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miércoles, 26 de diciembre de 2018

Cinco caminos para un bienestar responsable: una propuesta inteligente, todavía vigente

“Gran parte de la vida moderna se basa en una lógica falsa, una lógica que supone que la felicidad y el bienestar provienen de la prosperidad financiera. Por lo tanto, la mayoría de los políticos, y la mayoría de nuestros medios de comunicación, parecen asumir que el objetivo principal del gobierno es garantizar que la economía avance para siempre. Es casi como si los padres fundadores estadounidenses hubieran declarado que nuestros derechos inalienables eran la Vida, la Libertad y la búsqueda del Crecimiento Económico. Hay dos razones principales por las que esta suposición es incorrecta. Primero, una vez que se satisfacen las necesidades materiales básicas, hay muy poca evidencia de que la búsqueda de la prosperidad financiera genere mucha más felicidad adicional para los individuos o las naciones. En segundo lugar, al perseguir el crecimiento económico, estamos creando todo un conjunto de problemas sociales y ambientales que socavarán la felicidad y el bienestar potenciales de las generaciones futuras.”
Nick Marks (uno de los creadores de los “Five ways to wellbeing” y del “Índice del Planeta Feliz)


En el año 2008, NEF (New Economics Foundation), Fundación para la Nueva Economía, desarrolló a petición del gobierno británico una investigación sobre posibles acciones para mejorar el bienestar personal. De esa larga lista de posibles ejercicios personales, con bastantes evidencias de buen funcionamiento, eligieron cinco para simplificar y para que llegara con mejor difusión a la población británica. Estos eran conecta, mantente activo, presta atención, sigue aprendiendo y da. De manera parecida al dicho de tomar al menos cinco frutas o verduras al día para mantener sano nuestro cuerpo, esas cinco maneras ejercidas diariamente podrían ser adecuadas para mantener o potenciar nuestro bienestar emocional, social, mental e incluso, diría yo, espiritual. Se cumplen ahora 10 años de aquella propuesta que todavía se utiliza, principalmente por el NHS (servició de salud público británico) en difusión de campañas y programas para mejorar el bienestar de los ciudadanos. Como bien nos dice la OMS (Organización Mundial de la Salud) con su definición de salud:

“Un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.”

la salud es un proceso integral y no solamente físico. En esta sociedad del siglo XXI, estamos alargando la vida de nuestros cuerpos, pero la calidad emocional, social, mental e incluso espiritual de nuestro ser parece ser que está descendiendo. Todo esto, lo estamos observando a través de las numerosas crisis, tanto personales como sociales y medioambientales que vivimos en estos días.

Los finales de año suelen ser épocas de balances, no sólo empresariales, sino personales. Además, con la entrada de un nuevo año, los propósitos personales que nos solemos plantear, normalmente, se olvidan nada más llegar el mes de febrero.


La propuesta principal de este artículo es mostrarnos esos cinco caminos para mantener o incrementar nuestro bienestar, así como tener a mano, nunca mejor dicho, una manera mnemotécnica para que no se nos olvide fácilmente estas cinco formas. Para esto último, utilizaré los cinco dedos de la mano, una propuesta que me recuerda a uno de los libros que ocupó mi cabecera en los años 90. Se trataba de “The hand-book for the positive revolution” (La revolución positiva: 5 principios básicos) de Edward de Bono.


Conecta…  (Somos interdependientes)


Conecta…
Con las personas que te rodean. Con la familia, amigos, compañeros de trabajo y vecinos. En casa, en el trabajo, en la escuela o en tu comunidad. Piensa en ellos como pilares de tu vida e invierte tiempo en su desarrollo. Construir y reforzar estas conexiones te ayudará y enriquecerá cada día. 
El dedo gordo o pulgar será nuestro recordatorio para conectar. Además de utilizarlo en autostop, haciendo contacto visual con los automovilistas, el dedo pulgar es el dedo poderoso. Su etimología viene del latín pollicaris, que a su vez deriva del verbo polleo, “ser poderoso”, “poder”, “ser eficaz”, ya que es el dedo más fuerte y además permite la eficacia de la mano para agarrar cualquier cosa.



Y conectar es quizás el modo más eficaz de la felicidad. Según bastantes estudios, las relaciones sanas y la buena salud son factores de felicidad más importantes que el dinero. Desde que nacemos, en los que somos dependientes hasta que morimos, muchas veces en dependencia con otras personas, la vida de cualquier persona se da en interdependencia. La familia, la comunidad, el trabajo, que realizamos y que otros realizan para nosotros, y la economía son esos nodos principales del bienvivir donde se da una gran interdependencia, un dar y tomar.  El gran escritor Herman Melville nos lo decía muy claramente:

“No podemos vivir de forma aislada. Un millón de fibras nos conectan con las demás personas, y entre esas fibras, como canales, nuestras acciones se convierten en causalidades y vuelven a nosotros como efectos.”

Y Jose de Luna, uno de los actores de la exitosa película “Campeones”, nos lo mostraba prácticamente en una entrevista:

“Conocer a gente es lo que más ilusión me hace. Gracias a la película mi vida ahora es más rica.”

Finalmente, para que esa conexión sea más sana y eficaz requiere principalmente de la presencia, del cara a cara, donde oír, sentir y ver todos los matices de una comunicación nos haga realmente contactar y empatizar con la otra persona. Pongámonos en marcha…


Mantente activo… (Somos nuestro cuerpo)


Mantente activo…
Sal a caminar o correr. Anda en bicicleta. Juega. Sal al campo. Baila. El ejercicio te hace sentir bien. Lo más importante es descubrir esa actividad física que te guste y se adapte a tu nivel de movilidad y forma física.
El dedo índice será el recordatorio para mantenernos activos. Ese dedo nos indica dirección, hay que moverse y no estarse quieto. El sedentarismo de los tiempos modernos no le sienta bien a nuestro cuerpo que viene preparado para la acción, la actividad, la movilidad desde aquellos tiempos prehistóricos.



Las evidencias sobre las virtudes de hacer ejercicio y cómo el cerebro libera hormonas, que mayormente nos benefician, son muchas. Así, entre esas ventajas, beneficios y contribución constructiva a nuestro bienestar se pueden encontrar:
  • Mejorar la salud mental. Nos hace sentirnos mejor y puede ser una herramienta contra la depresión.
  • - Los ejercicios aeróbicos aumentan el volumen cerebral. Mejora la memoria y aumenta las funciones ejecutivas que son el conjunto de las capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular la propia conducta.
  • - Los ejercicios de fuerza tienen efectos positivos en la memoria y en las funciones ejecutivas.
  • -   La actividad física reduce el riesgo de demencia.
  • La actividad física fomenta la plasticidad cerebral. Sobre todo, el ejercicio aeróbico es importante para la memoria y el aprendizaje
  • -   El ejercicio ayuda a mantener el stress a raya.

El gran lingüista, Wilhelm von Humboldt ya nos adelantaba hace más de 200 años otro de los modos de bienestar que veremos y que estaba muy unido al de mantenerse activo:

“El verdadero disfrute proviene de la actividad de la mente y el ejercicio del cuerpo; los dos están siempre unidos.”

Su hermano menor, el naturalista Alendandre von Humboldt, lo puso en práctica caminando y viajando por el mundo aprendiendo de las conexiones sistémicas de la Naturaleza. Su natural entusiasmo inspiró a Goethe, Thoreau, Darwin, John Muir a prestar más atención…


Presta atención… (Somos eco-dependientes)

Presta Atención…
Sé curioso. Aprecia la belleza. Observa lo inusual. Nota las estaciones cambiantes. Saborea el momento, ya sea caminando hacia el trabajo, comiendo o hablando con los amigos. Ten en cuenta el mundo que te rodea y lo que sientes. Reflexionar sobre tus experiencias te ayudará a apreciar lo que es importante para ti. 
El dedo medio o dedo corazón, que es el más largo, nos recordará quizá lo más importante que tenemos, la vida. Así como el corazón parece ser el órgano interno más importante de nuestro cuerpo y que simboliza esa vida, el medio ambiente, lo que nos rodea, el Planeta, es la parte más importante de nuestro exterior. Somos seres eco-dependientes, la calidad de la energía que nos llega proviene de una alimentación sana y ésta depende de los servicios naturales que nos ofrece el Planeta. Es por eso por lo que la vida que nos ofrece el planeta merece nuestro respeto y prestar atención a todo nuestro alrededor nos lo recuerda.



Otra de las facetas de este modo es su estado presencial, de permanecer presente, como la manera principal que tenemos para enfocarnos. El mindfulness nos devuelve al aquí y al ahora, dejando todo ese ruido del pasado y la ansiedad del futuro atrás. Las prisas y la velocidad de esta sociedad dando la idea de tiempo igual a dinero, olvidan esa otra faceta de tiempo igual a vida. El movimiento Slow (Lento) también se hace eco de esta forma de bienestar, es decir, tomar el control del tiempo y no que la inercia, la velocidad tan rápida nos lleven por la vida.

Si, por un lado, el filósofo Alan Watts nos decía:

“No pueden hacer planes válidos para el futuro aquellos que no tienen la capacidad de vivir el ahora. Me he dado cuenta de que el pasado y el futuro son las verdaderas ilusiones y existen en el presente, que es todo lo que realmente hay.”

por otro lado, el también filósofo, Albert Camus comentaba para aquellos preocupados por el futuro:

“La generosidad real hacia el futuro radica en darlo todo al presente.”

Estas son grandes lecciones para seguir aprendiendo…


Sigue aprendiendo… (Somos nuestra mente)

Sigue Aprendiendo…
Intenta algo nuevo. Redescubre una vieja afición. Inscríbete en ese curso. Asume una responsabilidad diferente en el trabajo. Arregla una bicicleta. Aprende a tocar un instrumento o cómo cocinar tu comida favorita. Establece un desafío con el que disfrutes conseguirlo. Aprender cosas nuevas te hará sentirte más seguro además de ser divertido. 
El dedo anular, donde normalmente se pone el anillo, será el utilizado para recordarnos nuestro compromiso en nuestro desarrollo humano para seguir aprendiendo. Salvo situaciones de salud adversas, estamos aprendiendo hasta el último día de nuestras vidas. Algo que no se puede decir de nuestro cuerpo que incluso después de parar su crecimiento en la juventud, mengua en la vejez. Con un símil parecido, la economía, tanto personal como de los países, debería ser así, como bien nos indicaba Nick Marks en la cita introductoria. Una vez alcanzado un cierto nivel no debería crecer más físicamente, en cantidad, ya que los límites del planeta lo impedirán, sin embargo, si se puede crecer en calidad más indefinidamente, siempre que está no conlleve tanto gasto físico y material. Quizás, esta idea queda más claro con las palabras paradójicas de un niño de 11 años que se divierte y educa jugando en su clase a ese extraordinario juego educativo, “Menos es Max”:

“Es chulo y te enseña que con menos cosas mejores se hacen más cosas que con más cosas y peores.”



La plasticidad del cerebro nos permite ese crecimiento interior y de aprendizaje hasta el fin de nuestros días. Además, si lo complementamos sinérgicamente con la segunda de las maneras, mantenerse activo, se da una simbiosis perfecta.

El gran músico de blues, B. B. King nos recordaba una gran verdad sobre el aprendizaje:

“Lo maravilloso de aprender algo, es que nadie puede arrebatárnoslo.”

Eso es algo que está con nosotros y nos hace tan únicos y especiales que un consiguiente paso sería ofrecer sus frutos a los demás…


Da…   (Somos seres emocionales y sociales)

Da…
Haz algo agradable por un amigo o un desconocido. Da gracias a alguien. Sonríe. Ofrece tu tiempo. Únete a un grupo de tu comunidad. Mira hacia afuera, como adentro. Ver tu felicidad unida a una gran comunidad puede ser increíblemente enriquecedor y crea conexiones con las personas que te rodean.

Por último, el dedo meñique o dedo auricular, nuestro dedo más pequeño, servirá para recordarnos la importancia de dar, por muy pequeño que sea. Ese segundo nombre auricular, le viene por ser el dedo más indicado para hurgarse en los oídos. Y de una manera similar, también podría ser recordatorio de taparnos los oídos a nuestro ego que se ve llevado por la corriente de un sistema que porta el mensaje, “la avaricia es buena”. Sin embargo la contribución, la colaboración, la solidaridad, la cooperación donde se da una conexión entre varios, tal como se indicaba con nuestro primer elemento, es lo más poderoso, lo más eficaz para nuestro bienestar.



La generosidad y la gratitud están entre esas virtudes que se dan en todas las culturas. Por eso, su opuesto que la codicia o la avaricia, han sido penalizadas y narradas como algo desastroso para la comunidad. En todas las culturas, a través de mitos, historias o ese famoso “Cuento de Navidad” de Dickens, tan clásico en esta época, la avaricia ha sido condenada. La redención y transformación de Mr Scrooge llega cuando se da cuenta que la generosidad y la amabilidad son los mejores útiles para vivir emocional y socialmente en sociedad.

Esto en palabras de Goethe resuena así:

"La bondad es la cadena de oro que enlaza a la sociedad"
Ese círculo nos devuelve al principio, que todos hemos experimentado cuando estábamos dentro del cuerpo de nuestra madre, la conexión...


Una mano sinérgica

“El concepto de bienestar comprende dos elementos principales: sentirse bien y funcionar bien. Los sentimientos de felicidad, alegría, disfrute, curiosidad y compromiso son características de alguien que tiene una experiencia positiva de su vida. Igualmente, importante para el bienestar es nuestro funcionamiento en el mundo. Experimentar relaciones positivas, tener algo de control sobre la propia vida y tener un sentido de propósito son atributos importantes de todo el bienestar.”
(NEF, New Economics Foundation)

El bienestar responsable también se puede comprender desde dos elementos principales que parecen glocales. Uno, más global y conceptual, que he puesto entre paréntesis. Es esa visión integral de las personas, es decir, física (cuerpo), emocional, social y mental complementado con los principio de interdependencia y eco-dependencia que sugieren un aspecto más espiritual. Por otro lado, otro más cercano y experimental, que es el que sugiere NEF con esas cinco caminos para el bienestar y que todas las personas pueden realizar en cualquier momento.

Desde el pensamiento sistémico se dice que el todo es más que la suma de las partes. Estos cinco elementos, no aislados, sino en conjunción y ejerciéndolos diariamente nos pueden proporcionar un bienestar responsable en esta vida que nos parece tan paradójica. Así, según las evidencias, prestar atención y dar potencian nuestro bienestar y bienvivir, mientras que conectar, mantenerse activo y seguir aprendiendo no sólo potencian el bienestar, sino que además amortiguan el malestar y malvivir.

De un modo parecido y sinérgico, Edward de Bono elaboraba aquellos cinco principios para una revolución positiva: efectividad, aspectos constructivos, respeto, autosuperación y contribución. Todos ellos formaban un sistema integro que se complementa.

Esos dos modelos, cinco caminos para el bienestar y la revolución positiva, tienen en común que parten desde una perspectiva proactiva, preventiva y de largo plazo. Sin embargo, y tal como nos decía el psicólogo Daniel Khaneman, premio Nobel de Economía, en su libro “Pensar rápido, pensar despacio”, la condición humana viene imbricada también con otro modelo que es reactivo, correctivo y de corto plazo. En general, los hechos y las evidencias de nuestras crisis personales, sociales y ambientales parecen indicar que en nuestro pensamiento optamos mayormente por el corto plazo a través de nuestro instintos y emociones dejando la parte lógica y racional del largo plazo secuestrada por la primera. Y quizás esta sea una de las principales razones por la que la mayoría de nuestras proposiciones de principios de año no llegan a buen puerto. Somos seres humanos más instintivos y emocionales que racionales.

De una manera parecida, nuestro deseo racional de bienvivir que describimos en este blog requiere de una perspectiva proactiva, preventiva y con vistas a largo plazo y este, en general, no se esta dando. Todo lo contrario, los hechos, el malvivir, del cual se empieza a ser cada vez más consciente, están sacando a la vista ese modelo más reactivo, correctivo y de corto plazo. Todo esto lo podemos percibir con ese incremento de las manifestaciones y protestas en las calles por parte de muy variados colectivos.

Desde mi perspectiva no sé si llegaremos a un bienvivir utópico o a un colapso catastrófico, pero sí que me parece más claro que si nos queremos aproximar hacia lo primero son necesarios modelos proactivos, preventivos y de largo plazo como el explicado en este artículo. Este modelo de las cinco maneras para el bienestar, más bien dirigido a las personas, y otros modelos más colectivos o sociales son el puente del conjunto de iniciativas minoritarias que ya están funcionando y describen un cierto bienvivir. Quizás y de manera complementaria, el despertar de la gente de forma reactiva como estamos viendo a lo largo de esas manifestaciones y rebeliones por todo el mundo pueda catalizar un cambio de paradigma. Los primeros, proactivamente, ya están construyendo las bases de un nuevo sistema y los segundos, reactivamente, pueden derribar el actual sistema. Ambos se complementan.  Sin unos caminos ya transitados, la caída del sistema nos puede encerrar en un gran agujero sin salida. El tiempo nos dirá si fuimos inteligentes, homo sapiens sapiens, y actuamos con cierto bienestar responsable.

Finalmente y como manera proactiva, resumo esos cinco caminos que podemos recordar a través de los cinco dedos de la mano. El pulgar, el más poderoso y eficaz que se utiliza para hacer autostop, nos recuerda que contactar con los demás es la forma más eficaz y poderosa de bienestar. El dedo índice nos indica dirección para mantener activo nuestro cuerpo. El dedo medio o corazón, es el más largo, el más importante, que nos hace reflexionar sobre la vida y prestar atención a lo que nos rodea, al aquí y al ahora. El dedo anular, donde normalmente se lleva el anillo, nos compromete a seguir aprendiendo durante toda nuestra vida. Finalmente, el dedo meñique o auricular, nos hace reconocer dos cosas, la importancia de dar, por pequeño que sea, y la importancia de dejar de oír tanto a nuestro ego, a ese narcisismo cultural que nos está envolviendo.

¡Qué empecemos y terminemos con buena mano el nuevo año!



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