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martes, 26 de junio de 2018

El mundo simbólico

Vivimos en el climax tecnológico, nunca antes la ciencia y la tecnología habían dominado tanto en nuestras vidas, de modo que es lógico y racional que los movimientos positivistas promuevan un mundo imparcial y objetivo. En este mundo moderno no hay opciones para los mundos simbólicos, todo lo relativo al arte y la cultura tiende a desaparecer si no tiene un valor económico asociado, pero aunque queramos negarlo, existe un hermoso e interesante mundo simbólico.


El mundo simbólico está en extinción, aunque para algunos jamás existió. Desde que la mente es mente, los organismos vivos hemos podido abstraer a un plano imaginario los objetos del universo físico (llamémosle universo real) y colocarlos en un universo imaginario (simbólico) para su manipulación, de este modo podemos planear lo que haremos al llegar a casa, al terminar el trabajo, al tener dinero, etc. Este universo además nos permite regresar al pasado, proyectar el futuro o intentar determinar como está el presente, sin duda el universo imaginario o mundo simbólico es muy útil para el ser humano.


Freud nos presentó una propuesta que no agradó a todo el mundo, él habló de un mundo inconsciente que se regía por ciertas reglas, en este mundo los deseos reprimidos y las fantasías jugaban un papel fundamental, siendo el mundo inconsciente un abismo donde habitan los monstruos más terribles de cada persona al igual que sus deseos más profundos. Para Freud el mundo simbólico referido como inconsciente es muchísimo más grande que el mundo real referido como lo consciente y todas las partes del aparato psíquico están en un conflicto continuo.

Seguramente asomarnos a la prehistoria nos traería mucha luz acerca de como funcionan los mecanismos evolutivos de la mente, porque el hombre prehistórico a través del mundo simbólico debió planear como emboscar a sus presas armado unicamente con lanzas, hachas y otras herramientas rudimentarias. El éxito dependía de la calidad del plan y de la ejecución del mismo, de este modo el inconsciente y el consciente debían trabajar juntos, es decir, el mundo simbólico elaboraba un plan que luego se ejecutaba en el mundo real.
Sin embargo desde entonces existía la disyuntiva, el eterno problema es que desde que el ser humano visualiza el éxito, el mundo simbólico empieza a generar expectativas. En nuestros días Pavlov describió lo que se conoce como “condicionamiento clásico”, es decir, aquellas respuestas fisiológicas que son apareadas o emparejadas con algunos estímulos físicos, por otra parte muchos siglos antes los budistas sugirieron que la mente constantemente genera expectativas que cuando se cumplen generan placer, pero cuando no se cumplen generan frustración. Sea como sea lo simbólico siempre tiene muchas consecuencias sobre lo real, aunque lo simbólico “no exista”.


Lacan sugirió que la locura tiene que ver con un desequilibrio entre lo real, lo simbólico y lo imaginario, en donde la mente “ya no sabe en donde poner cada cosa”, no vamos a discutir si eso es correcto o no, la búsqueda de la verdad es una búsqueda que aquí no abordamos, se trata de problematizar, de generar más preguntas que respuestas, pero efectivamente, parece ser que la locura tiende a tejer o hilar un universo desproporcionado entre cosas que son físicamente posibles y cosas que no lo son, parece ser que en la locura las cosas de lo imaginario y lo simbólico se procesan como reales...


    ¿Es más grande el mundo simbólico que el mundo real? ¿Cual de los dos es más importante?


La modernidad siempre estuvo acompañada del positivismo, ese movimiento que pretende que todo en este universo sea imparcial y objetivo, en la era post-nuclear las dudas acerca de si es más importante lo real o lo imaginario no tienen lugar, de este modo un científico es más importante que un poeta, un doctor es más importante que un curandero, un casa es más importante que una caja y en general valen más los logros que los sueños.


Ello explica en gran parte la perdida progresiva de la culturalidad, de las tradiciones y las costumbres de los pequeños pueblos y también de las grandes ciudades. Los sueños de una población siempre se ven frustrados cuando la televisión muestra que del otro lado del mundo hay gente que vive con un índice de desarrollo humano (IDH) superior, los niños en la selva añoran vivir en las grandes capitales globales, no hay cuentos a la hora de dormir que puedan superar las condiciones de vida superiores de la modernidad. Las cosmovisiones y mitologías de todos los pueblos humanos son hermosas, en ellas los dioses crearon el universo con ciertos propósitos y de formas sublimes, citemos por ejemplo la Leyenda de Sedna del mundo Inuit:

"En una isla lejana una hermosa joven vivía solitaria con su padre viudo. Cuando tuvo la edad suficiente, nadie quiso desposarla. Sin embargo, un día ve aparecer en el horizonte un barco, cuyo capitán, un apuesto extranjero, la sedujo y se marchó con ella. Más tarde la joven se daría cuenta de que el capitán era en realidad un chamán (según otras versiones, el capitán sería un ave mágica, un hombre-ave o un perro). Después de un tiempo, su padre oyó quejidos más allá del mar: era su hija arrepentida, desesperada al conocer la identidad de su amado, que estaba siendo maltratada. Embarcó entonces sobre su kayac para ir a buscarla y tras recuperarla, se hizo a la mar con ella. Viendo a Sedna huir, el chamán, dotado de poderes sobrenaturales, ordenó al mar abrirse y desencadenó una furiosa tempestad. El padre de Sedna, atemorizado, accede a lo que cree ser la voluntad del mar que reclamaba a su hija, y la lanza al mar. Pero ella logra salir a la superficie, e intenta aferrarse al borde del barco. Como ponía la embarcación en peligro, el padre cortó los dedos de su hija con un hacha, que se convirtieron en peces y focas pequeñas, así como los pulgares y las manos, que se transformaron en "okuj" o focas de las profundidades, morsas, ballenas y todos los animales marinos. Así el océano calmó la furia desatada por el chamán, y Sedna se hundió en el fondo, donde todavía reside como la diosa del mar en una región llamada Adliden, donde llegan las almas de los muertos para ser enjuiciados. Cuando la caza no es buena o cuando el mar está agitado, la creencia es que Sedna está furiosa porque sus cabellos están enmarañados y, al no tener manos, no puede peinarlos. Es entonces cuando los chamanes, con su magia, peinan a Sedna y restauran así la calma."


Entonces tenemos que en el mundo Inuit hay una realidad simbólica, un mar que a veces está en calma y a veces esta furioso porque el mar es un elemento vivo, tiene carácter, historia y se puede interactuar con él. En el mundo moderno por el contrario, el mar es sólo agua, solo H2O con altas concentraciones de sal y otros elementos, su comportamiento depende del viento, de la gravedad de la Luna, de la estación del año, de las corrientes marítimas, etc.. En el mundo moderno todo sobre el mar puede ser explicado por la ciencia, el mar es un objeto que puede ser explotado y que por cierto está muriendo.

El gran problema es que para la modernidad el mar no merece ningún respeto, porque es un elemento que en el mundo simbólico está vacío, si contaminamos el mar no pasa nada, si sobrepescamos el mar no pasa nada, al mar no le duelen nuestras ofensas. Pero en el mundo simbólico Inuit toda ofensa al mar es una ofensa a Sedna, ofensa que se extiende a cada mujer, cada foca y cada ballena porque todos ellos nacieron a partir de uno de los dedos de Sedna, por lo que hay una conexión simbólica, una conexión que une a todo el pueblo inuit y les permite relacionarse entre ellos y el mar de una forma más profunda y especial que la forma meramente económica que tiene la modernidad de presentarnos el mar.


Lo que la gente tampoco quiere ver es la dimensión de lo simbólico, el mar en el mundo moderno no tiene tantos misterios ni tantos encantos, pero en el mundo simbólico el mar puede ser todo, pueden ser las millones de lágrimas que alguien lloró, el mar puede ser la madre de todos los seres vivos, el mar puede ser la sed que algún día habrá de apagar el sol, el mar puede serlo todo… Por eso nos atrevemos a decir que el mundo simbólico es mucho más grande e importante que el mundo real.


Como mencionábamos anteriormente el problema es que la modernidad esta decidida a destruir los mundos simbólicos a través de la homogenización de la cultura y promoviendo que  el reconocimiento del éxito o valor en el mundo sólo pueda ser verificado objetivamente en el mundo real a través del mercado, solamente aquello que tiene valor monetario tiene valor real para la modernidad. En este mundo no sirven las ofrendas a los dioses, ni las plegarias, ni las charlas con los muertos, en el mundo objetivo la persona más valiosa siempre será la que produzca más, producción es la única ofrenda válida para el Dios capitalismo.

Pero el mundo simbólico no va a morir del todo, es una guerra perdida, pero que ni siquiera el capitalismo puede ganar, solo puede pervertir, sólo puede corromper. Porque de algún modo u otro siempre existirán sueños, frustraciones, deseos, todo aquello que no tiene lugar en el mundo real va a algún lado, Freud nos sugiere que esos abismos son los abismos inconscientes y además los abismos nos regresan cosas, como los sueños o los actos fallidos. La invitación es a defender el mundo simbólico, porque quedarnos sin el representa una locura de la inmediatez, un mundo de personas fácilmente reemplazables entre si, un mundo plano, una distopía en donde finalmente nos convertimos en robots, un mundo oscuro en donde los seres humanos nunca podremos conectar con una causa, porque ya no van a existir las causas, lo más parecido a una causa serán las metas (realizables). Los sueños de este mundo estéril serían: aumentar la productividad 8%, reducir los tiempos de espera 6%, minimizar costos, aumentar eficiencia, y no olvidemos los #relationshipgoals.


Hoy en día la gente se defiende y huye del mundo simbólico, el psicoanálisis cae cada vez más, pasa a ser una especie de lectura de cartas o de tarot, en parte también por culpa de los analistas, que no entienden del todo el análisis. La modernidad nos invita a no compartir nuestros secretos, ni nuestros sueños y cuando dicen que compartamos nuestros deseos, lo tenemos que hacer en forma de decreto objetivo “deseo tener un BMW serie 3 con asientos de cuero”, no se trata de decir “quisiera ver llover cada día durante 33 años mientras tomó una tasa de café en las mañanas y observo a las ardillas y a los pescados crecer a lado de muchos árboles.”, "vivir plenamente la vida" es la consigna de un mundo capitalista que parece decirnos más bien "gasta dinero a plenitud para tener la sensación de que estás aprovechando tu vida". Buhyudang desde otra perspectiva nos decía hace varios siglos atrás:
Una advertencia para el mundo: cien años pasan en un instante.
No hay forma de permanecer mucho tiempo aquí.
Debes ser disciplinado cuando estás sano y joven,
de lo contrario estarás ocupado a la hora de tu muerte.
¡Qué lástima desperdiciar nuestro tiempo!
En el mundo la gente envejece discutiendo lo bueno y lo malo.
Es mejor sentarse con la espalda recta en el cojín,
dedicarse al estudio y heredar la vía de los Patriarcas.





Hoy en día compartir el mundo simbólico es el peor error que la gente puede cometer, de modo que hay ocultarlo, porque no queremos ser lastimados, porque esos sueños quedaron muy atrás y ahora cuando hay dolor la salida es claramente tomar un vuelo y unas vacaciones, como dice un buen amigo el turismo es el (nuevo) opio del pueblo. Lejos quedaron los días en donde el corazón se aliviaba con una canción de cuna, con un cuento en la noche, con una taza caliente de chocolate y las historias de nuestros abuelos.


Hoy el dolor se combate con objetividad, con análisis FODA, con inteligencia estratégica, con pruebas paramétricas, porque no nos atrevemos a la felicidad fallida de una época que no fue, porque creemos que siempre hay un camino hacia adelante que va a ser mejor que el actual, pero evadimos la realidad, no queremos reconocer que hay otros caminos, que hay puertas que nunca nos atrevimos a cruzar.


Y ahí está el mundo simbólico, le tenemos miedo porque en ese mundo una lagartija puede ser un dinosaurio, un pequeño pez puede ser una ballena, los monstruos pueden ser enormes, pero también nuestros héroes pueden ser  grandes. Pero todo eso cae lentamente cuando nos imaginamos manejando un Ferrari rojo, cuando nos llevan a playa, cuando pedimos un uber, cuando necesitamos del mundo material e instrumental para seguir viviendo "medianamente bien".

La resistencia


La resistencia existe y existió, es más lista que la modernidad, es más flexible, es más poderosa incluso, pero es menos numerosa, son personas que viven en las sombras y en las luces que entienden la realidad más allá de bueno y de malo y sobretodo que tienen congruencia en su vida, aún viviendo en los espacios más incongruentes, son infiltrados en el sistema post-capitalista.

La resistencia la conforman personas que entienden que es inútil buscar la verdad absoluta, la objetividad, el equilibrio perfecto, la inteligencia es uno de los mayores pecados narcisistas de la posmodernidad, por ello la resistencia ha renunciado a la inteligencia.


La resistencia la integran personas que no dependen del mundo instrumental para ser felices o para vivir, para ellos los lujos de la modernidad son insignificantes, ellos viven igual de felices o infelices con o sin dinero, con o sin autos, con o sin viajes, etc.


La resistencia la integran personas poliglötas, que hablan muchos idiomas, pero hablan los idiomas de los otros, son personas capaces de entender a los demás, aunque la gente no los entienda, porque han trascendido de su propio ego para poder mirar la poca subjetividad humana que queda, son capaces de ponerse en los zapatos de los demás, más que otros idiomas, los miembros de la resistencia son agentes multiculturales.


La resistencia ha renunciado a todo, a su país, a su cultura, a su propia vida, porque todo está contaminado, el mundo siempre quiere imponer un estilo de vida a cada persona, hay normas y leyes para todo, lo políticamente correcto siempre determina pautas excluyentes, por eso la resistencia es la resistencia.

La resistencia se comunica en lo imaginario y también en lo real, se crea, refunda, disuelve y vuelve a emerger, somos aquellas personas que aun hoy en día nos podemos seguir poniéndonos de acuerdo, cuando todo el mundo está en desacuerdo, lo que mueve a la resistencia es la voluntad de crear, de creer, de vivir, y sobretodo de ceder por el bien común.

La resistencia sólo va a morir cuando el mundo simbólico muera. Mientras tanto hay esperanza, hay vida, hay movimiento, algunos estudiosos de lo psicológico o lo social han intentado por mucho tiempo abordar el asunto del imaginario colectivo, pero se han visto frustrados porque sus observaciones muchas veces deben ser indirectas, no hay forma de entrar a un espacio que no existe físicamente, pero ello no significa que no este ahí.

Esta es una invitación para seguir explorando el mundo simbólico y seguir llenando los espacios que deja el fracaso de la modernidad, una invitación a la reflexión, a darnos cuenta de que somos esclavos del pensamiento positivo/progresista/modernista que sólo sueña con la producción y no deja ningún espacio para lo imaginario, para lo sublime.

Sinceramente no sé como cerrar este pequeño espacio, puesto que sólo es una pequeña introducción a lo que es el mundo simbólico, por lo tanto cierro citando a Calderón de la Barca:

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

martes, 19 de junio de 2018

Veganismo, sostenibilidad y cambio social


El activismo vegano nos irrita y saca de nuestras casillas, nos interpela desde una posición moral, y eso es desagradable. Nadie quiere estar en el lado incorrecto de la moralidad, pero ¿podemos resistirnos? El veganismo es un ejemplo de cambio social que dinamita todos los prejuicios y frenos al cambio que hemos heredado de la tradición intelectual de la izquierda.



Quizás lo mejor sea empezar por el principio. El veganismo es una postura moral o ética, que rechaza la explotación de los animales por el ser humano. Como cualquier postura, debe definir sus límites. Explotación es ser usado con una finalidad (alimentarse, divertirse, vestirse, etc). Y el límite se pone en el animal, y no en el vegetal, porque el animal tiene un sistema nervioso central.

Cada cual puede juzgar acerca de esos límites, arbitrarios al fin y al cabo, pero lo que yo quiero recalcar es que las posturas morales tienen unas consecuencias determinadas. Si estamos en contra de la explotación animal no vamos a atender a matices, estamos en contra de cualquier tipo de explotación, desde la más brutal, como el “toro de la Vega” de Tordesillas, que supone torturar un animal para pasar el rato, hasta la más “respetuosa”, que podría ser criar un animal mirando todo lo posible por su bienestar para sacrificarlo y consumir su carne. El veganismo no admite matices, sus límites están claramente definidos en el concepto de “explotación animal”, es decir, nos sitúa en una posición absoluta, o estás en sus límites o estás fuera, y si estás fuera no haces lo correcto. Es normal que dicha postura soliviante a los comedores de carne, entre los que me incluyo, aunque la carne no forme parte de mis hábitos alimenticios.

Debo confesar que este punto de partida no me parece el más adecuado para lidiar con los problemas humanos. Toda postura moral nos sitúa en una verdad absoluta, pero el ser humano es adaptativo, la actuación más adecuada depende siempre del entorno, y además somos subjetivos. La verdad o la objetividad no existen.

Dicho esto, conviene ser realista y reconocer que consumir carne es muy ineficiente. El ganado es alimentado con cereales y legumbres, perdiéndose el 90% de las calorías y las proteínas en el proceso. Es mucho más eficiente que el ser humano consuma directamente esas calorias y esas proteínas vegetales. En España hasta hace no mucho tiempo la mayor parte de la población obtenía sus proteínas de vegetales (judías, garbanzos y lentejas, y en menor medida de frutos secos como almendras, nueces y avellanas). El consumo promedio era de dieciséis kilogramos al año de legumbres frente a los tres kilogramos que se consumen actualmente. Una dieta para maximizar la extensión de la vida y la salud del individuo debería estar en torno a veinticuatro kilogramos al año (dependiendo de la estatura y sexo del individuo, evidentemente), según las últimas evidenciascientíficas que han sido sintetizadas por Valter Longo.

Sin embargo, esta dieta saludable ha sido demolida por una industria de laalimentación, que lo que busca es maximizar su beneficio. Nos han creado la necesidad de comer carne y dejar de lado las legumbres porque es lo que le ha interesado a cuatro magnates que gracias a estos hábitos insalubres han conseguido expulsar del mercado a los pequeños productores y llenarse cada vez más los bolsillos.

martes, 12 de junio de 2018

La teoría económica basura en la Europa divergente. La trampa del crecimiento.



Con medio camino hecho de la serie "La teoría económica como caballo de Troya", (al último artículo hasta la fecha, donde se encuentran enlazados también los demás, se llega pinchando en el nombre de la serie), y dada la intervención en varios podcast[1] sobre Europa, conviene detenerse en la situación europea con especial atención a España, una situación que puede servir de ejemplo a cómo la teoría económica puede ser utilizada a modo de caballo de Troya, como se viene sugiriendo en la serie.


La tradición histórica del apego a la doctrina del libre comercio es tan fuerte en Inglaterra que incluso ahora, en desventaja, la idea de proteccionismo se considera impactante.
 Joan Robinson.


Conforme a la teoría económica basura convencional, la manera en que los países convergen es abriéndose al comercio con el exterior, para otros economistas, sin embargo, el peligro estriba precisamente en que la apertura al exterior se realice en el proceso de convergencia y no en la finalización del mismo.

                                                       Convergencia en términos de PIB per cápita en PPA.



Con esta imagen empezó Enrique Fuentes Quintana su conferencia “Convergencia de la economía Española con la CE: Problemas principales" en 1993. En ella, se compara el PIB per cápita de España en relación a los 12 países de la Comunidad Económica Europea de ese momento, Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Luxemburgo, Italia, Irlanda, Países Bajos, Portugal y Reino Unido.

Contrario a la teoría convencional, España mantuvo una convergencia durante sus años de mayor aislamiento e intervención estatal, con una política económica de ISI (industrialización por sustitución de importaciones), perdiéndose la convergencia a raíz de la crisis de los 70.

Cabe por tanto averiguar, si la divergencia sucede pese a abrirse al exterior, o por abrirse precisamente al mismo, provocando lo que yo he llamado trampa del crecimiento (algo que, pese a sus diferencias, mantiene una enorme deuda con el pensamiento del economista Nicholas Kaldor).


martes, 5 de junio de 2018

El Aura político - Un arte antiguo

El Aura, según Walter Benjamin, es lo que se percibe de una obra de arte bajo una serie de condiciones. Primero de todo tienen que estar presentes ambos, tanto el sujeto que recibe como el objeto observado. Como ejemplo más claro y puro para la presencia de Aura usa Benjamín la contemplación de una montaña o un árbol, en fin un objeto en la misma naturaleza. Partiendo de esta manera de contemplar sin analizar, Benjamin desarrolla un argumento sobre la pérdida del Aura cuando se empezó reproducir el arte con la tecnología a finales del siglo XIX, con la fotografía, litografía y el cine. Para Benjamin el Aura es un estado aislado y subjetivo de un individuo ante un objeto de culto o una obra de arte. Conceptual-mente el no hace diferencia entre un tótem, el crucifijo o un cuadro impresionista.

En su ensayo “la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” de 1936 propone el término “asocial” como el más acertado para un estado de contemplación de una obra de arte. El observador entra en una mediación sobre el significado simbólico de la obra que no se puede compartir con otro sujeto. El Aura es un proceso de aislamiento contemplativo que solo se puede permitir la clase más privilegiada de la sociedad debido a su ausencia de amenazas esenciales en la vida material y real.  La reproductibilidad técnica del arte es para Benjamin la posibilidad para las masas tener acceso a un discurso artístico y sacarlo del entorno de élites asociales y permite responder y reaccionar de manera colectiva. Discutir y reflexionar con términos comunes sobre los objetos del arte y su significado para la sociedad.
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Eberhard Heiland 1988 - " El Aura de los fundidores"

En el curso de este ensayo también entra más en los aspectos simbólicos de la política, busca la existencia o ausencia de Aura en las ideologías dominantes de su época y afirma de la siguiente manera:

"El fascismo busca organizar a las masas proletarias, recién formadas, sin interferir con las relaciones de propiedad que ellas buscan erradicar. Él ve su salvación al dejar que las masas se expresan (pero ciertamente no en dejar que lleguen a su derecho). Las masas tienen el derecho a cambiar las relaciones de la propiedad, pero el fascismo busca darles una expresión en su preservación. El fascismo en consecuencia conduce a una estetización de la vida política.
 (...) La violación de las masas, que él fuerza en el culto de un líder, corresponde a la violación de un aparato que utiliza para crear valores de culto.(...) esto es de lo que se trata con la estetización de la política, con la que opera el fascismo. El comunismo le responde con la politización del arte".

Leyendo esto inmediatamente se me hacen imágenes muy recientes espacio en la memoria. Son observables en tantos núcleos políticos en Europa hoy en día donde incluso podemos observar ambas estrategias a la vez en el mismo grupo político. Todos ellos tienen en común que permiten mucho espacio a la expresión masificada pero sin tocar las relaciones y condiciones reales de la gente. Usan la reproducción técnica de su simbología, su aura - para promocionar un aislamiento contemplativo y asocial. Un “aislamiento uniforme” en un culto simbólico que permite la catarsis y la contemplación como máxima expresión, pero sin permitir que se toce el dominio del poder sobre la realidad material. La contemplación agresivamente promocionada acaba en la obsesión de proteger lo que es propio. La vieja y bien conocida obsesión de los reaccionarios: el atesoramiento de valores tradicionales ya que los valores reales y materiales no se les permite modificar.

Benjamin veía una oportunidad en la reproductibilidad técnica del arte para cambiar el dominio de la contemplación asocial, de la simbología y del culto, hacia una discurso compartido y justo sobre las cosas reales. Hoy vemos que las masas rechazan este discurso sobre las cosas reales a favor de mera expresión masificada. De nuevo nos acomodamos en el rol del idólatra, se nos sugiere que esto es suficiente para crear un “mundo mejor”, seguir a los líderes y símbolos, que lejos de cambiar la realidad de la gente, siguen aislando a la gente entre sí con objetivos demasiado trascendentales, casi metafísicos sobre los que cada uno interpreta otra cosa pero todos bajo la misma premisa: Unidos por la tierra.


¿Qué pasaría si pensáramos un poco más cubista en vez de jurar a banderas y contemplar escudos? El cuadro "le canigou" de Juan Gris del 1921 muestra una naturaleza muerta en estilo cubista. Muestra el macizo montañoso del Canigou desde una ventana. Se aprecian muchos objetos abstraídos que todavía están en la habitación, pero se solapan en la perspectiva con el pico de la montaña a lo lejos, el borde de la mesa y el marco de la ventana. El acto contemplativo de inmersión es posible aquí solo con mucho esfuerzo. El observador se ve obligado a materializar y determinar los objetos individuales en la imagen antes de que pueda contemplar el poder simbólico y de mito de esta montaña y entonces separarse nuevamente de la realidad material de lo representado.

Un juego entre análisis materialista y meditación subjetiva. Una posibilidad para el humano de pensar sobre el mismo y el mundo fuera de el, poniendo el "y" entre los dos, en el foco de todo afán.

1. El texto original como fuente de traducción es la edición autorizada por el autor del año 1939.
https://de.wikisource.org/wiki/Das_Kunstwerk_im_Zeitalter_seiner_technischen_Reproduzierbarkeit_(Dritte_Fassung)