor/a - consumidor/a, implicando la participación tanto
del colectivo de trabajadores/as como de los diferentes grupos de consumo de
distintos barrios, localidades y colectivos…
La colmena que dice sí, compra alimentos de calidad a los
productores y elaboradores locales. Participa en la familia de productores y
vecinos de tu barrio.
Park Slope Food Coop, (EEUU), buena comida a bajos precios para miembros trabajadores
a través de una cooperativa desde 1973. Parecido BEES Coop en Bélgica y La Louve en Francia.
Fab Lab es el
proyecto de extensión educativa del CBA (Center for Bits and Atoms) del MIT,
una extensión de su investigación sobre fabricación y computación digital. Un
Fab Lab es una plataforma de prototipado técnico para la innovación y la
invención, que proporciona estímulo para el emprendimiento local. Un Fab Lab es
también una plataforma para el aprendizaje y la innovación: un lugar para
jugar, para crear, para aprender, para enseñar y para inventar.
Fabcity, es un nuevo modelo urbano para ciudades autosuficientes,
localmente productivas y conectadas globalmente.
Cooperativa Integral Catalana,
iniciativa de transición desde abajo, mediante la autogestión, la
autoorganización y el trabajo en red.
Faircoin, criptomoneda del ecosistema Faircoop que es una cooperativa
abierta de ámbito mundial que se autoorganiza a través de internet fuera de los
límites y controles de los estados nación.
Consorcio de cooperativismo de
plataforma, es un movimiento en auge que construye un futuro del trabajo
más justo. Una serie de autónomos, unos miembros de cooperativas y un amplio
abanico de usuarios de Internet han creado una alternativa concreta y a corto
plazo a la “economía colaborativa” extractiva.
Carpling, la red social para ahorrar
tiempo y dinero en tus desplazamientos a diario y en algunas cosas más... al
tiempo que contribuyes a cuidar el único planeta que tienes.
Drupal es un software de gestión de
contenidos. Se utiliza para hacer muchos de los sitios web y las aplicaciones
que utilizamos todos los días. El proyecto Drupal es software de código
abierto. Cualquiera puede descargar, usar, trabajar y compartirlo con otros. Se
basa en principios como la colaboración, el globalismo y la innovación. Se
distribuye bajo los términos de la GNU General Public License (GPL). No hay
nunca cargos por licencias. Drupal siempre será gratis.
La fábrica de la
transición, proyecto que planea ofrecer uno de los lugares de vida y de
experimentación más progresistas de Europa. Un centro donde la teoría se
encuentra con la práctica, donde se crean soluciones a los problemas y donde
éstos pueden ser replicados en otros pueblos y ciudades.
Open Source Ecology (OSE). Una
economía de código abierto y libre es una economía eficiente que aumenta
mediante la colaboración abierta. Para llegar allí, OSE está desarrollando
actualmente un conjunto de planos de código abierto, set de construcción de la aldea
global (GVCS), un conjunto de las 50 máquinas más importantes que se
necesita para que exista la vida moderna - desde un tractor hasta un horno, hasta
una máquina de hacer circuitos eléctricos.
Ouishare, cuya misión es crear y promover una
sociedad colaborativa justa, abierta y de confianza conectando personas, organizaciones
e ideas. Es un think and do tank.
Guifi.net, es un proyecto tecnológico, social y económico impulsado
desde la ciudadanía que tiene por objetivo la creación de una red de telecomunicaciones abierta, libre y neutral basada en un modelo
de procomún. El desarrollo de esta infraestructura
mancomunada facilita el acceso a las telecomunicaciones en general y a la conexión a Internet de banda ancha en
particular, de calidad, a un precio justo y para todo el mundo. Además, genera
un modelo de actividad económica colaborativa, sostenible y de proximidad.
Parecido pero en telefonía se encuentra la Phone Liberation
Network
Freecycle, es un movimiento popular y sin
fines de lucro de personas que están dando (y recibiendo) cosas gratis en sus
propios pueblos y barrios. Se trata de reutilizar y mantener las cosas buenas
fuera de los vertederos.
Además
sugerencias sobre Monedas
locales, Banca Ética,
Cooperativas
de energía renovables Cooperativa de
viviendas, y red
de ciudades que desde lo local cambian el mundo.
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