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viernes, 3 de junio de 2022

La educación: Un trabajo de mierda.


 
 
Parafraseando un poco el título del libro de David Graeber (Trabajos de mierda), busco hacer una crítica a la educación, actividad que según Freud es una de las tres profesiones imposibles (educación, política y psicoanálisis). 
El libro postula entre otras cosas que aquellos trabajos que no tienen un sentido social o existencial producen en los seres humanos una profunda depresión al no contribuir a nada, y narra ejemplos bastante interesantes, al final casi podremos darnos cuenta de que -quizá nuestro propio trabajo no tiene una utilidad- "real".
 
Entonces nos encontramos de frente a la educación, teóricamente nosotros como buenos zombies e hijos de la ilustración, traemos en la sangre esa idea de que la educación nos hará libres, idea que trae consigo también la religión judeo-cristiana. 
 
Pero este debate es de hace siglos, el mundo educativo (en adelante académico) se durmió y jamás quiso enterarse de que la ciencia positivista murió el siglo pasado cuando una panda de locos postularon las extrañas ideas de la física de partículas, en donde ideas y principios básicos del conocimiento científico estorbaron al momento de describir como se mueve un electrón (por ejemplo).
 
Pero de algo tenemos que vivir, algo tenemos que hacer, aunque no sirva para nada, ese es el principio de los trabajos de mierda. Hace un tiempo escribí “el pico de la ciencia” donde simplemente replicaba al igual que algunas voces científicas y mucho más acreditadas que yo, sobre como el CERN y específicamente el LHC han sido un desperdicio de tiempo, dinero y recursos, de hecho, el asunto se plantea en la popular serie The Big Bang Theory, desde entonces la física sigue igual de atascada y no se le ve sucesor al LHC. 
 
Críticas a la educación se han hecho muchas y desde distintas perspectivas, recomiendo por ejemplo el documental la educación prohibida, pero hoy quisiera ser todavía más radical y recuperar posturas como las de Iván Illich, y mencionar que la educación no sólo no nos libera de nada, ni nos da herramientas para la vida o para el bienestar personal o social, sino que a últimas cuentas: es un trabajo de mierda
 
La verdad te hará libre: Uno de los principios que buscaron que la educación fuese universal era la idea de que el conocimiento permitiría al hombre tener más oportunidades para decidir sobre su propio destino, no sólo permitiría a los estados y corporaciones transformar los ecosistemas (claro, respetando la ética ambiental) para beneficio del hombre. Lo que pasó en realidad es que el conocimiento solamente sirvió a los principios capitalistas de acumulación de riqueza y el capital fue quien dio forma al mundo. 
 
En el ámbito personal, privado, Orwell y Huxley nos dan muy buenas pistas sobre lo que el conocimiento y la educación hicieron en las personas, creando autómatas letrados, personajes que son perfectamente capaces incluso de elaborar discursos propios, pero que no pueden tomar decisiones más allá de aquello que ofrece el mercado. 
 
Esto es en parte a que la educación se ha volcado hacia el enfoque productivista/industrial, en lugar de desarrollar una educación humanista, de este modo la educación ha dejado de lado la filosofía con todos sus problemas para capacitar a los educandos en cosas productivas. El ideal del ser humano emancipado gracias a lo que sabe, decide (y produce) parece cada día más lejano en una realidad instrumental en donde sólo aquello que existe por medio del lenguaje, existe, sólo eso es real. 
 
El saber, el conocer y el poder interactuar con aquello que la academia nos brinda y aquello que la ciencia recolecta en sus hallazgos de ciencia básica nos limita cada vez más, no es de extrañar que se piense que literatura, filosofía o historia no sean ya ciencias ante los ojos de quienes creen que el único conocimiento que existe y que vale la pena, es el científico. En este contexto, un actor muy menor y mediocre es la psicología, que actúa como un agente normador, no es extraño entonces como la pedagogía ha creado ese engendro llamado psicopedagogía, para ayudar a normalizar a quienes no son sometidos por los sistemas escolarizados.
 
Retomando un poco las ideas de Iván Illich, porque pretendo ser un vil, un simple recopilador de ideas, el ser humano gracias a su consciencia es un ente privilegiado, que puede analizar su realidad, entenderla y cambiarla, sin embargo, la educación (ya no digamos la realidad) lo que hace realmente es destruir la consciencia, la creatividad, el espíritu inquisitivo de niños y adultos, para moldearlo a los ojos del aparato político-productivo
 
Dibújame un elefante decía el principito, la educación sólo permite que las ideas surjan en los espacios en donde deben surgir y ya está determinado que es lo que debe conocer el estudiante. Todo esto con la ilusión de que lo adquirido en la escuela sirva para la vida o al menos para la industria, pero esto también es una gran mentira, todos estamos condenados a ser pobres, Bourdieu describió los mecanismos y trampas de la movilidad social, al igual que la esperanza es lo peor que encerraba la caja de pandora, porque el secreto más triste de la educación es que no sirve para nada, es un trabajo de mierda. 
 
*- (No) sirve para vivir mejor, una idea común acerca de la ciencia es que sus principios aplicados (tecnología) nos permitían vivir mejor. De modo que ya no tenemos que ir a lavar ropa al río, ya no tenemos que viajar a lomo de un caballo, ya no tenemos que prender velas en las noches, etc, etc. Y sin embargo los problemas siguen existiendo, desde un sentido budista diríamos que el sufrimiento sigue existiendo y quizá más que nunca; más aún, Foucault decía que existe el biopoder hace vivir y dejar morir, en donde los avances médicos quizá no nos hacen un favor precisamente. No sirve para ganar más, los mecanismos de distribución de la riqueza ya fueron establecidos y el sistema tiene clarísimo quien debe ganar más, quien menos, quien debe ascender y quienes deben permanecer o incluso descender, quienes tienes voz y quienes no. 
 
Ejemplos hay a montones, hay que ver lo que está sucediendo recientemente en Canadá y las protestas populares que piden la renuncia del primer ministro Justin Trudeau, la educación en Canadá, que pudiéramos pensar como de las mejores del mundo, está sirviendo para nada. 
 
 
*- No sirve para equilibrar el ambiente, tristemente la educación no nos ha hecho organismos más amigables con el medio ambiente, todo lo contrario, y seguramente los ecosistemas estarían mejor sin nosotros. El conocimiento científico por sí mismo es inútil para diseñar entornos más ecológicos, menos propensos al tráfico y demás, entre otras cosas porque no implica un cambio en la conducta (¡aguas!, ninguna solución puede pasar por la psicología) y porque los avances tecnológicos aterrizan con naturalidad en la industria, no en la legislación.
 
¿Sirve para saber? La educación te hará libre, eso se pensaba, pero a la academia y académicos les cuesta aún aceptar que una vez más ganó Freud y que una nueva herida narcisista llegó con Kurt Gödel, la tierra no es el centro del universo, los humanos no somos muy distintos ni de los monos ni de cualquier otro organismo vivo, no somos dueños de nuestra mente y peor aún; no queremos aceptar que no sabemos nada, que todo conocimiento consistente que podamos llegar a tener, será incompleto y no lo digo yo. La educación entonces se va reduciendo, su espectro de influencia se reduce a veces sólo a la capacitación, a la certificación, a acreditar o al menos hacer que una persona pueda desempeñar un trabajo, pero hoy en día ni siquiera eso, el ser humano tiene la capacidad de aprender por sí mismo, de modo que muchos trabajos no requieren educación, pero la solicitan.
 
Comerás con el sudor de tu frente 
 
"Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás
 
 En tiempos de pandemia en donde se discute si el teletrabajo funciona o no, si la jornada debería ser de cuatro días o si debería existir un ingreso básico universal, surgen las criptomonedas, en donde hay complejos algoritmos que requieren una prueba de trabajoproof of work”, en realidad son máquinas haciendo cálculos complejos, pero ociosos, sin un fin determinado, no se trata de calcular dígitos de PI para algo en particular, no se trata de medir o calcular, simplemente de verificar y autenticar desafíos criptográficos. 
 
Una tarea de la que pueden surgir muchas dudas y debates, pero la educación es la misma mierda e incluso peor, ¿De que sirve que una máquina esté “minando” bitcoin?, pues para mover bits de una cartera digital a otra de forma “segura” e incorruptible. Solo los dioses saben si eso tiene sentido o no, pero como dije, la educación es peor. Los libros desde Gutenberg se fabrican de forma masiva, pero la educación a veces dicta el mismo contenido, no se trata de que el alumno lo entienda, se trata de tenerlo ocupado haciendo "algo", se trata de obtener esa prueba de trabajo, se trata de certificar que es un ciudadano dócil, un esclavo de un status quo. 
 
 
Para Thomas Ligotti y su venerable maestro Zapffe la existencia humana no tiene sentido alguno, la consciencia es una maldición y la vida es una máquina termodinámica, que hereda genes en la búsqueda de colonizar el universo entero para crear entropía, para acabarnos toda la energía existente y volver a la nada, a la destrucción y a la calma absoluta, nada favorece más ese tráfico destino que la educación, a la par en la que hace creer a los ingenuos estudiantes que le servirá de algo. (para más de esta visión recomiendo este blog.)
 
Se trata además de engañar, de hacer creer que educación y conocimiento son lo mismo ¡todo lo contrario!, el conocimiento parte de una experiencia, el aprendizaje no pide permiso a nadie, ocurre, pese a la educación, ocurre sin educación, ocurre sin ninguna herramienta o propósito educativo, pero la arrogancia de la academia, de la pedagogía o demás los lleva a proclamarse como los transmisores de la llama del conocimiento, llama que hay que alimentar con pleitesía y obediencia (valga la redundancia). Dice mi amigo Jesús Nacher: "Las plantas no piden permiso para hacer fotosíntesis"... y por el otro lado los reactores nucleares, centrales eólicas y fotovoltáicas con muchísimo esfuerzo "operan".
 
Esclavitud 
 Qué difícil es entender y ejercer la libertad, Bauman problematiza sobre la dificultad de ser un individuo, y ahí tenemos a la educación, algo que debería ayudarnos a emanciparnos, pero que en realidad nos esclaviza, nos norma, nos moldea, nos reconoce solamente cuando hemos pasado el “proof of work”, nos desacredita, sólo los letrados pueden opinar. Las revistas arbitradas son otro ejemplo del “proof of work”, las tesis, documentos inútiles llenos de datos, que se pueden refutar con otra tesis construida con los mismos datos, en sentido inverso, la ciencia se construye a modo, buscando los datos favorecedores, algunos ingenuos son honestos y lo que obtienen es que la verdad no es importante, lo importante es el trabajo de mierda, si son más listos podrán comercializarlo, explotarlo industrialmente, entonces habrá servido para algo, pero si lo dejan en el ámbito académico, será un producto más de un trabajo de mierda. 
 
Nada más esclavizante que la realidad, los medios de comunicación, las buenas costumbres y la educación, los paradigmas mentales que se crean de aquel que cree que el conocimiento empírico significa algo importante, porque entonces hay una verdad y por ende un camino, una realidad, la ciencia que en principio acepta la discrepancia y las dudas al final reduce todo el potencial del lenguaje, de la consciencia y de la existencia, pero sabemos que todo eso es mentira, que hay estados de superposición, que en esencia, la materia ni siquiera existe

Y es entonces cuando la psicología nos norma, cuando el conocimiento nos define bajo pautas, patologías, líneas base y sistemas de cuantificación, trabajos de mierda para intentar describir lo obvio: la diversidad, que hay quienes funcionan y quienes no y que sin embargo el sol sale al amanecer y cae al anochecer. Nadie educa a una planta a hacer fotosíntesis, ni la planta pide permiso para separar el hidrógeno del agua, tampoco da explicaciones, pero el humano es distinto, cree que el conocer un proceso le da control y autoridad sobre él y mientras una planta produce más oxígeno que él, el humano se siente satisfecho por estudiar sobre la planta, mientras que emite más CO2 del que puede capturar o neutralizar.
 
Libertad  
Deben regresar los oficios, liberarse del yugo de la academia, la academia obviamente odia los oficios, porque le hacen ver lo inútil que es la educación, nuevamente nos intentan engañar, diciendo que los gremios y oficios son educación, ¡es mentira!, el zapatero produce zapatos, no es un trabajo de mierda, los zapatos cubren los pies, los tratados sobre calzado solo sirven para envolver pescado y alegrar el ego de los idiotas. 
 
Cada acción del aprendiz de zapatero tiene un motivo, cada acto es arte, no es educación, ni siquiera necesita ser aprendizaje, es parte de la vida, de la necesidad, experiencia. Aprendizaje no es algo monopolizado ni exclusivo de los organismos humanos, pero la academia pretende apropiarse de ello, formando estructuras para controlarlo todo desde los discursos, los axiomas, las disciplinas.
 
Mientras que el ave, solo vuela. Libertad, como Foucault entendía es ejercerla, aprender sin pedir permiso, innovar sin proponérselo, reinventar sin establecer objetivos, hipótesis o métodos. Cómo molesta a la ciencia que se ponga en duda su método, sus leyes, sus reglas e incluso su discurso. Nada más retador para el mundo posmoderno que la autosuficiencia, que la agricultura de subsistencia, porque el humano contemporáneo está enfermo de modernidad, de soberbia. 
 
Porque aún hay ingenuos que creen que pueden ir más allá de la termodinámica y que el mundo podrá funcionar sin petróleo, o ingenuos que creen en viajes especiales a velocidades sublumínicas, ya no digamos tontos que creen en viajes lumínicos o super lumínicos, hay quienes esperan la fusión nuclear controlada en reactores, quienes creen que el LHC dará resultados o cosas parecidas. 
 
Sin duda nos quedan muchas maravillas tecnológicas por ver y muchas maravillas científicas por ver, disfrutar y compartir, sin embargo, la realidad nos está alcanzando y solo el decrecimiento nos podrá llevar a un puerto sostenible, a una forma de vivir vivible (valga la expresión), mientras tanto la educación se irá deteriorando cada vez más, mientras que muchos no podrán ni siquiera percibir que es un trabajo de mierda (en el sentido de Graeber) 

Eduardo Velásquez Díaz, 
junio de 2022.

sábado, 8 de enero de 2022

14 libros de 2021 (5 de ellos descargables) para explorar nuestro mapa del bienvivir

 “Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.” Emily Dickinson

“Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.” Proverbio árabe

“Creo que vale la pena leer porque los libros ocultan países maravillosos que ignoramos, contienen experiencias que no hemos vivido jamás. Uno es indudablemente más rico después de la lectura.” Adolfo Bioy Casares

En esta séptima entrega de los libros sobre el bienvivir  y su inseparable compañero, el malvivir, (libros de 2020  /  2019  / 2018  /  2017  /  2016  / 2015 ) haré una pequeña reseña sobre esos libros del 2021 publicados en español con los que me he cruzado.



Nos encontramos en el año II D.C. (Después del COVID) y existe un gran debate polarizado (salud o economía) sobre qué caminos debe tomar nuestra sociedad (local, nacional o planetaria). En principio, como en todas las polarizaciones, no existe exclusión entre ellas, siempre están paradójicamente relacionadas como un yin / yang (bienvivir & malvivir; vida & muerte…). El punto en común que encuentro entre las dos es la vida; sin salud la vida tiende más al malvivir y sin economía la vida es un malvivir (específicamente de la que menos se habla, como la economía ecológica, economía de los cuidados…)

Si en el año 2019 enmarqué los libros del bienvivir a través del pensamiento responsable – Explorador --, en el año 2020 a través de cómo nos orienta nuestro corazón – Brújula --,  en este tendremos a mano un “Mapa” para para explorar. Todas estas herramientas pueden sernos útiles en el viaje de la vida. Para ello utilizaré un rediseño más comunicativo del marco de los cuatro cuadrantes (Bienestar Responsable – Medio Ambiente – Derechos Globales – Ética Global) que elaboré en 2012 sobre Sostenibilidad & Bienestar. 2012 sobre Sostenibilidad & Bienestar.

I


Como se puede apreciar, la salud de la vida, de la especie, del grupo y del héroe o heroína (el viaje personal) están intrínsicamente relacionados con la economía y su famosa metáfora de la mano invisible. Adam Smith apenas la mencionó una vez en su libro más famoso “La riqueza de la Naciones” y otra vez en otro de sus libros, la “Teoría de los Sentimiento Morales” (libro que interesa muy poco a algunos economistas que toman sin contexto su mano invisible para utilizar el mercado como la única herramienta de convivencia). Para tener un contexto más amplio sobre la mano invisible sugiero otras tres manos; la mano visible del medio ambiente, la mano social (¿quién le daba de cenar a Adam Smith) y la mano valiosa (de los valores humanos que bien podría equivaler a su libro de la Teoría de los sentimientos morales). Esto da una mayor perspectiva relacional en ese mapa que alberga en sus cuatro territorios las cuatro necesidades vitales humanas propuestas por Mallmann: existir, convivir, desarrollarse y perfeccionarse (ser consciente). Por último, si nos vamos a esa utopía en transición o paradigma del bienvivir en construcción sugiero unos adjetivos más calificativos para esas cuatro manos. La mano personal es invisible pero responsable. La mano de la Naturaleza es visible y vital. La mano social de cualquier grupo (familia, local, nacional, global) es solidaria y la mano de los valores de nuestra especia humana es la que nos da consciencia. Por el contrario, un mapa opuesto, el distópico, que nos muestra no los territorios de la transición sino los de la descomposición, estaría compuesto por la mano irrelevante de como vemos a la Naturaleza, la mano egoísta de la sociedad, la mano irresponsable personal y la mano inconsciente de una especie que se autodestruye. Como veremos en la conclusión de este artículo explorar todos los territorios de ese mapa a través de nuestras experiencias o educación nos da la habilidad de entender un poco mejor las conexiones de la realidad y la vida. No olvidemos lo que nos decía George Box:

“… todos los modelos son aproximaciones. En esencia todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles.”

Retomando el consejo de Emily Dickinson, viajemos por los alejados territorios de ese mapa a través de estos libros y espero que le encontremos utilidad a nuestro mapa o modelo utópico para explorarlos.


Una trenza de hierba sagrada: Saber indígena, conocimiento científico y las enseñanzas de las plantas de Robin Wall Kimmerer


Empezamos explorando el mapa por su parte más vital, la que nos hace existir. El libro de Robin Wall encaja perfectamente y se expande por todos los demás territorios como luz que ilumina los demás caminos. Leerlo es una verdadera joya que no puede dejar a una persona indiferente. Es un libro para tener en la mesilla de noche y leer un capítulo cada día recreándose en sus bellas historias y experiencias circulares conectadas unas con otras. En ellas se encuentran dos tendencias cada vez más frecuente de gente occidental más concienciada que deja su hubris a un lado y saca su fortaleza de humildad. Por un lado, aceptando lo que nos puede enseñar la Naturaleza (biomimesis) y por otro lado reconociendo lo que nos pueden enseñar otros pueblos no tan desarrollados en moderna tecnología, pero si más conectados con la Naturaleza a través de una tecnología más humana y menos agresiva. El principio sagrado que mantienen es que no hay que morder la mano que te da de comer, la Naturaleza.

                

Ética para Celia: Contra la doble verdad de Ana de Miguel



Nos movemos ahora al territorio de la conciencia donde este libro ilumina ciertos caminos que pueden llevar a las personas a desarrollarse y convivir. Tomando la analogía del libro de Aristóteles “Ética para Nicómaco”, Ana de Miguel dirige este libro no sólo a las chicas sino a los chicos para que la nueva realidad de la otra mitad del mapa humano, las mujeres, excluidas a lo largo de la historia pueda emerger en esa nueva sociedad donde ya no exista el patriarcado. Como nos indicaba Mallmann hace más de 40 años, de los cinco problemas que encontraba para satisfacer las necesidades humanas vitales, uno era prácticamente universal, las relaciones autoritarias y discriminatorias hacia la mujer, y su resolución daría sinergias con las otras necesidades. Por ello creo que este libro dirigido hacia la resolución de ese problema es probablemente una de las primeras necesidades que debemos resolver para el bienvivir. Recomiendo a todos los padres y madres que lean este libro para después pasárselo a sus hijas y sobre todo sus hijos.