El 10 de enero de este
año, en el programa musical Siglo XXI de Radio 3,
intercalaron una entrevista a
una persona involucrada en la coordinación del movimiento
Extinction/Rebelion de Reino Unido. Es la primera vez que se articula
una protesta masiva a favor de la sostenibilidad, con un impacto
mediático y social ciertamente notable. A raíz de las protestas, y
hasta donde yo sé, al
menos tres ciudades declararon la emergencia climática y
aprobaron planes para reducir sus emisiones de forma drástica.
Dejo el enlace al
programa (entrevista a partir del minuto 39)
y transcribo a
continuación la misma:
Podemos asegurar que hemos esperado demasiado tiempo para hacer algo, ya conocemos un montón de situaciones irreversibles, estamos ante un escenario climático desastroso aunque elimináramos las emisiones de carbono mañana mismo. Mi nombre es Nils Ager y soy sueco pero he estado trabajando en Gran Bretaña en los últimos tres años, he estado trabajando también con una red que ha impulsado el movimiento Extinction/Rebelion que comenzó en mayo, formo parte del grupo de coordinación. Extinction/Rebelion se puso en marcha con el objetivo de cambiar las cosas a la hora de hacer campaña contra el cambio climático y la crisis ecológica. Seguimos en una crisis masiva, aunque hace ya treinta años que empezó la conciencia contra el cambio climático. Con el nombre del movimiento tuvimos un largo debate, queríamos explicar nuestra labor como una rebelión, así que queríamos que eso fuera parte central del nombre. Con ese nombre queríamos dejar claro que no nos centrábamos solamente en el cambio climático sino también en la extinción masiva de las especies. El cambio climático es uno de los aspectos de la crisis a la que nos enfrentamos, últimamente nos estamos dando cuenta de que la desaparición de las especies es igualmente una amenaza a la civilización humana, a nuestra supervivencia, a los recursos alimentarios o nuestra estabilidad. Todo está construido en una diversidad biológica que se está extinguiendo muy rápidamente, es una amenaza, tal vez, no tan debatida. La crisis de la extinción y la climática están conectadas y se retroalimentan, las temperaturas suben y las especies desaparecen, mientras se deterioran nuestros ecosistemas la naturaleza tiene menos resiliencia para lidiar con las temperaturas en aumento y el cambio climático. Si deterioramos la Tierra, también tenemos menos capacidad para adaptarnos. En el Ártico el deshielo podría suceder en un periodo de diez o cinco años, eso reforzará el cambio climático. El hielo blanco está reflejando ahora la luz a la atmósfera, al deshacerse permite una mayor absorción de la temperatura en el océano. Nos hemos dado cuenta de que nuestros gobiernos nos han llevado a niveles de peligro inaceptables. Sabemos que con las emisiones de carbono que se liberan hoy en día hay una probabilidad entre veinte de que suframos un calentamiento irreversible. Imagina que esas estadísticas se hubieran aplicado a un avión que despega, si hubiera una probabilidad entre veinte de que el avión se estrellara y todo el mundo muriera, nunca se habría permitido que nadie entrara en ese avión, pero los gobiernos están asumiendo ese riesgo con la población global. No se trata de cuando ocurrirán estos eventos climáticos, sino que se trata de darse cuenta de que se están tomando riesgos inaceptables con nuestra vida. Podemos conseguir que la crisis no sea tan mala, sabemos que las sociedades humanas se pueden adaptar muy rápido, si nos damos cuenta de que nos enfrentamos a una amenaza existencial. Podemos hacer de nuestra vida algo mejor, menos basada en el consumismo. Desde Extinction/Rebelion proponemos que se implemente una asamblea ciudadana, con ciudadanos elegidos al azar, que inicien la transición hacia otro tipo de economía, que no esté basada en el carbono y que no sea una amenaza tan grande para nuestros ecosistemas. Nuestro objetivo inmediato es cambiar la discusión sobre el cambio climático e incluir la posibilidad de la extinción humana, o el colapso de la civilización, un discurso que hoy en día no se ve como aceptable en el debate sobre el cambio climático.
Me ha llamado
poderosamente la atención que los activistas se han movilizado en
contra del cambio climático y de la
sexta gran extinción, y no mencionan en ningún momento el
peak-oil. Por el contrario la situación en España es la contraria,
las voces más significativas en el movimiento por la transición,
como Jorge Riechmann, Carlos Taibo, Emilio Santiago Muiño o Manuel
Casal Lodeiro siempre citan el peak-oil como cuestión más urgente
por la que habría que movilizarse y realizar una transición hacia
una sociedad sostenible. Este llamamiento, al contrario que en el
Reino Unido, no está teniendo ningún efecto en España, algo que me
parece lógico, y que yo ya anticipé, cuando en un artículo
publicado
originalmente el verano pasado en El Salto, pero escrito meses
antes, afirmaba:
Sin embargo, el cambio paradigma, pese a la enorme dificultad inherente, parece inevitable, ya sea de una forma más racional y controlada o de otra más catastrófica. Pero, si preguntamos en la calle, seguramente muchas personas son capaces de identificar que de existir problemas en el suministro de petróleo podemos encontrarnos con enormes costes sociales y económicos. Pero si afirmamos que la biosfera es un sistema complejo que se autorregula y que proporciona servicios medioambientales esenciales para la vida y la economía humanas que están siendo destruidos dado el incremento de nuestra actividad sobre el planeta y la consiguiente reducción de los espacios silvestres que generan esos servicios, seguramente la mayoría de ellos se sentirían confusos.En esa afirmación incluimos tres conceptos, cada uno de los cuales es ajeno al debate público actual, incluso el generado por el cambio climático. Nuestra primera labor es, a mi juicio, realizar una difusión mucho más amplia de esta problemática y los conceptos asociados a ella, de forma que sea posible un debate público sobre el problema más importante que afrontamos colectivamente.
Sin embargo, en España
no parecemos dispuestos a realizar esa labor de difusión sobre la
saturación de los sumideros del planeta, a pesar del ejemplo de
Reino Unido, donde una mayoría de la población lo está
comprendiendo, aunque no comprende el peak-oil, al menos como
problema urgente que requiera una acción inmediata.
No tengo, evidentemente,
todas las claves de por qué ocurre esto, pero sí me atrevo a
afirmar que una de las razones es que el peak-oil, o mejor
dicho, sus consecuencias, el oil crash, siguen siendo
controvertidos para la mayoría de la población. Tan sólo hay que
ver la
respuesta del think
tank
Politikon
al manifiesto Última Llamada, negando consecuencias inmediatas
para la economía a consecuencia del peak-oil. Aquello dio
lugar a un debate, y creo que Antonio Turiel y Antonio
García-Olivares fueron muy convincentes al defender su postura, pero
hay que reconocer que sería impensable un debate así respecto al
cambio climático o la sexta gran extinción, que se aceptan por los
medios generalistas como verdades probadas científicamente, siendo
los negacionistas más bien la excepción.
Tampoco es ajeno a ello
que los divulgadores del peak-oil, después de que Campbell y
Laherrere acertaran el fin del petróleo barato y el cénit de
producción del petróleo crudo han ido errando en sus predicciones.
Así por ejemplo, Laherrere se queda muy corto en esta estimación de
mayo de 2013 para el cénit de “todos los líquidos de petróleo”,
pronosticando un cénit por debajo de 90 millones de barriles día,
cuando en el tercer trimestre de 2018 según datos de la AEI la
poducción fue de 100,9 millones de barriles día.
En menos de seis años la
predicción de Laherrere ha quedado muy desfasada. En el caso de
alguna predicción de una bloguera extrañamente respetada dentro del
mundo del peak-oil, el paso del tiempo ha mostrado que el
pronóstico era tan irreal, que la consecuencia lógica de todo ello
ha sido la mofa y el escarnio por parte de nuestros críticos, con la
consiguiente pérdida de credibilidad del movimiento.
Debo decir, y no se trata
de sacar pecho, que yo ya advertí a varias personas que no
utilizasen esa predicción, en previsión de lo que podía pasar (y
ha pasado) con el tiempo. Desgraciadamente, Ferran Puig Villar y otras personas que prefiero no mencionar no me hicieron caso.
Toda esta reflexión no
es para decir que haya que tirar a la basura todo el trabajo
realizado hasta ahora en torno al peak-oil, ni mucho menos. Es
necesario continuar afinando los modelos, tanto desde el punto de
vista de los sumideros, como desde el punto de vista de los recursos,
porque los problemas de escala nos afectan en los dos lados.
La cuestión es que en el
terreno político, y cuando se trata de movilizar a la población, es
muy cómodo partir de terreno firme e incontrovertido, como los que
han posibilitado la movilización en Reino Unido ¿Por qué
arriesgarse a jugar una nueva carta usando una cuestión que
permanece en disputa y alrededor de la cual existen numerosas
incertidumbres, cuando ya tenemos un poker de ases? No es posible
disputar la extrema gravedad de la situación, y los movimientos
sociales en Reino Unido lo han mostrado. Tomemos nota y dejemos de
hacer el estúpido.
Es lógico que en gran Bretaña incidan en la catástrofe climática y de especies. Ellos sienten más profundamente los efectos por tener una ocupación de los ecosistemas altísima (las islas están fuertemente antropizadas) mientras que nosotros seguimos siendo, gracias entre otros factores a nuestra baja industrialización, un reservorio de biodiversidad único, por poner un ejemplo tenemos el 90 % de las poblaciones de las especies carroñeras de Europa y asia.
ResponderEliminarEn nuestro caso, dada nuestra situación mediterránea en el sur pobre europeo, se siente como más inminente nuestra fragilidad frente al colapso energético del modelo capitalista, insoslayable
Buenas,
EliminarNo admitimos comentarios anónimos, pero haré una excepción,
Como valoramos la intención podemos imaginarnos cualquier cosa ¿por qué lo han hecho? La imaginación es libre. En mi opinión en España no hay interés por el peak-oil, hay un grupo minúsculo de decrecentistas, la mayoría de los cuales no son decrecentistas, porque también marxistas y nihilistas. Un grupete de ¿20.000? personas, sin relevancia social. En U.K. por el contrario, pueden ser pocos, pero son muchos más para conseguir hacer lo que han hecho. Han puesto el tema en el debate, con una acción directa, que requiere que participe mucho gente. Ahora el problema ecológico es una cuestión central.
El debate es por qué aquí eso no pasa, y yo he aportado parte de la solución.
Saludos,
Comentó de forma anónima poque Mi móvil no reconoce mi cuenta, lo siento. Escribo como Avirueco normalmente.
EliminarEn UK hay una sensibilidad mayor en mi opinión porque viven rodeados de ecosistemas muy degradados, porque en Alemania han gobernado en coalicion los verdes y aquí no sacan ni 100k votos? Por lo mismo, esto se cumplec para casi todos los países desarrollados y que entraron antes en la industrialización, salvo los de la estatua de la libertad, hay más sensibilidad con estos temas.
Donde surge el movimiento de transición en UK... No creo que sea momento para desvalorizar la crítica a la modernidad que se hace desde el movimiento peak oilero a nivel nacional, porque se hayan cometido errores, tu mismo asumes la imposibilidad de acertar en las predicciones como premida. Hay grandes personas, buenos argumentos lo se por experiencia.
En lo que coincido plenamente es en que tenemos que superar el bloqueo emocional, mental y pasar a la acción
Un saludo jesus
Buenas Avirueco,
EliminarClaro, pero es que yo no trato de desvalorizar lo que se ha hecho desde el peak-oil, sino poner mi granito de arena para centrar el tiro de la parte social (movilización, acción, protesta, propuestas...). Tal y como digo en el artículo, es necesario afinar los modelos por el lado de los recursos, con modelos que no sean reduccionistas (no tratar todos los imputs de forma homogénea, como si fuese una sola variable, ya sea esta dinero o energía) y seguir trabajando por este lado para aclarar lo más posible el tema de la sostenibilidad desde el lado de los recursos, siempre, siempre, reconociendo la incertidumbre.
Debemos entender que el cambio climático y la sexta gran extinción son cuestiones sobre las que existe un gran consenso, y que están en los medios, y que el gran público conoce, no así el peak oil o el oil crash, por ello, es evidente que cuestión debe ser prioritaria para los encargados de facilitar el movimiento social.
Un saludo y gracias por discrepar, es enriquecedor
En la mente humana conviven emoción y razón. Necesitamos contar con ambas. Para afrontar las amenazas individuales. colectivas o sistémicas no cabe duda de que la emoción mas básica y primordial es el miedo. Quizá las reacciones mas conocidas sean la huida, la parálisis y la acción. La única sensata en estos momentos parece ser la acción no violenta. El movimiento extinción rebelión ha sabido direccionar ese miedo hacia una acción creativa y funcional identificando bien las causas sistémicas, de las que el peak-oil es una parte, apartándonos de la deriva a otros miedos dirigidos, no a las causas, sino a los efectos, como el miedo a la emigración o a las personas excluidas. El movimiento identifica en dos palabras la amenaza(extinción) y la acción(rebelión). Pero no podemos caer en el error de pensar que el colapso es un acontecimiento identificable con una fecha, debemos considerarlo, mas bien, como un proceso que durará décadas y que, como ya estamos viendo, va por barrios, por países, por clases sociales, etc y cuya manifestación mas visible es la guerra.
ResponderEliminarPero el miedo puede ser un impulso ciego y destructivo si no lo encauzamos con inteligencia, sensatez y mesura. La gravedad de la amenaza, su certeza y su inminencia son cambiantes y no homogéneas. De esa conjunción de factores va a depender el sacrificio, el esfuerzo y la premura con que estemos dispuestos a actuar. Por eso, también necesitamos desplegar una gran dosis de ciencia e inteligencia para concretar las propuestas a largo y corto plazo, las que son sistémicas y las locales. El movimiento 15M también surgió como una gran oportunidad pero ha acabado concretándose en una socialdemocracia que no ha cuestionado los pilares del sistema, como la premisa del crecimiento económico ilimitado.
No debemos pues temer al miedo sino a las amenazas y a no saber canalizarlo de forma inteligente para afrontarlas con el menor daño posible.
No tenemos ningún poker de ases, vamos a perder mucho en este juego, esperemos que entre esas pérdidas no estén la dignidad y la vida de las nuevas generaciones.
Hola Camino,
EliminarGracias por la interpretación de estos hechos. Discrepo. Yo no creo que Extinction/Rebelion redireccione un miedo. Creo que la gente que está ahí no son precarios, no son gente al borde de la exclusión.
Yo no caigo en el error de pensar que el colapso está determinado, ahora o como un proceso que dure décadas. Para mi el colapso es una posibilidad, una cuestión sobre la que hay que seguir investigando, debatiendo, creando modelos... el futuro no está determinado. Como he dicho en facebook: ""para avanzar con pie firme hacia el decrecimiento, los que se dedican, con un esfuerzo que se agradece enormemente, a esclarecer esta cuestión de los recursos naturales, como Antonio Turiel Martínez deberían reflejar de forma mucho más clara la incertidumbre que existe en torno a esta cuestión: el potencial del shale, los límites de las renovables, el vehículo eléctrico, la eficiencia, la energía mínima para satisfacer necesidades humanas, la evolución de la tecnología.. todo eso no son cuestiones cerradas, basicamente porque nadie puede predecir el futuro. No es algo que el ser humano pueda conocer, ni la ciencia, porque tiene sus límites." Si hay colapso se verá andando, con el retrovisor, ninguna ciencia te lo puede determinar desde dentro de la sociedad que colapsa, es algo totalmente obvio.
Sí tenemos el poker de ases, no como tú lo planteas (has cambiado el sentido a mi frase), pero tenemos argumentos de sobra para movilizar a la sociedad, si creemos que realmente es madura, como se ha demostrado en U.K.
Al final no entras en la cuestión central del artículo, que es el daño que ha hecho en España la interpretación dogmática de ciertos datos...
Hay que definir acciones, claro, en eso estamos, pero ya una acción es crear una narrativa, y la que hemos articulado hasta el momento adolece de muchos defectos.
Un fuerte abrazo,