Sobre la deshumanización en la era de la hiperconectividad.
Hace poco tiempo ganó popularidad el bitcoin, ese experimento del que quizá en otro momento hablaremos, algunos expertos en economía decían parafraseando a algún magnate “cuando toda la gente habla sobre la bolsa es porque es tiempo de vender”, del mismo modo diría yo “si la gente habla de Black Mirror es porque ya perdió su valor cultural/intelectual”. En la cultura popular existe aún la creencia de que un grupo de rock (por ejemplo) que interpreta música popular pierde su espíritu creativo cuando se vende a una disquera, cuando entra en el juego del capitalismo, cuando puede ser escuchado en Spotify. ¿Se puede hacer música de protesta, de rebeldía, de cambio y a la vez ser escuchado masivamente en los grandes medios capitalistas?
Harry Potter fue un fenómeno de masas, un éxito
comercial, además mi prima me dijo claramente “no desprecies a Harry Potter,
porque gracias a eso que tú llamas basura, millones de niños abrieron libros y
se pusieron a leer”. Podemos criticar a Harry Potter y su contenido, podemos
poner en tela de juicio si es un producto creativo o no, pero hoy me limitaré
simplemente a cuestionar un elemento: el espejo de Oesed.
Albus Dumbledore: "Permíteme explicarte. El hombre más feliz en
la Tierra podría usar el Espejo de Oesed como un espejo normal, eso es, él
podría mirarse en él y se vería a sí mismo exactamente como es. ¿Eso ayuda?"
Harry Potter: "Nos muestra lo que queramos... lo que sea que queramos."
Albus Dumbledore: "Sí y no. Nos muestra nada más y nada menos
que los más profundos, más desesperados deseos de nuestro corazón."
Según la autora de Harry Potter, J.K. Rowling, el
espejo de Oesed mostraba aquello que más quería quien lo miraba, sin embargo a
mi no me convence que lo que más quería Harry era estar con sus padres.
Freud plantea que la mente, lo más complejo que
tenemos y que existe en nuestro universo conocido tiene una parte
“inconsciente” que sirve para reprimir aquello que de algún modo es
inaceptable, indecible o que trae problemas para la vida en sociedad o para la
parte consciente de nosotros mismos. En ese inconsciente viven los deseos
reprimidos, lo más oscuro de nuestros corazones, entre otras cosas… De modo que
si me lo preguntaran a mi (o a Freud) quizá diríamos que lo que Harry realmente
vería en el espejo de Oesed sería a él mismo con su madre, sin su padre. Claro
que por este tipo de ideas el psicoanálisis es menospreciado y ridiculizado,
pero para mi es muy ingenuo pensar que lo que el desea es una familia feliz y
normal, después de todo hay millones de niños que tienen una familia normal y
aburrida como la que “desea” Harry, pero eso no les basta para ser felices.
En este sentido el psicoanálisis siempre ha sido
confrontativo y al igual que House, plantea que “todos mienten”, que la gente
dice que quiere una cosa, pero en realidad quiere otra. Si realmente existiera
ese espejo, ¿Qué verías tú?.
Black Mirror en cierto sentido es una serie que hace
preguntas interesantes, que intenta involucrar al vidente en un debate complejo
sobre temas no-cotidianos y parece invitar a la revolución, su nombre “espejo
negro” es un término de libre interpretación en donde invito a leerlo como el
espejo que muestra lo más negro de nosotros mismos, un espejo en donde no
quisiéramos vernos reflejados, porque en cada ocasión veríamos lo peor de
nosotros mismos. Y a la vez, como comentaba al inicio es un producto más en el
mercado.
En este último sentido Black Mirror también aborda el
problema del capitalismo, en el segundo capítulo de la primera temporada (15 Million Merits) el protagonista se
enfrenta a un mundo no distante del nuestro en donde la meritocracia ofrece
oportunidades de ascender en cierto microcosmos y cuando él intenta hacer la
diferencia, asciende para descubrir que arriba todo es sólo ligeramente mejor
que abajo, pero se encuentra nuevamente encerrado en una realidad artificial,
¿La revolución es imposible? Él intentó hacer las cosas de otro modo, intentó
tener una relación intersubjetiva con la chica que le gustó, intentó hacer algo
diferente, trascender de este mundo material e instrumental y falló, ella
simplemente no pudo acompañarlo… Y al final el mismo se convierte en un
producto más, un medio de contención… Podríamos saltar de aquí a Un mundo feliz del célebre Huxley, pero nos
faltaría tiempo y tristemente ese debate lleva décadas.
Y entonces la revolución está entre nosotros, como una
anécdota, como un ejemplo de lo que no va a funcionar, de lo que no se puede
hacer, esa voz vive en frases como “el socialismo/comunismo no funciona, nunca
ha funcionado, genera pobreza”… Y sin embargo Black Mirror es un éxito y hay
gente que dice “esa serie está muy buena”, ¿Por qué se les hace muy buena? Es
algo que no entiendo, en mi opinión, que es una opinión narcisista y sesgada de
alguien que intenta ser un lector digno de Bauman considero que hay lecturas
que uno no puede leer, porque leer significa ponerse en acción, significa
afiliarse a un movimiento, lo dice también Touraine, uno no puede permanecer
inmóvil en los tiempos de la sociedad
sitiada.
El espejo negro entonces (a mi parecer) nos intenta
llevar a muchas tesis interesantes en donde se destaca como los individuos
perdemos cada vez más nuestra escaza identidad frente al poderoso aparato
tecnológico de la modernidad, una modernidad post-post-modernizada, en donde
pareciera que sí vivimos en el mundo feliz de Huxley, ahí donde la tecnología
si resuelve todo, pero nuestra mente no está preparada para lo que sigue.
Para entrar de lleno al análisis, en “The Entire History of You”, la
tecnología logra suprimir el mecanismo de memoria selectiva y sesgada, los
humanos ya no podemos recordar las cosas según conviene a la mente, todo se
almacena en un chip tal cual sucede, eso de entrada conduciría a la locura
según Lacan (no hay espacio para la represión de las memorias incómodas), pero
aquí no, aquí es agradable ver las memorias en primer plano, las vacaciones y
demás… excepto porque no falta quien empieza a atar cabos y nota lo obvio… la
inconsistencia entre el discurso de una persona y la realidad, las cosas que
realmente pasaron. La gente moderna de hoy (valga la redundancia) dice que hay
que adaptarnos a nuestro entorno tal cual es, pero hace siempre lo contrario,
el humano moderno siempre quiere cambiar el clima, el color, la disposición,
etc., siempre intenta que el universo exterior se acople a los deseos de la
mente…
Por otra parte, el saber se vuelve una obsesión, una
adicción y en ese mundo se puede saber todo del pasado, se puede repasar y eso
abre la ventana a asuntos peligrosos y extraños… Como ver y vivir una relación
pasada, curiosamente la modernidad siempre ha odiado el pasado, como un
adolescente que ansía irse de casa de sus padres y sin embargo aquí la
modernidad sirve para mantener un vínculo insano con el pasado.
Peor aun resulta la sugerencia curiosa de tener
relaciones sexuales con una pareja mientras se observan recuerdos con otra, hay
una ruptura interesante… porque por una parte se desprecia el momento actual,
el presente y se enaltece el pasado, lo que ya fue, lo que no funciono. Ese
asunto es contrario al espíritu de la modernidad que no desea cadenas a aquello
que realmente se desea, “stay cool” se dice, pero el espejo negro sugiere que
la gente del futuro en secreto siempre desearía vivir del pasado que desprecia.
¿Está realmente muerto el psicoanálisis?, ¿Los humanos
modernos realmente aman el momento y vivir al límite sin compromisos? La serie
sugiere otras cosas, en la segunda temporada en Be Right Back, se sugiere incluso traer de vuelta a los muertos de
una forma hiperrealista, rompiendo esquemas incluso por encima de la lógica
binaria, robots que no nos hagan caso, que actúen violentamente. En el mundo
“real y actual” hay hombres que se hacen operaciones para hacerse mujeres, pero
el resultado no siempre es percibido como “genuino”, es decir, no son aceptadas
plenamente como mujeres, ¿Podría un robot conseguir eso que las personas
transexuales no han conseguido a plenitud? La serie nos plantea esa pregunta
creo yo intentado que veamos hacia a dentro y no hacia a fuera, hacia el
presente y no hacia el futuro.
La realidad es que el psicoanálisis (y el budismo
siglos antes) intentó hacernos ver que más allá del problema de las formas, de
las personas, colores y sexos existe una realidad y esa realidad es que todo lo
que existe es solo un constructo psíquico, llamémosle deseo, pulsión, idea… son
elementos virtuales que gobiernan la mente (y a la persona), pero que pensamos
que los controlamos soberanamente cuando no es así.
El espejo negro pocas veces plantea esta problemática,
sus personajes existen y siguen su guión a la perfección, no reflexionan sobre
si mismos, llevan sus patrones, ideas, creencias al límite sin abandonarlas,
desde un principio se ven sus personalidades y estas no cambian, no hay forma
alguna de redención, de reflexión, la tecnología los ha rebasado, no tienen
criterio sobre lo psicológico, ¿Ese es el futuro del espejo negro o nuestro
presente?
Aun tengo mis dudas sobre si el objetivo de Black
Mirror es realmente hacernos reflexionar y pensar o simplemente nos cuentan
historias, el silencio alrededor es interesante y las opiniones nunca tocan el
análisis de fondo, la verdad es que no nos atrevemos a vernos en ese espejo:
·
¿Le
pondrías un arcángel (temporada 4, capítulo 2) a tu hijo/a? Foucault problematizó sobre la
hipervigilancia en vigilar y castigar
además de que mencionó que hoy en día no es necesario vigilar activamente, todo
el mundo vigila para el sistema de forma gratuita, al igual que en Matrix, los
ciudadanos des-individualizados protegen el sistema, participan activamente en
que todo siga igual. Del mismo modo la modernidad exige libertad, pero sigue
siendo controladora, manipuladora, vigilante, las parejas exhiben en redes
sociales sus vínculos, que aunque valen nada actualmente pretenden señalar los
límites de la propiedad privada, porque los vínculos son cada vez más débiles.
·
Otro
asunto tiene que ver con la suplantación de afecto, de cariño. En la modernidad
como dice una canción “al final el que más (amor) dio es el perdedor”, por lo
que uno debe procurar recibir amor sin darlo, en ese sentido el espejo negro
nos ofrece capítulos en donde los protagonistas se aferran a esos objetos que
dominan y que perdieron, no pueden dejarlos ir, necesitan traerlos de la muerte
o en casos aún más oscuros construirlos digitalmente, al final importa más la
apariencia que la forma.
Y por último quisiera comentar como en el capítulo Striking Vipers los protagonistas
pierden por fin todo rasgo de identidad, de lo cual nos advertía Bauman. Dos
hombres masculinos, plenamente masculinos, con familia y demás de pronto viven
en una realidad alterna, en donde no necesitan tener un buen trabajo, en donde
su familia no importa, en donde la dimensión social no existe, aunque no juega solo
precisamente… En esa realidad encuentran que experimentar otras formas de
convivencia les provoca un gran placer, pero la realidad y la moralidad los persiguen,
¿Es real lo que viven? Mas allá de eso, como apuntaba, el verdadero problema es
no saber quienes somos, ¿Para que vivimos?, ¿Qué parte del “juego” nos provoca
tanto placer?, ¿Por qué la realidad virtual o la realidad real traen cosas que
nos hace felices a precios tan elevados?
Hoy en día pensamos que la realidad virtual nos absorberá,
pero no nos damos cuenta de que la realidad instrumental ya nos tiene presos,
somos esclavos de esta Matrix y no nos damos cuenta, creemos que ser libres es
poder comprar, poder jugar videojuegos, poder hacer uso de computadoras y teléfonos
celulares, pero en cada uso de estas herramientas dejamos parte de nuestra
personalidad. Al igual que los protagonistas de ese episodio, vivimos más del
lado del videojuego y sus posibilidades que en el mundo “real” y la individualidad,
es necesario leer más a Bauman.
Cada día nos acercamos más al futuro del espejo negro,
si el mundo no se acaba antes, si llega ese día y la tecnología nos rebasa,
¿Nos casaremos con robots hechos a la medida?, ¿Esos robots tendrán que ver
nada con nuestras madres?, ¿La psicología se verá resumida a sal a correr,
compra algo bonito y métete a la realidad virtual a cumplir el deseo que en la
realidad no podrás cumplir nunca?
Como muchas cosas en la vida, aquel que vea Black
Mirror puede solamente verla y decir que es una buena serie, igual que muchos
han leído a Bauman y dicen entenderle, pero ser un individuo, una persona con
autodeterminación (lo que sea que sea eso) significa ser alguien que ante casos
como los que se ven en la serie al menos reconozca que hay un mecanismo
psicológico poderoso que le pone nervioso, ya actuar creativamente quizá es
mucho pedir.
Regresando al inicio quisiera cerrar con una breve
dinámica que me gustaría que escribieran en los comentarios…
Si realmente observarás a través del espejo de Oesed,
¿Qué crees que verías?
Siendo sincero y
asquerosamente Freudiano yo sí creo que me vería al lado de mi madre (en su
juventud) rodeado de dinero y siendo yo un hombre exitoso, tal y como mi madre
esperaba de mí. En lugar de este intento barato de psicólogo, filósofo y
promotor de un bienvivir sustentable e independiente.
Hola, gracias por esto Eduardo. Atinado.
ResponderEliminarHe visto fragmentariamente la serie. Cuando Umberto Eco nos deslindó entre apocalípticos e integrados yo tengo claro que me añado a este segundo grupo. Las distopías apocalípticas enrocan más a la gente al sofá, ya lo sé, y a la tele de pago.
Me llama la atención en la serie que no da lugar a la trascendencia, a los más allá. Todo argumento le queda en los momentos anteriores a la losa negra lápida.
Gracias, un saludo.
Gracias Francisco. No quisiera decirlo, pero tienes razón... es necesario hablar de distopías apocalípticas.
EliminarMUY BUEN ARTICULO
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