Llevo tiempo siguiendo tu blog, en
primer lugar decirte que agradezco de corazón tu labor de divulgación, de la
que hemos aprendido enormemente. Sin embargo, el otro día publicaste un
artículo con el que no estoy de acuerdo, y me parece necesario volver a
explicar las importantes divergencias. En realidad, aunque me voy a centrar en un sólo párrafo de un artículo tuyo, podrás comprobar a lo largo de este artículo que ejemplifica y funciona como epítome de los males de algunos discursos por la sostenibilidad que encuentran un techo de cristal muy bajito ¿Por qué la gente no entiende el peak-oil? Creo que por cosas como esta.
Dices en tu artículo, llamado “Respuesta
a la emergencia”
Hay que comenzar por entender una cosa.
El problema ambiental (en general, no solo el cambio climático) es grave y
reclama medidas urgentes, pero no es una emergencia. Lo que sí que es una
emergencia es hacerle frente al descenso energético que ya tenemos no delante
sino bajo nuestros pies. Lo que verdaderamente plantea una emergencia seria
para los próximos años es el anunciado declive de la producción
de petróleo, el peak oil, como
reconoce la propia Agencia Internacional de la Energía.
En primer lugar voy a dar un poco de
contexto a mi comentario sobre este párrafo de tu artículo, sin el cual sería
imposible entender mi discrepancia. Para ello me gustaría volver nueve años la
vista atrás, al primer artículo de tu blog, en el que reconoces:
Creo que en primer lugar debería hablar
un poco de mí (y así dar por terminado tan bochornoso trámite). Me llamo
Antonio Turiel, soy Científico Titular del CSIC en el Institut de Ciències del
Mar de Barcelona, en el Departamento de Oceanografía Física. Mi especialidad
(si es que tengo alguna) es el tratamiento de datos en teledetección para usos
oceanográficos.
Agradezco tu sinceridad y valoro mucho
tu formación como científico. Como simple ingeniero, sin doctorado ni artículo
alguno publicado en revistas académicas, reconozco que tu formación y experiencia
te da una ventaja inigualable a la hora de interpretar el caudal de información
que es necesario tratar, de una complejidad apabullante, para explicar la
hipótesis del Oil Crash que es el objeto de tu blog. Voy a aplicar este sustantivo de "hipótesis", con el respeto debido, puesto que se trata de una suposición hecha a partir de unos datos que sirve de base para iniciar una investigación o una argumentación. En tu blog se habla de estimaciones de recursos minerales,
energéticos (petróleo, gas, carbón, uranio), metálicos e industriales (cobalto, litio, tierras
raras, y muchos más) necesarios para determinadas tecnologías renovables y de
movilidad, de los límites físicos a las tecnologías de captación de energías
renovables, de la posible evolución tecnológica (fracking, vehículo eléctrico,
baterías, sistemas de captación renovable), de eficiencia energética, de
economía (paradoja de Jevons), de cambio climático y posiblemente de muchas
cosas más.
Convendrás conmigo en que no existe
nadie en el planeta capaz de dominar a nivel científico todas las disciplinas
implicadas, de hecho la base de la hipótesis del Oil Crash son los modelos y predicciones de geólogos (Hubbert,
Campbell, Laherrere…) que sí son grandes especialistas en su campo, a pesar de
lo cual han fallado sus previsiones. En particular Campbell y Laherrere
acertaron el cénit de petróleo crudo con siete años de antelación, pero han
fallado reiteradamente al estimar el cénit de lo que se conoce como “todos los
líquidos del petróleo”.
Señalo todo esto con el fin de llegar a
una conclusión en la que supongo coincidirás conmigo, lo que haces en The Oil Crash no es ciencia, sino
divulgación y activismo, basándote en los trabajos de algunos científicos, expertos, blogueros, etc. Sin duda tu formación científica, aunque sea en la
especialidad del tratamiento de datos de teledección, te da una perspectiva
privilegiada a la hora de interpretar y divulgar otros trabajos. Ello es cierto
y me parece un privilegio poder contar con un blog como el tuyo en castellano.
Ahora bien, teniendo todo esto en
consideración a mí me chirría la contundencia y seguridad con la que te
expresas sobre la no emergencia climática y la emergencia energética. Hay que
expresarse ante la sociedad dejando constancia de las enormes incertidumbres
que existen, tanto a nivel científico, como por la imposibilidad de un solo
divulgador de estar al día de todos los trabajos que se publican a nivel
académico en cada uno de los campos científicos que involucra la hipótesis del Oil Crash. La divulgación que se hace por las redes, es fruto de comunidades de expertos, los cuales realizan un esfuerzo encomiable, pero cuyo trabajo no está sometido a los controles de calidad que requiere el método científico. Seguro eres consciente de las
incertidumbres por las conversaciones con tu compañero Antonio García-Olivares,
que nos habló de ellas en un magnífico artículo titulado El
activismo ante las incertidumbres de los grandes riesgos del futuro.
Y teniendo en cuenta el sentido de
nuestra actividad (divulgación y activismo) y lo que es de justicia reconocer
ante la sociedad a la que nos dirigimos (las enormes incertidumbres implicadas)
podemos analizar lo que está sucediendo y la conveniencia de tu mensaje.
Está pasando que han emergido de forma imprevista por muchos dos movimientos sociales que son mencionados en tu artículo, Fridays for Future y Extinction Rebellion. Estos movimientos, con mucha fuerza a nivel europeo, centran su discurso en el problema del cambio climático, en
mi opinión con gran acierto. Simplemente hay que ver las tres exigencias
únicas del segundo de estos grupos, por el que dices sentir mayor aprecio (no
entiendo tus reticencias ante Fridays for
Future, espero que no tenga nada que ver con algunas teorías conspiranoicas
que se han extendido sobre Greta Thunberg, que
para algunos se ha convertido en un sostén del neoliberalismo, a pesar de su
retórica abiertamente antisistema). Estas son las tres medidas que reclama Extinction Rebellion, tal y como se
recoge en Wikipedia y como me explicaron en persona activistas de Zaragoza en
un reciente festival al que acudí a impartir un taller y aprender sobre
agroecología, entre otras cosas.
El
Gobierno debe contar la verdad sobre el desastre climático inminente, dar
marcha atrás en sus políticas incoherentes y trabajar junto a los medios para
una efectiva comunicación con la ciudadanía.
El Gobierno debe implementar medidas de
cumplimiento obligatorio para reducir las emisiones del carbono a 0 para el año
2025 y reducir los niveles de consumo.
La creación de una Asamblea Ciudadana
Nacional para supervisar los cambios necesarios y crear una democracia que
funcione.
Si como señalas, las medidas que hay que
implementar para hacer frente a los problemas climático y energético son
similares ¿qué sentido tiene poner de relieve que en realidad Extinction Rebellion se equivoca? A lo
único que puede conducir eso es a desmotivar a tus lectores de unirse a este
grupo, el cual está consiguiendo sumar a un gran número de ciudadanos a la
protesta, y el cual ha conseguido (por lo que yo sé de personas que han
colaborado con él en Reino Unido) evitar de momento que los medios
conservadores pongan al resto de la ciudadanía en su contra.
Soy de la opinión de que en cuestiones
sociales hay que operar por ensayo y error, y valoro mucho lo que ha conseguido
Extinction Rebellion, que es algo que
no habéis conseguido los grupos de activistas que
sostenéis la hipótesis del Oil Crash.
Su mensaje ha funcionado y el vuestro no, esto
es un hecho, no una opinión. La sociedad, con sus millones de personas, cada uno con su psique y sus creencias particulares, y sometidos a influencias diversas y contradictorias como los medios o las redes sociales, es algo tan complejo, que hasta grandes campañas políticas con muchos fondos y grandes académicos detrás son incapaces de llegar a ella y fracasan. Cuando tratamos con algo tan complejo y desconocido, la prueba (fundamentada) y el error son lo mejor que podemos hacer. Y Extinction Rebellion y Fridays for Future han conseguido articular un discurso que ha tenido mucha mayor repercusión que el que has intentado tú, eso debes reconocerlo y, como persona inteligente, tomar nota. Solo tendría sentido desacreditar el mensaje de estos dos grupos si se tuviese una certidumbre absoluta de que se equivocan, pero no es el caso,
porque no es posible tenerla.
Claro que las medidas que se están
tomando ante la “emergencia climática” son cosméticas, y estoy seguro que los
movimientos sociales en torno al clima son conscientes de que esas medidas no
podrán reducir las emisiones a cero para el año 2025, por eso no hay que temer.
Intuyo que también son conscientes de la posible falta de equidad de algunas
medidas, ya que piden que se abra un debate democrático que incluya a todos
para determinar cuáles son las medidas apropiadas.
Por último, dices que el problema
climático es urgente, pero no una emergencia. Me parecen juegos de palabras de
difícil justificación. El término que socialmente han conseguido imponer los
movimientos sociales es emergencia, pretender ahora enmendar esto parece un
juego cuya única consecuencia es la pérdida de energía. Sin embargo, creo que
estos movimientos son conscientes de que científicos muy reconocidos, como
Steffen y Rockström postulan que un calentamiento de 2ºC debido a las acciones
humanas podría llevar a un planeta entre 4-5ºC más cálido, dado que esto podría
desencadenar otros procesos (retroalimentaciones) del sistema terrestre. Es
difícil imaginar qué consecuencias puede tener esto cuando con sólo un grado de
incremento ya estamos teniendo enormes problemas en la producción de alimentos,
problemas
que según la FAO ya habían impactado en el periodo 2016-2018, pero que
según parece van
en aumento en 2019, con daños en las cosechas de EEUU, Argentina,
Australia, Italia, Francia, México, Corea del Norte y otros. Parece urgente, y parece una emergencia.
Todos
estamos de acuerdo en que el coche eléctrico es un gran error, y
posiblemente tenemos que ir articulando el decrecimiento de muchas otras
actividades, no solo la movilidad mediante automóviles. Sin embargo no es
adecuado defender esto aduciendo que no existe emergencia climática y poniendo
delante el posible problema que usted se dedica a analizar. Esto es mal
activismo y mala divulgación. Desde el cariño y el respeto que le profeso le
aseguro que no es agradable decir esto, pero alguien debe asumir esa
responsabilidad, incluso intuyendo las piedras que van a llover sobre mi
cabeza, porque decirlo es la única forma de que no se repita.
Queda mucho por hacer en la construcción
de culturas regenerativas, aunque ya hay un camino recorrido como puede
comprobarse en
este artículo (seguramente todo lo que hay en él no será útil, pero muchas
cosas sí), donde por cierto no veo contribución significativa de los peakoilers ¿donde está tu ayuda a los que están intentando un cambio hacia una cultura regenerativa? Ayudar a esclarecer todo lo
posible la incertidumbre sobre la abundancia o escasez de recursos minerales o
las incertidumbres tecnológicas y señalar soluciones pragmáticas en el camino
del decrecimiento me parece una labor mucho más útil a la que puedes contribuir que esta de pretender encauzar el discurso del activismo,
especialmente cuando trata de rectificar a colectivos que han tenido mucho más
éxito que tú y que el resto de divulgadores de la hipótesis del Crash Oil.
En las circunstancias presentes, necesitamos gran humildad, y un esfuerzo coordinado de los científicos de distintas disciplinas para resolver estos wicked problems que tenemos. Todo ese esfuerzo debe conectarse con lo que se está haciendo sobre el terreno a nivel de activismo práctico (podríamos hablar, de forma más técnica, de cumplir los criterios de credibilidad, legitimidad y prominencia, ello se explica con más detalle en el artículo de mi compañero Rugi Carles: El forzamiento de consensos científicos y la ciencia del siglo XXI)
Atentamente, Jesús Nácher Fdez.
Post-data: No te responsabilizo de las opiniones de la gente que te leen, no hay que tomar las imágenes que ilustran este artículo con esa literalidad. Pero sí veo una correspondencia muy clara entre la facilidad con la que esta persona desecha el cambio climático como problema, y la rotundidad y certidumbre con la que te expresas. A mí me ha resonado. Da que pensar.