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lunes, 25 de septiembre de 2017

"La ola" catalana y el lenguaje visual.

Para empezar, quiero dejar claro que no tengo una solución preferible. Me puedo imaginar muchas opciones para solucionar este conflicto en la actualidad y no estoy ni de un ni de otro lado. Ni debo estarlo para mantener la vista despejada. Aunque como menciono antes veo varias posibles constelaciones de como pacificar este conflicto pienso que no obstante solo habrá una mejor solución. Las otras serán inferiores para alguno, pero no tienen que ser malas.

Comenzamos con la clarísima e innegable diferencia entre las dos lenguas. Una suena como una mezcla entre italiano y francés con un rebote metálico/nasal en los vocales A y E, la otra más como alguien con origen árabe y celta que habla latín. Allí en medio se encuentra Madrid intentando hacer caber desde hace quinientos años todas esas culturas distintas debajo de una misma corona. Igual ya esto es una infame petulancia que solo puede surgir de una arrogante actitud de omnipotencia del movimiento de contrareforma que ha provocado Lutero. Roma se sentía ofendida por la actitud herética y liberal de los reformistas y empezó a destruir absolutamente todo lo que no cabía en su estrecha filosofía de culpa y moral. A continuación de bodas reales entre poderosos representantes de dicha iglesia se formó un imperio que cambió el mundo en su momento. Cataluña y Aragón quedaron anexionadas. Desde entonces se cultivaba una propia identificación cultural en Cataluña sin fronteras geográficas muy definidas. No obstante, las cosas se iban adaptando entre unos y otros como es la naturaleza del humano, flexible y dúctil y hoy tenemos una pluralidad rica y llena de oportunidades. Gente nace con dos lenguas maternas en toda España. Andalucía aporta un puente al interesante mundo y discurso de los países de África del norte. El norte y el país vasco ofrecen tierras y conceptos ricos en determinación, fortaleza y misticismo de origen celta. El Pirineo oriental y la costa catalana son la puerta a las filosofías y pensamientos occidentales. Madrid podría ser la sede cultural que coordina esta pluralidad y potencia las ventajas de cada región. Lamentablemente lo contrario es el caso. A todos se explota con nepotismo y burocracia sin ser una dictadura militar. Simplemente controla y oprime el desarrollo económico y cultural de sus numerosas zonas autónomas. 

Tantos siglos de gobierno centralista han hecho que ahora en Cataluña se luche con las mismas armas opacas y déspotas. Es muy cómodo adaptarse a una sociedad cuyas reglas no están escritas y pueden cambiarse cada día a conveniencia y de manera totalmente arbitraria. La mayoría de los catalanes también han caído en esta cultura tramposa de corrupción civil. Ahora llevan una forma de vida que se basa en las mismas estrategias sucias que se expanden desde su gobierno monárquico. En quinientos años Cataluña se ha convertido en una extensión más de ese feudalismo de Madrid. La pregunta es si puede deshacerse en pocos años de un desarrollo que ha durado siglos. ¿Puede romper con las múltiples pendencias económicas, civiles y culturales de la noche a la mañana y si la respuesta es sí, cómo? ¿Puede Cataluña seguir con vida si se deshace de todos los enlaces con el resto de España? No entro en un discurso sobre datos económicos porque la historia de esta tierra sugiere que el negocio va donde está la cultura y no al revés. Seguimos entonces con un hilo que promete más certeza y razón. El cultural y social.






Aquí hay dos culturas que se han ido acercando y sobre todo igualando durante mucho tiempo. La manera de afrontar conflictos son muy similares en los dos partes, se ignoran hasta que explotan. El que denuncia el fraude, el chantaje, la mentira, se convierte en la causa del mal y así en el chivo expiatorio para el fracaso ético y social de los demás. El comportamiento observable en los espacios de uso público también es francamente el mismo: escandaloso, irespetuoso y prepotente. Los casos de corrupción no son inferiores ni más o menos frecuentes en ambas partes. La violencia verbal en momentos de frustración individual es muy común y el lenguaje aplicado, incluso en ambientes de educación universitaria, es pésima sin diferencia alguna entre los dos. La respuesta a esto suele ser: ”sí, porque nos hemos ido adaptando a estos mal educados centralistas, antes éramos mejores personas, antes de 1714”. Ya se ve que incluso el alto cultivo de excusas irracionales y victimistas no se diferencia en nada de las que se usan en cualquier otra parte del país. Echar la culpa del propio comportamiento a alguien que se lo ha impuesto o provocado. 



¿Porque todo esto cambiaría si Cataluña fuese un estado independiente? No hay ningún indicador que demuestra que la actitud de pandereta, estafa y choriceo se cambie de un día para otro con un cambio en la gestión pública o del jefe al que reportar. ¿Hace falte una ley que regule o un gobierno propio que permita, o incluso gratifique ser buena y honrada persona? ¿Hace falta un reglamento moral de la iglesia para actuar como persona con una ética humana? ¿Porque buscamos aplauso para actos de altruismo? ¿De verdad que necesitamos llevar el corazón en la lengua para mostrar que tenemos uno en el pecho?

Vemos que el problema está más profundo, en la educación de toda una cultura cristiana que es compartida en toda la península ibérica. El dogma de la doble moral y el favorecer a la actitud pusilánime es tan español como catalán y ningún estatuto, ninguna bandera, ninguna propaganda paralizadora y ninguna manifestación gigantesca cambiará este comportamiento si la gente no comprende que son ellos y su conducta de cada día donde se diferencian. Una ruptura con España potenciara muchos problemas socioculturales que tiene Cataluña y solucionara muy poco porque como hemos comprendido ahora, la causa del malestar no se eliminará con ello.


Me gustaría añadir que observo con curiosidad lo que vendrá, sin juzgar. Pero también informo como alguien imparcial que el método propagandista de “juntsXsi” es demasiado similar a los de las viejas dictaduras muertas como para no tener la piel de gallina de terror escuchando a sus protagonistas como repiten una y otra vez desde hace 3 años los mismos gritos vacíos e ignoran por completo los problemas reales que sufre la gente en la actualidad.



A mí, como “nouvingut” me consta que la torpe y hortera falta de respeto viene de ambos lados. Me consta que los conflictos políticos no se llevan de otra manera que cualquier conflicto a nivel particular entre dos personas. Se ignora o al menos no se habla hasta la ruptura absoluta, violenta y teatral de la relación. Excepto con mi mujer (catalana), y algún amigo más, pocas veces fue testigo de una dialogo de verdad. Lo que se hace llamar debate es un infantil circo de gritos y monólogos oportunistas. También en la cultura de debatir, objetar y llevar un discurso honesto y limpio los catalanes no se distinguen en nada del resto de España. Ese es otro motivo por el que la estrategia que se está ejecutando probablemente va fracasar, y esto aun siendo SI el resultado, creo que será un fracaso cultural, porque lo que define una victoria ganada no es el premio obtenido sino el camino que se ha tenido que recorrer. Si este camino fue acortado y tramposo, la victoria sabrá a poco mas que la sensación volátil y temporal que tiene un ladrón de ideas. Pronto necesitará mas. 
Además si hay dos partidos opuestos que luchan con las misma armas es solo cuestión de recursos quien ganará.

Finalmente me gustaría desplegar otro aspecto y para mí el más relevante e inquietante de todo.

Miremos un libro en particular que hace ver y reconocer que poder tiene una propaganda repetitiva y monótona, empleando palabrotas superlativas de victoria y gloria épica de manera mántrica. Vamos a ver paralelismos en la retórica del actual discurso intra-español que dan escalofríos. Se trata del libro de Victor Klemperer: "LTI-Lingua Tertii Imperii” apuntes de un filólogo. Solo hace falta ver el simbolismo verbal y visual de delirios de grandeza en las diadas y en las entrevistas de TV3 durante las mismas  (cito: “Tengo mucha fe y esperanza finalmente en ser 100% catalana - yo me pregunto que es ser 100% catalán?). O por otro lado la arrogancia de los discursos ingenuos desde Madrid.


No se informa a la ciudadanía sobre detalles del proceso. Nadie sabe cómo exactamente se separará Catalunya de España a nivel operativo. Nadie se ha molestado en poner en duda la justificación en cuanto al contenido concreto del mismo. Nadie dice: “Si, pero como exactamente” Aun siendo favorable a la independencia es la obligación civil de cada ciudadano comprobar si el camino de los políticos es el correcto y no causa más daño a largo plazo. Democracia sobre todo es saber que como persona civil tengo la obligación de estar al día de las actuaciones de mis representantes (los políticos) y aunque esté generalmente a favor de su dirección no puedo dejarme engañar por una retórica emotiva que lo único que hace es polemizar y polarizar, pero no dar ninguna información sobre el contenido y la estrategia detallada de su plan. El pueblo catalán está lejos de comportase cómo miembros de una democracia ahora mismo. Mas bien se comporta como un fanático seguidor de unos calentones déspotas que aprovechan un conflicto real entra Madrid y Barcelona para satisfacer su hambre de sentimientos de épica grandeza. Un complejo de inferioridad ampliado al colectivo siempre fue la principal tierra fértil para las peores dictaduras de la historia. Véase la tele u otros medios. Siempre que hay un reportaje sobre algo de origen catalán (embutido, esquiadores, fabricantes de cerveza, deportes outdoor, museos, comida. lo que sea) siempre se encuentra alguna manera grotesca de medir para afirmar con orgullo que algo catalán está “entre los mejores del mundo” o “con referencia mundial”. Dime, estimado lector, que piensa sobre gente que de manera tan maniática y desesperada ha de buscar un criterio que permite declarar una particularidad cultural como referente mundial (por insignificante que sea).






Creo que lo que más va costar en el camino de Cataluña es reconocer que su comportamiento, su carácter y su forma de ser es demasiado española, opaca y oportunista para conseguir la paz interior que busca. Ojalá me equivoque, no porque esté a favor del divorcio, sino porque quiero ver como han pensado poner en practica y como van a cumplir con el reto de convertirse, magicamente
, en un país de civismo, un estado de derechos con un sistema fiscal justo y transparente y con un sistema sanitario y educativo que no va por edad, apellido y bolsillo sino por numero de turno. O simplemente van a copiar el eco-fascismo social de Suecia para la gente normal y la hipocresía del estamento aristocrático de Suiza o Andorra para la capa del poder. Porque esto es a lo que me huele el viento burgués que viene desde Gerona. No se la tramontana, es el soplo helado de un territorio intelectual concreto en Catalunya y su respectiva clase socio-económica, cuyo motor psico-cultural es el rencor y la envidia.

Pero, si el hombre lo ha construido, el hombre lo puede cambiar. 


1 comentario:

  1. Buena intervención! René Girard se pasó media vida escribiendo sobre el mecanismo antropológico de la “rivalidad mimética”. ¿Cómo salir indemnes de la trampa identitaria? Estos trenes que parece que quieren buscarse y chocar están guiados por mentecatos y tramposos. Hasta hoy ha sido un esperpento que oscila entre lo patético y lo cómico. Pero mañana... Es difícil no percibir las posibilidades trágicas de la confrontación: entre los dos trenes hay muchos rehenes que pueden convertirse en víctimas. Ellos y nosotros. Nosotros y ellos. Aunque no haya tal cosa. Salud.

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