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martes, 18 de junio de 2019

Ciencia y política: Precisiones sobre el debate en torno al camino que debe tomar el activismo ante las grandes incertidumbres del futuro y la estrategia de Extinction/Rebellion



Quiero agradecer a Quim Moncanut, de Facebook, la inspiración para este artículo. Sin sus valiosos comentarios no me habría dado cuenta de que en gran parte la postura de la asociación, y la mía propia, en el debate sobre el camino que puede ser más útil al activismo en su búsqueda del cambio social, se está malinterpretando. Quim me atribuye una postura “tecnocrática” por apelar al consenso científico.

Más allá de clarificar posturas personales el debate tiene un enorme interés ya que en el núcleo de este está la cuestión de la relación entre la ciencia y la política, y por tanto es fundamental para cualquiera que quiera participar de forma activa en movimientos sociales y eso que se dio en llamar “sociedad civil”. Si la ciencia es la “Verdad”, no queda mucho espacio para la política: “la termodinámica no negocia” se suele argüir. Puede que a veces la ciencia deje poco espacio para debatir ciertas cuestiones como la trayectoria de un proyectil, pero en muchos casos corremos el riesgo de que se nos presenten como “soluciones simplemente técnicas”, medidas debatibles, sustrayendo de esta forma ese debate a la población.

Es bastante frustrante que te atribuyan una postura tecnocrática cuando, como es mi caso, has dedicado gran parte de tu labor de divulgación y activismo a denunciar los discursos políticos que se revisten de cientifismo para estrechar el marco del debate, haciendo pasar por medidas “técnicas”, lo que en realidad son medidas políticas. En el blog de Autonomía y Bienvivir podéis encontrar artículos muy significativos en este aspecto como Expertos vs. el colectivo, pero donde de forma más recurrente hemos tocado este tema ha sido en el podcast de Ampliando el Debate de la mano de alguno de los mayores expertos de España en la cuestión, como el historiador Carles Sirera. Quien esté interesado puede escuchar programas como Los cuentos de los todólogos, La narrativa de la ciencia y sus límites, La dictadura de los expertos, Científicos al borde de un ataque de nervios o Rebelión y tecnocracia. Pero no he venido aquí a hablar de mi libro, vayamos al grano.


La ciencia posnormal

La ciencia posnormal, o ciencia con la gente (no suena muy tecnocrático ¿verdad?), es la metodología que en varios artículos (1, 2, 3 sin ser exhaustivo) publicados en el blog de Autonomía y Bienvivir se ha defendido como fundamental para abordar los grandes problemas medioambientales de nuestra sociedad.

¿Realmente puede hacerse ciencia con la gente? ¿No es esto un posibilismo ingenuo? ¿No deben decidir los expertos sobre cuestiones que escapan del ámbito del conocimiento de la mayoría de las personas como la energía nuclear? En realidad, no. La ciencia posnormal establece una categoría de problemas, que se pueden representar en un diagrama, en función de la incertidumbre y de los riesgos asociados al problema

miércoles, 12 de junio de 2019

Pensamiento responsable: una nueva manera de pensar en el siglo XXI


De un economista inmaduro a un economista responsable: una 8ª manera de pensar la economía del siglo XXI *

“Economistas, cuando hablan de “jugarse la piel”, sólo se preocupan por lo primero.” (Nassim Nicholas Taleb)

“Los economistas son humanistas, necesitan muy pocas matemáticas.”                             (Christian Felber)

En su libro “Jugarse la piel: asimetrías ocultas en la vida cotidiana”, Taleb especifica que “jugarse la piel” es exponerse al mundo real, y pagar un precio por sus consecuencias, sean estas buenas o malas. Sin embargo, la mayoría de los economistas de los últimos siglos no sufrieron en su piel por sus errores, pero sus consecuencias causaron muchos problemas a una gran mayoría de gente y al Planeta donde vivimos.

Estos errores podrían clasificarse en dos grandes categorías: ignorancia y mala fe. Por el contrario, los objetivos principales en la educación durante nuestra infancia tratan de evitar lo anterior. Por lo tanto, un signo de inmadurez en la edad adulta ocurre cuando la ignorancia y la desinformación (posverdad, propaganda, falsas noticias…) dominan nuestro comportamiento para una buena convivencia. 

Hoy en día, muchos economistas se encuentran todavía en esta fase inmadura. Por un lado, no han adquirido un sentido crítico para cuestionar la mala educación económica que han recibido, por lo que continúan inmersos en cierta ignorancia. Por otro lado, reconocen esos fallos de la economía, pero continúan siguiendo el mismo camino, ya que obtienen ciertos beneficios personales sin que las consecuencias les afecten todavía. Esto podría ser un problema de egocentrismo o narcisismo con una cierta falta de empatía. En este caso, la línea delgada entre el comportamiento patológico y criminal debería ser resuelta por psicólogos y jueces. 

Para dar la vuelta a esta situación se necesita un nuevo pensamiento. Este nuevo camino podría construirse alrededor del concepto de "responsabilidad". A través de esta idea, el desafío es integrar la regla de "jugarse la piel" y algunas herramientas para disipar nuestra ignorancia. Las virtudes de justicia y sabiduría acompañarían el camino hacia la "responsabilidad". Ambas ideas son complementarias.

Obviando el camino de la mala fe y sus consecuencias, que en circunstancias normales se debería corregir a través de los órganos institucionales de justicia, nos centraremos en solventar el problema educativo de la ignorancia. Ser ignorante en cualquier tema o específicamente en aspectos económicos no es un problema en sí mismo. No es posible conocer todo y ser humilde para preguntar o aprender es un rasgo de responsabilidad. Sin embargo, si durante nuestra fase educativa infantil y juvenil, nuestros padres, la cosmovisión predominante de la sociedad o nuestros profesores de economía u otra materia no enseñaron cosas erróneas porque ellos así lo creían, ¿cómo podríamos saberlo?

Actualmente, la educación general, que, muy frecuentemente, es influenciada por el mercado, los lobbies y otros muchos factores, se enfoca en STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Algunos departamentos de educación añaden “Arte” (STEAM), pero muy pocos de ellos añaden “Humanidades” (SHTEAM). La economía es una ciencia social y la “H” de Humanidades, como bien indicaba Felber al principio, debería ser su marco principal. Sin embargo, la economía se ha infectado por ese enfoque STEM que está tratando de dominar la agenda y la política de muchos departamentos de educación. Las ciencias sociales y humanidades con ramas como la filosofía, sociología, antropología, literatura, lingüística, historia…están perdiendo protagonismo y, quizás con ello, la semilla de nuestro humanismo.

Como dicen los economistas ecológicos, la economía se circunscribe al Planeta Tierra y no al revés. Similarmente podríamos decir que las matemáticas se circunscriben al lenguaje humano. Los números por sí solos no significan nada. Necesitan del lenguaje humano para tener un sentido significativo en nosotros. Por ello, la siguiente figura nos guiará por los fundamentos para buscar, de modo general, un bienestar responsable y, de modo particular, ser un economista responsable. Con esto último intentaremos dejar atrás a ese economista inmaduro que debido a circunstancias contextuales ha dominado los siglos anteriores. Quizás las claves de esa inmadurez económica vengan de darle tanta importancia a las ecuaciones, integrales y algoritmos y haberse olvidado de la importancia de las narrativas, metáforas y paradojas. Es decir, se enfoca más a lo técnico que a lo humano.  

                   Fig. Pensamiento Responsable. Fuente: Elaborada por el autor

jueves, 6 de junio de 2019

Querido Antonio Turiel,


Llevo tiempo siguiendo tu blog, en primer lugar decirte que agradezco de corazón tu labor de divulgación, de la que hemos aprendido enormemente. Sin embargo,  el otro día publicaste un artículo con el que no estoy de acuerdo, y me parece necesario volver a explicar las importantes divergencias. En realidad, aunque me voy a centrar en un sólo párrafo de un artículo tuyo, podrás comprobar a lo largo de este artículo que ejemplifica y funciona como epítome de los males de algunos discursos por la sostenibilidad que encuentran un techo de cristal muy bajito ¿Por qué la gente no entiende el peak-oil? Creo que por cosas como esta.

Dices en tu artículo, llamado “Respuesta a la emergencia”

Hay que comenzar por entender una cosa. El problema ambiental (en general, no solo el cambio climático) es grave y reclama medidas urgentes, pero no es una emergencia. Lo que sí que es una emergencia es hacerle frente al descenso energético que ya tenemos no delante sino bajo nuestros pies. Lo que verdaderamente plantea una emergencia seria para los próximos años es el anunciado declive de la producción de petróleo, el peak oil, como reconoce la propia Agencia Internacional de la Energía.

En primer lugar voy a dar un poco de contexto a mi comentario sobre este párrafo de tu artículo, sin el cual sería imposible entender mi discrepancia. Para ello me gustaría volver nueve años la vista atrás, al primer artículo de tu blog, en el que reconoces:

Creo que en primer lugar debería hablar un poco de mí (y así dar por terminado tan bochornoso trámite). Me llamo Antonio Turiel, soy Científico Titular del CSIC en el Institut de Ciències del Mar de Barcelona, en el Departamento de Oceanografía Física. Mi especialidad (si es que tengo alguna) es el tratamiento de datos en teledetección para usos oceanográficos.

Agradezco tu sinceridad y valoro mucho tu formación como científico. Como simple ingeniero, sin doctorado ni artículo alguno publicado en revistas académicas, reconozco que tu formación y experiencia te da una ventaja inigualable a la hora de interpretar el caudal de información que es necesario tratar, de una complejidad apabullante, para explicar la hipótesis del Oil Crash que es el objeto de tu blog. Voy a aplicar este sustantivo de "hipótesis", con el respeto debido, puesto que se trata de una suposición hecha a partir de unos datos que sirve de base para iniciar una investigación o una argumentación. En tu blog se habla de estimaciones de recursos minerales, energéticos (petróleo, gas, carbón, uranio), metálicos e industriales (cobalto, litio, tierras raras, y muchos más) necesarios para determinadas tecnologías renovables y de movilidad, de los límites físicos a las tecnologías de captación de energías renovables, de la posible evolución tecnológica (fracking, vehículo eléctrico, baterías, sistemas de captación renovable), de eficiencia energética, de economía (paradoja de Jevons), de cambio climático y posiblemente de muchas cosas más.

Convendrás conmigo en que no existe nadie en el planeta capaz de dominar a nivel científico todas las disciplinas implicadas, de hecho la base de la hipótesis del Oil Crash son los modelos y predicciones de geólogos (Hubbert, Campbell, Laherrere…) que sí son grandes especialistas en su campo, a pesar de lo cual han fallado sus previsiones. En particular Campbell y Laherrere acertaron el cénit de petróleo crudo con siete años de antelación, pero han fallado reiteradamente al estimar el cénit de lo que se conoce como “todos los líquidos del petróleo”.

Señalo todo esto con el fin de llegar a una conclusión en la que supongo coincidirás conmigo, lo que haces en The Oil Crash no es ciencia, sino divulgación y activismo, basándote en los trabajos de algunos científicos, expertos, blogueros, etc. Sin duda tu formación científica, aunque sea en la especialidad del tratamiento de datos de teledección, te da una perspectiva privilegiada a la hora de interpretar y divulgar otros trabajos. Ello es cierto y me parece un privilegio poder contar con un blog como el tuyo en castellano.

Ahora bien, teniendo todo esto en consideración a mí me chirría la contundencia y seguridad con la que te expresas sobre la no emergencia climática y la emergencia energética. Hay que expresarse ante la sociedad dejando constancia de las enormes incertidumbres que existen, tanto a nivel científico, como por la imposibilidad de un solo divulgador de estar al día de todos los trabajos que se publican a nivel académico en cada uno de los campos científicos que involucra la hipótesis del Oil Crash. La divulgación que se hace por las redes, es fruto de comunidades de expertos, los cuales realizan un esfuerzo encomiable, pero cuyo trabajo no está sometido a los controles de calidad que requiere el método científico. Seguro eres consciente de las incertidumbres por las conversaciones con tu compañero Antonio García-Olivares, que nos habló de ellas en un magnífico artículo titulado El activismo ante las incertidumbres de los grandes riesgos del futuro.

Y teniendo en cuenta el sentido de nuestra actividad (divulgación y activismo) y lo que es de justicia reconocer ante la sociedad a la que nos dirigimos (las enormes incertidumbres implicadas) podemos analizar lo que está sucediendo y la conveniencia de tu mensaje.

Está pasando que han emergido de forma imprevista por muchos dos movimientos sociales que son mencionados en tu artículo, Fridays for Future y Extinction Rebellion. Estos movimientos, con mucha fuerza a nivel europeo, centran su discurso en el problema del cambio climático, en mi opinión con gran acierto. Simplemente hay que ver las tres exigencias únicas del segundo de estos grupos, por el que dices sentir mayor aprecio (no entiendo tus reticencias ante Fridays for Future, espero que no tenga nada que ver con algunas teorías conspiranoicas que se han extendido sobre Greta Thunberg, que para algunos se ha convertido en un sostén del neoliberalismo, a pesar de su retórica abiertamente antisistema). Estas son las tres medidas que reclama Extinction Rebellion, tal y como se recoge en Wikipedia y como me explicaron en persona activistas de Zaragoza en un reciente festival al que acudí a impartir un taller y aprender sobre agroecología, entre otras cosas.

El Gobierno debe contar la verdad sobre el desastre climático inminente, dar marcha atrás en sus políticas incoherentes y trabajar junto a los medios para una efectiva comunicación con la ciudadanía. 
El Gobierno debe implementar medidas de cumplimiento obligatorio para reducir las emisiones del carbono a 0 para el año 2025 y reducir los niveles de consumo. 
La creación de una Asamblea Ciudadana Nacional para supervisar los cambios necesarios y crear una democracia que funcione.

Si como señalas, las medidas que hay que implementar para hacer frente a los problemas climático y energético son similares ¿qué sentido tiene poner de relieve que en realidad Extinction Rebellion se equivoca? A lo único que puede conducir eso es a desmotivar a tus lectores de unirse a este grupo, el cual está consiguiendo sumar a un gran número de ciudadanos a la protesta, y el cual ha conseguido (por lo que yo sé de personas que han colaborado con él en Reino Unido) evitar de momento que los medios conservadores pongan al resto de la ciudadanía en su contra.

Soy de la opinión de que en cuestiones sociales hay que operar por ensayo y error, y valoro mucho lo que ha conseguido Extinction Rebellion, que es algo que no habéis conseguido los grupos de activistas que sostenéis la hipótesis del Oil Crash. Su mensaje ha funcionado y el vuestro no, esto es un hecho, no una opinión. La sociedad, con sus millones de personas, cada uno con su psique y sus creencias particulares, y sometidos a influencias diversas y contradictorias como los medios o las redes sociales, es algo tan complejo, que hasta grandes campañas políticas con muchos fondos y grandes académicos detrás son incapaces de llegar a ella y fracasan. Cuando tratamos con algo tan complejo y desconocido, la prueba (fundamentada) y el error son lo mejor que podemos hacer. Y Extinction Rebellion y Fridays for Future han conseguido articular un discurso que ha tenido mucha mayor repercusión que el que has intentado tú, eso debes reconocerlo y, como persona inteligente, tomar nota. Solo tendría sentido desacreditar el mensaje de estos dos grupos si se tuviese una certidumbre absoluta de que se equivocan, pero no es el caso, porque no es posible tenerla.

Claro que las medidas que se están tomando ante la “emergencia climática” son cosméticas, y estoy seguro que los movimientos sociales en torno al clima son conscientes de que esas medidas no podrán reducir las emisiones a cero para el año 2025, por eso no hay que temer. Intuyo que también son conscientes de la posible falta de equidad de algunas medidas, ya que piden que se abra un debate democrático que incluya a todos para determinar cuáles son las medidas apropiadas.

Por último, dices que el problema climático es urgente, pero no una emergencia. Me parecen juegos de palabras de difícil justificación. El término que socialmente han conseguido imponer los movimientos sociales es emergencia, pretender ahora enmendar esto parece un juego cuya única consecuencia es la pérdida de energía. Sin embargo, creo que estos movimientos son conscientes de que científicos muy reconocidos, como Steffen y Rockström postulan que un calentamiento de 2ºC debido a las acciones humanas podría llevar a un planeta entre 4-5ºC más cálido, dado que esto podría desencadenar otros procesos (retroalimentaciones) del sistema terrestre. Es difícil imaginar qué consecuencias puede tener esto cuando con sólo un grado de incremento ya estamos teniendo enormes problemas en la producción de alimentos, problemas que según la FAO ya habían impactado en el periodo 2016-2018, pero que según parece van en aumento en 2019, con daños en las cosechas de EEUU, Argentina, Australia, Italia, Francia, México, Corea del Norte y otros. Parece urgente, y parece una emergencia.

Todos estamos de acuerdo en que el coche eléctrico es un gran error, y posiblemente tenemos que ir articulando el decrecimiento de muchas otras actividades, no solo la movilidad mediante automóviles. Sin embargo no es adecuado defender esto aduciendo que no existe emergencia climática y poniendo delante el posible problema que usted se dedica a analizar. Esto es mal activismo y mala divulgación. Desde el cariño y el respeto que le profeso le aseguro que no es agradable decir esto, pero alguien debe asumir esa responsabilidad, incluso intuyendo las piedras que van a llover sobre mi cabeza, porque decirlo es la única forma de que no se repita.

Queda mucho por hacer en la construcción de culturas regenerativas, aunque ya hay un camino recorrido como puede comprobarse en este artículo (seguramente todo lo que hay en él no será útil, pero muchas cosas sí), donde por cierto no veo contribución significativa de los peakoilers ¿donde está tu ayuda a los que están intentando un cambio hacia una cultura regenerativa? Ayudar a esclarecer todo lo posible la incertidumbre sobre la abundancia o escasez de recursos minerales o las incertidumbres tecnológicas y señalar soluciones pragmáticas en el camino del decrecimiento me parece una labor mucho más útil a la que puedes contribuir que esta de pretender encauzar el discurso del activismo, especialmente cuando trata de rectificar a colectivos que han tenido mucho más éxito que tú y que el resto de divulgadores de la hipótesis del Crash Oil.

En las circunstancias presentes, necesitamos gran humildad, y un esfuerzo coordinado de los científicos de distintas disciplinas para resolver estos wicked problems que tenemos. Todo ese esfuerzo debe conectarse con lo que se está haciendo sobre el terreno a nivel de activismo práctico (podríamos hablar, de forma más técnica, de cumplir los criterios de credibilidad, legitimidad y prominencia, ello se explica con más detalle en el artículo de mi compañero Rugi Carles: El forzamiento de consensos científicos y la ciencia del siglo XXI)

Atentamente, Jesús Nácher Fdez.



Post-data: No te responsabilizo de las opiniones de la gente que te leen, no hay que tomar las imágenes que ilustran este artículo con esa literalidad. Pero sí veo una correspondencia muy clara entre la facilidad con la que esta persona desecha el cambio climático como problema, y la rotundidad y certidumbre con la que te expresas. A mí me ha resonado. Da que pensar.