Este es el blog de la asociación Autonomía y Bienvivir, no dejes de visitar nuestra página web, para conocer nuestro ideario: Visitar página web

lunes, 30 de noviembre de 2015

Alimentación y bienvivir: El azucar y la industria de la alimentación

Queridos lectores, le hemos pedido a Alejandro Moruno, nutricionista y autor del blog Con la comida no se juega, que nos detalle las principales iatrogenias nutricionales de las formas de producción y consumo de nuestra moderna sociedad industrial. Sin más preámbulo les dejo con él:
RECOMENDACIONES PARA COMER SANO Y SIN ENGAÑOS, EL AZÚCAR
No hay porque conocer los entresijos de la nutrición o la bioquímica de cada alimento o dieta para poder acceder a unos hábitos alimentarios saludables.
No obstante, si
 es necesaria mayor información para poder escoger con más libertad que productos consumir, sobre todo, teniendo en cuenta la enorme y engañosa ofensiva publicitaria e institucional de la Industria alimentaria y sus reclamos saludables, avales de sociedades médicas, famosos vendiendo salud o emociones, personajes infantiles, etc.
Por eso, voy a intentar realizar, de la forma más clara posible, unas recomendaciones generales, divididas por grupos de alimentos, e ir un poco más allá de la clásica recomendación general; "comer más productos de origen vegetal, mínimo 5 raciones diarias entre frutas y verduras, más productos frescos, y huir de los alimentos y bebidas procesadas, ricos en azúcares simples, aditivos, grasas de mala calidad y sal. Cereales y harinas más integrales y menos refinadas, más frutos secos, grasas de calidad y un consumo de pescado y carne no procesada moderado ".Esta típica recomendación no deja de ser muy cierta, pero las personas tendemos a seguir más un consejo si entendemos mínimamente el por qué y le vemos cierto sentido. Lo incorporamos así a nuestra lógica individual, pasando a ser algo en lo que creemos y no algo que nos ordenan desde arriba porque sí.
No hay dietas milagrosas, sino hábitos saludables cuando se  sabe escoger, ni tampoco alimentos que curen, sino hábiles campañas de marketing.
Y no, no hay que comer de todo, hay algunos productos que no son necesarios y no sólo no nos aportan calidad nutricional, sino que ocupan el lugar de alimentos que si lo harían.
Son también unas recomendaciones al margen de las preferencias individuales, culinarias, culturales, socio-económicas, etc. que son las que afianzan una adherencia a unos hábitos saludables. Para la personalización y adherencia a estos hábitos ya se debe acudir a un nutricionista titulado, que es el profesional con la capacidad suficiente para poder lograr mejor esa meta.
Y hablo de "
hábitos saludables", no de dietas, que, por definición, son hábitos pasajeros, a menudo muy restrictivos y acientíficos; sólo hasta lograr un objetivo concreto para después comer como siempre se ha hecho, a veces, con consecuencias muy negativas para la salud (efecto rebote en el peso, caída del metabolismo, malnutrición, etc).

Veamos ahora los distintos grupos de alimentos;

HARINAS, PASTAS, CEREALES, AZÚCARES
Empecemos por el polémico azúcar y similares, es decir los hidratos de carbono simples (moléculas más pequeñas).
Cuando hablo de "similares" me refiero a toda la batería de productos que se usan en la Industria alimentaria que también contienen azúcar común (sacarosa), y que aparecen en el etiquetado como la dextrosa, glucosa, jarabe o almidón de maíz o fécula, siropes, etc.
¿Y por qué este tipo de hidratos de carbono  es tan polémico?
Porque a diferencia de los hidratos de carbono complejos, o de lenta absorción, (almidones, sobretodo los procedentes de legumbres, vegetales o cereales integrales), producen unos efectos en nuestro organismo nada deseables;

-Aumentan significativamente el riesgo de
 caries, aunque la Industria azucarera lo intentara ocultar en el pasado, usando técnicas parecidas a las del lobby del tabaco.
-Un elevado consumo de azúcares está fuertemente asociado con la ganancia de peso, como en el caso de las bebidas azucaradas.
- Se relaciona, por tanto con la actual epidemia de obesidad, que conlleva enfermedades cardiovasculares o diabetes.
-Un gran consumo de estos azúcares implica también un riesgo aumentado de padecer diabetes tipo II y síndrome metabólico.
-Recientes estudios, lo relacionan también con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad, así como efectos en la presión arterial y los lípidos en sangre.
Como nos muestra este vídeo, las consecuencias de un consumo elevado de esta sustancia no son para tomárselo a broma;

Por otro lado, los cereales integrales, además de aportar más vitaminas y minerales que sus versiones refinadas, según un estudio reciente, también reducen la mortalidad , y el azúcar en sangre, previenen enfermedades intestinales y tienen un gran efecto saciante.Hay que ser cuidadosos y no abusar tampoco de los sustitutos artificiales, los edulcorantes ya que algunos parecen no ser inocuos y podrían estimular la ganancia de peso, por mecanismos neurológicos de recompensa a pesar de no tener calorías. 
También hay algunos estudios sobre el aspartamo, el famoso edulcorante artificial antes fabricado por Monsanto, que lo relacionan
 con mayor riesgo de padecer cáncer, incluso usando bajas dosis en ratas. La EFSA ha descartado estos resultados después de revisar los estudios.
Aunque se necesitarían más estudios para confirmar estos efectos, yo no recomendaría abusar mucho de ellos e hidratarse siempre mejor con agua del grifo.

Existe la alternativa del famoso extracto de
 Estevia, que parece no afectar al metabolismo de la insulina (ojo, eso no quiere decir que cure nada).
Se comercializa en un extracto que se obtiene por procedimientos artificiales (destilación, cristalización, etc.), es, por tanto, un producto purificado y concentrado artificialmente, pero su composición si se encuentra en la naturaleza y se usa hace mucho tiempo en Sudamérica, a diferencia del aspartame, por ejemplo, cuya composición es totalmente artificial.
Por tanto, no vale decir que todo lo que se supone natural es una estafa, aunque una gran parte lo sea, sobretodo los reclamos provenientes de la Industria alimentaria.
El problema, en el caso de la Estevia, es
 lo difícil que se hace conseguir un extracto decente, que no esté cargado de otros edulcorantes. Se puede obtener también en polvo para disolver en casa, que asegura mayor pureza.
No está autorizada la venta de las hojas sueltas por sus posibles efectos sobre la fertilidad y efectos anti-conceptivos.
La miel, que se incluye en estas recomendaciones de la OMS, es bastante más interesante que otros azúcares simples, pero sólo en su versión cruda, no la especie de “sirope” recalentado y filtrado que nos suelen vender como miel.
Tiene una respuesta glucémica moderada, por lo que puede ser usada por diabéticos, además de muchas otras características beneficiosas que puedes consultar en esta maravillosa
 revisión de revisiones.
El sirope de Agave, tan en boga, puede tener una composición que le otorgue un índice glucémico interesante o puede ser gran parte fructosa (la concentrada artificialmente no la que está en la fruta), cuyo abuso provoca hígado graso, favorece la diabetes o el aumento de triglicéridos y el colesterol "malo" LDL. Mirar el etiquetado.
¿Y qué es la respuesta o índice glucémico  (IG) que provocan los alimentos?
Es la forma en la que nuestro organismo responde ante la ingesta de cada alimento, elevando más o menos la glucosa en sangre, dependiendo del índice glucémico que tenga asociado, por lo que provoca una mayor o menor concentración sanguínea de insulina como respuesta.
La insulina "saca" la glucosa de la sangre y la introduce en nuestros tejidos para que se use como combustible energético, pero también favorece la producción y acumulación de grasas, nuestras reservas energéticas, pudiendo provocar ganancia de peso.
Y cuando nuestros tejidos ya no son sensibles a la acción de la insulina y no se produce ya suficiente, debido, entre otros factores, a malos hábitos alimentarios,
 como abusar de la enorme cantidad de azúcar presente en los refrescos o zumos comerciales, se llega a la diabetes, pudiendo aumentar peligrosamente la glucosa en sangre.
Estos malos hábitos, también van acompañados de sobrepeso, dislipemia (concentración alterada de grasas en sangre) e hipertensión, como señalaba previamente.
Ocurre que no todos los hidratos de carbono tienen la misma respuesta glucémica, siendo los azúcares simples, las harinas refinadas (pan blanco) y los cereales refinados (arroz blanco), alimentos con un IG alto y, sin embargo, sus equivalentes integrales (arroz salvaje o pan integral) lo son con un IG moderados.

Tampoco se puede tener en cuenta solamente este aspecto, ya que el IG resulta de la mezcla de los IG´s de todos los alimentos que ingerimos en ese momento y no es algo que dependa exclusivamente de la cantidad de azúcar en los alimentos, hay otros factores, como la cantidad de fibra, la estructura del alimento o la presencia de ácidos orgánicos, como el ácido láctico del yogur, por ejemplo.
Pero sobre todo, tengamos en cuenta que, una alimentación saludable, controla mejor nuestra respuesta glucémica.
Además, tener en cuenta únicamente el IG, de forma aislada, nos puede conducir a una indeseable exclusión de algunos alimentos y nos devuelve a la época de la
 dieta Montignac, sin grandes contraindicaciones, pero con listas de alimentos permitidos y otros que no, que tan poco me gustan (¿por qué eliminar la zanahoria, la calabaza o el maíz?).
Tabla orientativa con distintos índices glucémicos. Fuente; Taringa.net.


INDUSTRIA Y AZÚCAR
Hace poco se han revisado, por parte de la OMS, las recomendaciones sobre azúcar, para intentar disminuir su consumo.
Antes se recomendaba no exceder del 10% de la ingesta calórica total (unos
 50 gramos de azúcar al día para una ingesta tipo de 2.000 kcal.).
Ahora no sólo se recomienda estar por debajo de ese 10%, sino también
 una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total (unos 25gr., o sea unas 6 cucharadas de café) para obtener beneficios adicionales para la salud.
Actualmente,
 en España estamos entre un 16% o 17% de las calorías ingeridas, y teniendo en cuenta que una lata de refresco azucarada puede tener unos 40 gramos de azúcar, casi la cantidad máxima diaria, es realmente fácil que mucha gente se pase.
Pero el problema no es el uso habitual que le damos al azúcar, haciendo un pastel o con el café o té, sino la cantidad enorme de productos procesados que lo
 añaden en su composición, desde una salsa de tomate para suavizar su acidez, pasando por el abuso que se hace en los refrescos, hasta en un pan integral.
¿Qué es lo que lo hace tan interesante para la Industria Alimentaria?
-Mejora el sabor, la textura o mantiene el color de algunos alimentos.

-Mejora la conservación de los alimentos prolongando su vida útil.

-Da un "subidón" energético rápido, muy útil en algunas bebidas energéticas, con cafeína o dirigidas a deportistas.

No te creas, como los osos de este vídeo, los mensajes de felicidad a través del dulce que nos han vendido siempre;


Antecedentes del desastre

Es cierto que desde que se industrializó la producción de alimentos tenemos una súper abundancia de productos alimentarios (que no alimentos en todos los casos) en una parte del mundo nunca vista antes en la historia.
Pero también es cierto, que este modelo global de producción y comercialización alimentarias no han supuesto, en algunos casos, una mejora de la salud pública a la larga; mientras en las sociedades más desfavorecidas sufren hambre y desnutrición, en otras, bajo la cultura de la abundancia, se sufre una epidemia de obesidad y enfermedades relacionadas directamente con una mala alimentación.
Esta desigualdad alimentaria global tiene unas causas claras, tratadas más detalladamente en este
 post o en este otro, pero, ¿qué es lo que pasa con esa super-abundancia de alimentos baratos y artificialmente sabrosos? ¿por qué causan problemas?
Se producen alimentos  para satisfacer las necesidades de un mercado global, de la rentabilidad de unos accionistas, de la expansión corporativa y financiera, y no para satisfacer mejor las necesidades nutricionales de la población, ni mucho menos para cuidar al medio ambiente, con un modelo de  producción
 adicta al petróleo y a los alimentos kilométricos.

Partiendo de esta premisa, no es difícil comprender porque la Industria alimentaria se ha esforzado tanto en sacar al mercado unos productos cada vez más atractivos en su aspecto y sabor (propiedades organolépticas) para "enganchar" a nuestros paladares dese la infancia.
No hablo de adicciones, eso sería una valoración personal, ya que no hay estudios científicos que lo respalden, pero la influencia de la Industria alimentaria en nuestro entorno más cercano, y,  por tanto, en nuestros hábitos, es clara.
Desde pequeños han "adiestrado" a nuestros paladares para que demanden esos sabores artificiales, extremadamente dulces, salados o grasientos (o los tres a la vez).
Cuando esto se lleva al extremo y nos desvinculamos de los alimentos naturales y frescos, se crea la necesidad de satisfacer continuamente a ese paladar, criado a gusto de la Industria, y ya los alimentos o técnicas culinarias convencionales no nos saben a nada.
Llega a ser incluso una válvula de escape para muchos, una recompensa en medio de una rutina gris, una forma de encontrar placer a corto plazo con alimentos baratos y sabrosos en extremo, desplazando al pensamiento crítico, alejándonos de otros análisis de nuestra realidad donde se cuestionen las cosas que no funcionan. Se produce así un control social mediante la alimentación.

Se suele decir, y con razón, que el lobby alimentario es muy poderoso, al manejar
 en muy pocas manos prácticamente toda la producción y distribución mundial de alimentos, como se puede apreciar en la imagen;

Se suele decir también que estas corporaciones son tan poderosas que condicionan las políticas de salud pública, que hay puertas giratorias y conflictos de interés con los organismos reguladores oficiales y con la administración, como demuestra el magnífico informe de VSF-Justicia Alimentaria Global, que fue publicado en la prestigiosa revista BMJ (British Medical Journal).
Se ha denunciado que compran
 avales de sociedades médicas, que se adhieren a planes o premios Ministeriales que les lavan la imagen con dinero público y que manipulan estudios científicos .Y ocurre que incluso Margaret Chan, la valiente Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), denuncia públicamente que los grandes de la Industria alimentaria llegan a distorsionar las políticas de salud pública de los Estados, con frases verdaderamente contundentes como las que recoge El Nutricionista de la General en este post.

Vídeo sobre los conflictos de intereses de la EFSA (El organismo oficial regulador alimentario a nivel europeo) elaborado por
 CEO (Corporate Europe Observatory)

Pero, a pesar de ser todo esto cierto,  no hay excusa para nadie, no olvidemos que los gobernantes y los encargados de la salud pública se deben a la población y no al dinero de ningún lobby.
No olvidemos que, 
según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en los países desarrollados, tres cuartas partes de las muertes se deben a enfermedades directamente relacionadas con la alimentación.
En esa misma línea, se ha publicado recientemente, un 
estudio en la prestigiosa revista The Lancet, que confirma a la alimentación como principal causa de enfermedad y muerte, por encima de las provocadas por alcohol y tabaco.
En cuanto a obesidad y sobrepeso, los datos arrojados por el
 último informe de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para España no son buenos.Uno de cada seis adultos es obeso y más de uno de cada dos tiene sobrepeso (incluidos obesos).
Las tasas de sobrepeso infantil son altas también en España en comparación con otros miembros de la OCDE, y la obesidad infantil se sitúa en el 
18,3%, según datos del Ministerio de Sanidad.
Por lo que no hay disculpa posible ante esta situación, cuando no se ponen todas las medidas al alcance para atajarla.

¿Por qué se ha permitido esta situación? ¿Qué podemos hacer?Sencillamente porque los que tenían que poner las medidas adecuadas para evitarlo, básicamente legisladores, no lo han hecho, y siguen sin hacerlo, al menos de forma suficiente.
Es decir, desgraciadamente, quienes deberían velar por nuestra salud no siempre lo hacen
También porque han ocurrido cosas como
 esta;
"En la actualidad, la Organización Mundial de Investigación del Azúcar (WSRO), el lobby científico de la industria azucarera mundial -en el que se encuentran corporaciones como la Asociación Azucarera de EE UU y Coca-Cola, según recuerda el estudio-  sigue presionando para que las políticas sanitarias no perjudiquen a su negocio. En 2003, las empresas lograron que no se asumiesen como políticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomendación de un comité conjunto de esta organización y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de reducir los azúcares añadidos a un máximo del 10% de las calorías consumidas a diario. La WSRO defendió que, en lugar de tratar de reducir el azúcar en la dieta, las políticas de salud dental deberían centrarse en el uso regular de pasta de dientes con flúor.
Finalmente, la OMS no incluyó en sus guías un límite concreto y se conformó con el impreciso consejo de “limitar la ingesta de azúcares añadidos”.
Y porque hoy en día, siguen con el mismo plan, rechazando las nuevas recomendaciones sobre consumo de azúcar de la OMS, que nombraba previamente, con unos argumentos un tanto disparatados (SI hay evidencia científica para un "tratamiento de los azúcares libres de manera diferente que los azúcares intrínsecos, los que incluyen naturalmente frutas y verduras)"
La falta de voluntad política para frenar las "puertas giratorias" con la Industria azucarera provoca que legisladores o científicos pasen de la Administración pública a ser directivos en empresas de la "Big Food Industry", o a fundaciones cercanas a estas empresas y viceversa.
Muchas veces, no se legisla en favor de la salud pública, como está pasando ahora mismo en Inglaterra, donde
 el gobierno desoye las peticiones de su propio Servicio de Salud, sobre gravar con un 20% más de impuestos las bebidas azucaradas.
Habría que establecer, por tanto, garantías
de control y rendimiento de cuentas para todos los implicados en estos temas, sean políticos o científicos, sean sociedades nutricionales o médicas, mientras estén relacionadas con la administración pública.
También es urgente apostar por otro modelo de producción y distribución agropecuaria que no concentre tanto poder en tan pocas manos.

El
 "etiquetado semáforo" que funciona en Brasil o Inglaterra, y que rechazó en su día la Unión Europea, podría ser otra medida que ayudase a evitar un consumo excesivo de azúcar, aunque también es cierto que es claramente mejorable (los frutos secos no pueden ir de rojo).
Restringir la publicidad de alimentos procesados dirigidos a niños y advertir claramente, mediante la atención primaria y mediante campañas de educación y sensibilización públicas, los riesgos para la salud de algunos tipos de productos o hábitos concretos e identificables por la población.
Atenuar el
 entorno obesogénico actual, repleto de "tentaciones" y estímulos emocionales que venden placer y diversión rápidas por todos lados (trabajo, clase, supermercado, calle) encaminados demasiadas veces a un tipo de alimentación poco saludable.
No culpar sólo al individuo de su situación porque, a menudo, hay motivos socio-económicos o mala información que impiden elegir libremente su tipo de alimentación.
También controlar mejor los reclamos de salud o
 Health claims, en los alimentos, como se detalla en este post de Mi dieta Cojea.

Nosotros, mientras, podemos evitar hacer
 comidas entre horas, fuera de los momentos habituales dedicados a comer (picoteo), ya que suele hacerse con alimentos poco saludables. Y si tenemos que comer algo entre horas mientras trabajamos, por no poder dedicarle un descanso, que sean opciones saludables, como una manzana o unas almendras.
Intentar hacer varias comidas al día (no sólo dos y media; comida, cena y medio desayuno) para evitar los atracones, ya que también suelen implicar una alimentación poco cuidadosa.
Adoptar
 nuevas costumbres, en nuestra cotidianidad, que nos hagan más fácil conseguir adaptarnos a mejores hábitos alimentarios.
Por ejemplo, si por la mañana no te entran las galletas, tranquilo, puedes probar con otras cosas más saludables, como fruta, frutos secos o incluso un aguacate si te va bien.
Es más, no es imprescindible hacer un gran desayuno si no lo toleramos bien o nuestras necesidades energéticas no lo exigen.
Se trata de
 escoger bien los alimentos y los momentos en los que a nosotros nos vengan mejor, sin necesidad de ser los "convencionales".
Reservar más tiempo para
 cocinar, siempre que se pueda, y no verlo como una carga aburrida. Experimentar e innovar, tanto con productos, como con las recetas. Buscar productos y recetas que animen a cocinar.

A nivel del
consumidor, sería interesante no acudir al súper mercado con demasiadas prisas, es complicado, lo se, pero cuanto menos podamos identificar lo que metemos en el carro peor serán nuestras elecciones y mayor el precio final de la compra.
Tampoco
 ir a hacer la compra con hambre, ni con sueño es recomendable, para realizar elecciones más razonadas y menos viscerales.
Dentro de los productos procesados, en caso de comprar alguno, mirar bien los ingredientes, aparecen de mayor a menos cantidad.
Escoger los productos cuya lista de ingredientes sea más corta, en caso de no tener mucho tiempo, ya que existen menos posibilidades de tener azúcares o grasas "ocultas" entre su composición. No todos estos productos son iguales.

Si se tiene la posibilidad, hacer la compra en algún
grupo de consumo de los que está proliferando recientemente, suele ser una opción bastante interesante; son productos de calidad, con mayor variedad (en el súper mercado sólo nos venden un tipo de calabacín cuando en realidad hay muchos más), sin intermediarios, y más sostenible al potenciar la producción local y más respetuosa con el medio ambiente.

Cabe recordar que los problemas asociados a la mala alimentación
 no se solucionan fijándonos únicamente en un nutriente, es decir, controlando el azúcar o las grasas, sino escogiendo alimentos saludables y no los productos que pretenden sustituirlos. Si sólo restringimos azúcares simples pero no comemos mucha fruta y verdura, y si muchas harinas refinadas o fritos, estaremos en las mismas. Y lo mismo ocurriría si sólo controlamos grasas más insanas (no todas son iguales) pero nos hinchamos a dulces y harinas refinadas.
El exceso en el consumo de azúcar es sólo una parte, aunque tal vez la más importante, de un todo más amplio, que abarca el resto de nuestros hábitos alimentarios y físicos.
Por último, invito a ver este polémico pero interesante documental "Sobredosis de azúcar",  emitido en su día en La noche temática de La 2.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Ocupar tu lugar



Ocupar tu lugar no es tarea fácil, puede ser la tarea de una vida. Ocupar tu lugar empieza por entenderte, por comprender quién eres. Si has realizado correctamente esa labor comprenderás, entre otras muchas cosas, que eres un nexo de relaciones humanas, y si has ido más allá, que eres parte de una red de vida.

Comprender esto, que es evidente, no es tarea fácil, posiblemente será consecuencia de golpearnos repetidamente con la realidad. A lo largo de nuestra vida recibimos mucha información en sentido contrario. Somos individuos únicos, determinados por nuestra naturaleza y nuestros genes. Cada acto, cada pensamiento, cada sentimiento, surge de nuestro interior. Lo que recibimos, y lo que no recibimos, es consecuencia de nuestra virtud, de nuestro hacer, nuestro trabajo, nuestro talento, inscrito en nuestro interior por una divinidad ciega y arbitraria, lo cual no impide que nos enorgullezcamos de las bondades que derrama sobre nosotros, o que nos avergoncemos de las que no ha derramado. Incluso nos dirán: quién no posee virtud no merece ser amado.


La realidad no es tan simple. Hablamos el idioma en el que nos han educado nuestros padres,el de la comunidad en la que vivimos. Nos alzamos sobre hombros de gigantes al recibir todo el saber del pasado cuando nos educan y disciplinan en nuestras escuelas estilo prusiano. Cuando dejamos la escuela nos convertimos en ruedas de un gran engranaje, cuyo sentido no llegamos a comprender. Como piezas de un engranaje podemos ser sustituibles, pero ello no quiere decir que nuestra función pueda ser eliminada, cada engranaje es imprescindible para que la máquina siga girando.

Sin embargo, no somos insignificantes, todo lo contrario. Como parte de una red influimos en el resto de nodos con los que estamos conectados. Lo que hacemos, lo que decimos, influye en las personas que de uno u otro modo están conectadas a nosotros. Pero la red no es simétrica, los nodos no son equivalentes, la influencia de unos sobre otros no es siempre recíproca, la mayor parte de las veces es unidireccional, de arriba hacia abajo. El concepto de industria cultural nos ilustra al respecto.


Ocupar tu lugar es entender con qué gente estás a gusto, qué actividades te gusta realizar, qué deseas aportar al resto, qué trabajo deseas desempeñar para sentirte útil. Estos objetivos son difíciles de alcanzar cuando todo lo que te rodea está desnortado. Un nexo de relaciones humanas es inevitablemente dependiente de sus relaciones con otros nodos. Sí, los psicólogos inciden en buscar la felicidad prescindiendo de aquello que no podemos controlar. Es un buen sistema de adaptación a un mundo enfermo, un par de martillazos aquí y acullá y un engranaje rebelde puede entrar en algunos de los huecos destinados para él, pero reconozcámoslo, no podemos ser felices sin los demás, y en general dentro de una sociedad fuera de lugar.

Porque está fuera de lugar ¿no? Para saberlo, quizás deberíamos preguntarnos ¿quién es el ser humano? Una respuesta sencilla, sin demasiado refinamiento, pero útil a nuestro propósito, y ciertamente ajustada en los rasgos que traza, nos la da Ronald Wright en Breve historia del progreso

Pese a muchos detalles pendientes todavía de averiguación acerca de nuestros ancestros, el siglo XX dejó bastante resueltas las dos primeras preguntas de Gaugain (¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?).No queda margen para la duda racional en cuanto a que somos simios. Y cualquiera que haya sido el recorrido exacto en el transcurso del tiempo, en fin de cuentas somos oriundos de África. Pero a diferencia de otros simios, hemos manipulado y seguimos manipulando más que nunca nuestro destino. Hace tiempo que dejó de existir, si es que existió alguna vez, ese individuo silvestre, el Buen Salvaje que propuso la Ilustración y que buscaba Gaugain: el Hombre Natural. Como esos neardentales artríticos que precisaban de los cuidados de sus familias, nosotros tampoco podemos vivir sin nuestras culturas. Hemos encontrado el autor de la “obra maestra” que decía Hamlet... y somos nosotros mismos.

Somos monos, un simio, pero un mono especial, ingenioso, tremendamente ingenioso, pero no sabio. En nuestro pasado ancestral, ese 95% de nuestro tiempo como especie que pasamos incivilizadamente, nuestro cerebro se adaptó para responder a las amenazas inmediatas, despreciando el largo plazo, en el que ciertamente “todos estaremos muertos”.Con la llegada del experimento civilizatorio, apenas un suspiro en nuestra breve historia como especie, nuestro pensamiento pasó a ser cada vez más complejo, abstracto y simbólico, hasta olvidarnos de lo que somos.


La visión antropocéntrica, que comenzó en el renacimiento, en los albores de la modernidad, invirtió el orden correcto de las esferas, u ocultó sus consecuencias. No dejaba de ser una visión interesada, ya que las fuerzas que hacían del hombre el amo de su destino y centro de la creación, se repartían de forma tremendamente desigual. En palabras de Zygmunt Bauman:

Pico della Mirandola puso por escrito el texto de un discurso que ni Dios, el orador, ni Adán, al que iba dirigido, se tomaron la molestia de registrar. Más o menos era como sigue: <<El resto de las criaturas tienen una naturaleza definida que Yo he prescrito para ellas. Tú puedes determinar tus propios límites conforme a tu voluntad […]. Como un artífice libre y soberano, puedes configurar tu propia forma a partir de tu propia sustancia>>. El mensaje de ese discurso no registrado era una noticia en extremo estimulante para los hombres de sustancia, aunque no lo era tanto para el resto, que no tenía suficiente sustancia para <<configurar su propia forma>> libremente y <<conforme a su voluntad>>. El año era el de 1486; el lugar una Italia que enviaba sus barcos a los rincones más alejados del mundo para que los armadores, sus cortesanos y pasajeros (aunque no los marineros ni los estibadores) pudieran enriquecerse de año en año y sentirse a sus anchas en él.

El núcleo, lo que esconde esta visión antropocéntrica es el dominio, dominio sobre la naturaleza y sobre otros hombres. En palabra del papa Francisco:

Pero no podemos ignorar que la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor dicho, dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero.

Las consecuencias de este andar desnortado saltan a la vista, las más graves la destrucción ecológica, que nos conduce a un colapso cercano pero todavía evitable, pero también el uso y abuso de todo tipo de sustancias que nos ayuden a escapar de la realidad, la tristeza y la depresión, el suicidio o las iatrogenias de una alimentación que sirve más a los comerciantes que a nuestra buena salud.

Es hora de ocupar nuestro lugar, integrándonos en una red de vida siendo conscientes del papel especial que nos da nuestra inteligencia, porque, sin nosotros ¿quién daría fe de la belleza del mundo? Sólo podemos hacerlo juntos. Hay un lugar al que pertenecemos y debemos recuperarlo. Ánimo.

lunes, 16 de noviembre de 2015

La Renta Básica en el mundo

Ya hemos tratado en este blog desde un punto de vista teórico la propuesta de adoptar una Renta Básica, (una cantidad que recibiría incondicionalmente cada persona con independencia de si trabaja o no). Lo planteábamos como una forma de garantizar una inclusión básica universal que nos aporte autonomía para decidir nuestro futuro libremente. Veíamos cómo esta forma de redistribución continua de una parte de la riqueza facilitaría, entre otras cosas, organizar desde abajo una redistribución paralela del tiempo de trabajo (laboral y no  laboral), y haría posible relegar la obsesión por el insostenible crecimiento económico. En esta entrada vamos a hacernos eco brevemente de algunas referencias actuales y de casos prácticos en torno a esta propuesta.

UBIE

En Finlandia la seguridad social del país está diseñando una Renta Básica -en adelante RB- de 800€ que se detallará en 2016. Tras su completa implantación cada ciudadano cobrará esta cantidad por el mero hecho de serlo. El proyecto se plantea de forma experimental y empezará con una selección de personas diversa y representativa de la sociedad finesa. Cabe destacar que en este caso es iniciativa de un gobierno de centro derecha con el apoyo de la oposición, (verdes, izquierda y liberales), y que cuenta con el respaldo del 80% de la población.

En 2016 tendrá lugar en Suiza un referéndum sobre una propuesta de RB de 2.500€. Al igual que hizo el gobierno el año pasado, el parlamento ha rechazado la propuesta con declaraciones contundentes que denotan el miedo de los políticos actuales a la misma, ciertamente ambiciosa en este caso. Pero el referéndum tendrá lugar de todas formas al haber superado de largo las cienmil firmas necesarias para que deba realizarse. Según una encuesta reciente la medida contaría con el apoyo del 49% de la población frente al 40% que se opone. Un 8% dice que dependería de la cantidad.

También es posible aplicar esta medida desde la política local (e incluso hay partidarios de que así se haga). Conocimos en agosto que en Holanda unos 40 municipios están proyectando experimentar con la Renta Básica y con modelos aproximados. En estos proyectos participan miembros de todos los partidos políticos de Holanda. Utrecht, por ejemplo, tiene ya definido un plan experimental que durará un año con el que busca “simplificar las normas y los requisitos actuales en materia de bienestar”. Ahora el gobierno holandés ha convocado a los representantes de los cuatro municipios que tienen más desarrollado sus proyectos (Tilburg, Utrecht, Wageningen y Groningen) para facilitar la aprobación de los mismos unificando criterios.

A lo largo de Europa van surgiendo cada vez más voces que piden instaurar un RB o estudiar la posibilidad de hacerlo. Por ejemplo, el principal partido de la oposición en Irlanda ha propuesto crear una comisión que estudie esta propuesta. En Portugal varios candidatos de la oposición plantean su aplicación. En el Reino Unido la propone el Partido Verde, y Richard Murphy, el consejero de economía de Jeremmy Corbyn, (actual líder de la oposición al frente del Partido Laborista desde septiembre), es un firme partidario de la misma. En Francia el 60% de la población se muestra partidaria de introducir una RB, y la encuesta refleja que el apoyo a esta medida procede de todas las tendencias políticas. Philippe van Parijs dijo en 1996 sobre la RB que se trata de “un componente central de lo que urgentemente se precisa para salvar el ‘modelo europeo’ avanzando un paso más”. 
 
A tenor de lo que ha terminado siendo la UE, es posible que el ‘modelo europeo’ ya se haya echado a perder como temía van Parijs. Pero la idea puede aplicarse en otros ámbitos y quizá su práctica acabe extendiéndola.

El ejemplo más conocido de experimentación con una Renta Básica es el que se llevó a cabo en la localidad canadiense de Dauphin, en Manitoba. Entre 1974 y 1979 se dio un ingreso garantizado a cada familia con bajos ingresos, (“mincome”). Quienes trabajaban seguían cobrándolo aunque en menor cuantía. Tras investigar los datos, en 2011 la socióloga Evelyn Forget publicó un informe en el que destacaban algunos efectos beneficiosos además de la eliminación de la pobreza. Durante el tiempo de aplicación se apreció un claro descenso en los niveles de violencia doméstica, accidentes y hospitalizaciones psiquiátricas, (por comparación al grupo de control), con el consiguiente ahorro presupuestario.

Este efecto era superior al que cabía esperar de la aplicación del programa a sólo un tercio de la población, por lo que la autora deduce cierta influencia positiva de este grupo sobre su entorno social. Además se constató que los beneficiarios no perdían la motivación para buscar trabajo salvo en el caso de los adolescentes, que prolongaban sus estudios, y en el de las madres de niños pequeños que, es de suponer, recibieron un mejor cuidado. Teniendo en cuenta entre otras cosas este resultado, el Partido Liberal canadiense, reciente ganador de las elecciones con un moderado giro a la izquierda, se propone desarrollar un programa piloto para garantizar una RB a nivel federal, también apoyada por el Partido Verde.

Pero la experiencia más próxima a una RB con larga trayectoria y plena aplicación, aunque limitada a una cantidad menor y variable, podemos encontrarla en Alaska. Una clausula de su constitución establece que una parte de las ganancias obtenidas con la explotación su petróleo debe nutrir un fondo de inversión estatal que revierta tanto en la población actual como en las futuras generaciones. Ya su primera constitución reconocía en 1959 la propiedad conjunta de la tierra desocupada y de los recursos naturales. Con los rendimientos de este fondo se reparte un dividendo social entre todos los residentes en Alaska, (que este año ascenderá a 2.072 $ por persona, no por familia).

Siguiendo un esquema parecido, según el cual se distribuyen colectivamente los ingresos de una explotación comercial común, en 1996 la comunidad Cherokee de Carolina del Norte decidió distribuir la mitad de los beneficios de un nuevo casino, (en concesión exclusiva del gobierno), dando a cada uno de sus 8.000 miembros una cantidad fija anual que en 2001 ascendía a 6.000$ y en 2006 a 9000$. La pobreza cayó a la mitad, descendieron los problemas psiquiátricos de los niños anteriormente pobres, disminuyó el crimen entre los jóvenes y aumentaron las graduaciones. Los que eran muy pequeños cuando su familia empezó a recibir el ingreso, al crecer tenían menos problemas psiquiátricos y de drogadicción que el resto de población (cherokee o no) gracias a la mejora en la crianza.

Otras experiencias equiparables a la RB también pueden arrojar alguna luz sobre los efectos que tendría esta medida. Por ejemplo en Bélgica se llevó a cabo un estudio sobre los ganadores de una renta vitalicia de 1000€. Entre los agraciados muy pocos cambiaron su comportamiento laboral, y los que lo hicieron optaron por trabajar menos, no por dejar de trabajar. La mayoría valoró la seguridad, la ampliación de posibilidades y la capacidad para planificar mejor su futuro que les aportó esta renta.

El alcalde de Seongnam, ciudad de Corea del Sur, anunció el mes pasado que implementará un Dividendo Juvenil que daría 200$ a cada residente de entre 19 y 24 años con independencia de si trabaja o no, y propone que se haga lo mismo a nivel nacional en lugar de bajar los impuestos a las corporaciones. A pesar de ser una cantidad menor, este ingreso apunta a la lógica de la RB por su carácter incondicional. Se entregará en forma de moneda electrónica que sólo pueda utilizarse en la ciudad con el objetivo de estimular la economía local. Además de mejorar el bienestar de los jóvenes se espera que ayude a incrementar su cualificación.

http://www.basicincome.org/
Pero sería un error de principio pensar que la RB es algo así como un nuevo avance sólo adecuado para países opulentos. En realidad se trata de otra forma de distribuir los recursos sean estos cuantos sean.

El nuevo Ministro de Bienestar Social y Erradicación de la Pobreza de Namibia, defensor de la RB, ha anunciado que la posibilidad de introducir este derecho en todo el país será abordada en una próxima conferencia nacional y posteriormente en el consejo de ministros. Allí existe existe un precedente exitoso. Durante dos años (2008 y 2009) se llevó a cabo un experimento con la introducción de una RB en la pequeña localidad de Otjivero-Omitara. Cada habitante recibió 100 dólares namibios. El primer año la pobreza de los hogares cayó del 76% al 37%, y llegó al 16% en aquellos que no tuvieron que ayudar a personas de otras poblaciones. La malnutrición infantil había bajado del 42% al 10% hacia el final del programa. El abandono escolar, anteriormente del 40%, quedó prácticamente eliminado. Los delitos cayeron un 42%. Se redujo la deuda de las familias y aumentó el ahorro y la inversión en pequeña ganadería. Mejoraron los cuidados sanitarios y se redujo la dependencia de las mujeres respecto a los hombres. Estas además ganaron control sobre su sexualidad pudiendo hacer frente a la presión para prostituirse.

En contra de quienes creen que una RB conduciría a la pasividad de las personas, la introducción del programa llevó a que el número de personas involucradas en actividades económicas pasara del 44% al 55%, aumentando con ello sus ingresos. Se crearon pequeñas empresas, (fabricación de ladrillos, panaderías y vestimenta), y esto contribuyó a la creación de un mercado local.

Resultados similares se han obtenido en otras experiencias en las que se sustituyen las paternalistas y equívocas ayudas condicionadas por ingresos garantizados incondicionales. Es el caso del proyecto llevado a cabo en India por Unicef [1] [2]. 6000 personas recibieron este tipo de renta mensual -las madres recibían también la de los niños-. Además de las mejoras de capacitación mencionadas en el caso de Namibia, se constató una mayor autonomía para las personas con algún tipo de discapacidad o discriminadas por el sistema de castas. Esto se debe a que la RB se adjudica individualmente. En este caso la RB también dio como resultado una mayor actividad económica de base, y ante los contratiempos, algunas familias pudieron librarse de la trampa de la deuda y sus intereses abusivos.

Como dice Guy Standing, “el valor primordial de una RB sería su efecto emancipatorio. Si el desarrollo tiene algo que ver con la libertad, hay que desafiar a los escépticos a mostrar un modo mejor de expandirla. Nadie debe afirmar que sería una panacea. Los servicios sociales públicos, las políticas de infraestructura, etc., son de vital importancia. Pero una RB debe ser parte de un paquete de reformas. La ayuda al desarrollo debe echar una mano.”

Otro estudio llevado a cabo en Uganda durante un año muestra que las personas que reciben este tipo de asistencia invierten en su desarrollo personal y acaban logrando mejores posiciones, aumentando las horas trabajadas y obteniendo más ganancias que aquellos que no tenían esta red de seguridad. Esta mejora comparativa se prolongó durante años después de acabado el experimento, lo que sugiere un efecto perdurable.

Al final del informe citado se dice que “los programas de subvención en efectivo se están volviendo cada vez más frecuentes. (..) Hay una fuerte evidencia de que “las transferencias de efectivo llevan a los receptores a gastar más en sus necesidades básicas (como comida) y pueden dar lugar a que los beneficiarios hagan inversiones con rendimientos muy altos, sin evidencia de un gran aumento en el gasto en artículos como el alcohol o el tabaco.” (GiveWell, 2012). El resultado de este informe sugiere un cambio de perspectiva que, si resulta generalizable, podría y debería provocar una de las más importantes transformaciones de la mitigación de la pobreza llevada a cabo tanto por los estados como por la ayuda exterior.”

Como se explica en este artículo, se han obtenido resultados similares en otros experimentos llevados a cabo en Kenya, Liberia, Mexico, y Sudáfrica, a los que podríamos añadir Malawi, Ghana o Etiopía: “Esto no quiere decir que las transferencias en efectivo sean una varita mágica, pero una y otra vez, transforman las vidas.”


En la medida en que la RB supone una reducción de la desigualdad, es lógico pensar que disminuyan los estudiados efectos perniciosos de la misma. Pero con independencia de estas virtudes, la RB nos dotaría de un derecho fundamental: el derecho a existir una vez nacidos. El planeta no tiene nuevas fronteras explotables a las que expulsar a quienes van perdiendo en el obligatorio juego del mercado siendo excluidos del mismo. Prácticamente todo está ya tomado por unos derechos de propiedad que no sólo no llegan a todos sino que se van concentrando en muy pocas manos. Y cada vez más personas van cayendo en la cuenta de que el futuro pasa por desvincular del empleo al menos una parte de los ingresos, como recientemente han expresado el economista Joseph Stiglitz, el físico Stephen Hawkin o la activista Naomi Klein.

Hoy en día la creciente escasez de empleo se cruza con la idolatría del trabajo y la desconfianza social hacia quien no sufra una dura entrega laboral para subsistir. Esta desconfianza juega contra la instauración de un ingreso garantizado, pero en realidad, como el ingreso no se perdería al obtener un salario, cualquier oportunidad de trabajar será aprovechada. En nuestra cultura a cualquiera le resultará difícil encontrar a alguien que no quiera más dinero y poder aumentar su consumo. Más bien al contrario, esta ambición incesante en los países ya desarrollados da forma a uno de los mayores problemas de nuestro tiempo: un alarmante deterioro ecológico. En consecuencia, necesitamos dejar de ver como un problema la conformidad con lo básico, y en lugar de ello empezar a instaurar límites al crecimiento económico y especialmente a determinadas formas de producción sin que ello suponga una mayor exclusión social. Cualquier solución social, inclusiva, (no para grupos minoritarios), pasa necesariamente por instaurar una RB junto al reparto del empleo, y junto a un cambio cultural hacia aspiraciones más saludables.

http://rbclapeordelasoluciones.blogspot.com.es/2015/08/un.html

Recientemente se ha publicado un nuevo libro de Cive Pérez con el que culmina largos años de estudio en el Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid. A partir del resumen de los principales problemas actuales a los que daría respuesta la RB, realiza un recorrido histórico hasta el presente sobre los precedentes y fundamentos de esta propuesta, incluyendo la controversia actual sobre la misma. Cabe agradecer la buena escritura del autor y la fácil comprensión. Selecciono para este blog algunas frases del epígrafe dedicado a la sostenibilidad.

“Bajo la óptica de una economía centrada en exclusiva en el mercado, aunque todo tiene un precio nada tiene un valor. Esto resulta catastrófico para los recursos naturales, pues el valor medioambiental de las masas forestales, por ejemplo, es superior al precio que alcanza la madera vendida.” (...)

“Es urgente, por tanto, que un nuevo paradigma, el de la sostenibilidad ambiental, moral y material, sea el rector del comportamiento humano. El economicismo ya no puede seguir siendo la única fuente normativa de nuestras vidas, pues los problemas humanos son mucho más complejos.” (...)

“Un ingreso garantizado podría ser, por tanto, una forma justa de remunerar a quienes se abstuvieran de causar mayores perjuicios medioambientales.

Y tras desarrollar algunos ejemplos y propuestas, continúa:

“Los detractores de la RBC no deben preocuparse de la posibilidad de que algunas personas decidieran imitar a Thoreau y se conformaran con hacer de la renta mínima su única fuente de ingresos. (...) Quienes por voluntad propia aceptasen vivir con tan reducido poder adquisitivo tendrían por fuerza que llevar un modo de existencia que, al menos desde la perspectiva medioambiental, sería mucho más virtuoso que la del común de los consumidores.”

A título anecdótico -nos recuerda Cive en otro apartado de su libro- en los pueblos de la tierra pinariega de Burgos y Soria existen formas de reparto del rendimiento regidas por un criterio similar al de Alaska: los pinos de privilegio. Todos los años se acuerda la corta de un determinado número de árboles que se agrupan en tantos lotes como vecinos con derecho a disfrute hay en cada pueblo”. Gracias a la gestión comunal, estos pinares han logrado eludir la tragedia del mercado y después de siglos de explotación sostenible siguen dando sus frutos hoy día.

En España la propuesta de Renta Básica gana tanto eco y apoyo social como decepciones políticas, quizá revelando el carácter timorato de nuestros representantes, incluidos los flamantes nuevos líderes de la izquierda, o un tactismo fallido (a tenor de la pérdida de apoyo desde las elecciones europeas). O quizá revelando, como en el caso de los principales sindicatos, la dificultad de la izquierda para salir de una visión centrada en el empleo. Estos también han descartado la adopción de un mínimo económico vital entendido como derecho, a pesar de la desbordante y creciente desisgualdad que padecemos. En su lugar se suman a los partidarios de subsidios cicateros, y confían en lo que verdaderamente es irrealizable: controlar el crecimiento, prolongarlo indefinidamente y lograr el pleno empleo.

Pero el sueño de volver a reactivar el empleo por medio de un nuevo crecimiento promovido desde el estado, como si dispusiéramos de los recursos naturales y de la tecnología (intensiva en mano de obra) de los años 50, nos mete de nuevo en la misma glorificación del productivismo, en el mismo juego reaccionario que ha configurado la pesadilla actual. Y lo que ahora necesitamos no es volver a jugar la partida perdida sino cambiar el tablero. La necesidad de organizar una sociedad que pueda ponerse límites o decrecer sin un gran impacto social requiere que la redistribución de la riqueza (y del trabajo) no esté condicionada al crecimiento económico. La nueva redistribución tendrá que acordarse ex-ante, como un flujo establecido permanentemente en un sistema dinámico que siempre priorice una proporción para la base sea cual sea el volumen de producción. Si lo prevemos, el actual encontronazo con los límites planetarios no tiene por qué ser dramático.




En mi modesta opinión, tiene todo el sentido que desde la ecología política se reivindique una redistribución de la riqueza de mayor calado que la propuesta por la izquierda alternativa en sus programas electorales, y sobre todo que esa redistribución se dé al margen de la variable empleo. La finalidad sería no sólo eliminar de una vez la pobreza sino también evitar el miedo a la misma que lleva a la mayoría de la población a apoyar políticas de crecimiento económico. También hay motivos culturales para este apoyo al crecimiento pero qué duda cabe que la ausencia de una tranquilidad económica para lo básico dificulta mucho el cambio cultural necesario.

En realidad un ingreso garantizado sería una forma de reactivar la economía básica sólo entre aquellos que tienen verdaderas necesidades (como hemos visto en el experimento de Namibia entre otros), recuperando recursos de la economía especulativa, rentista, endeudadora y acaparadora que domina el presente; recuperando, en definitiva, una parte del poder político usurpado por las élítes económicas no elegidas y causantes de la pobreza. Redistribuir este poder mediante una seguridad económica básica serviría para reducir la obsesión productivista y consumista del resto, que podría optar por una mayor dedicación al estudio, a los cuidados, al voluntariado, a la deliberación política y a todo tipo de legítimas pasiones personales.

El amparo de todos entre todos no es por sí mismo un cambio de sociedad completo pero es una condición necesaria para poder decidir con autonomía el futuro que queremos perseguir, sea cual sea la utopía de cada cual y el ritmo de avance hacia la misma que prefiera. No podemos decir que disponemos de libertad si condicionamos esta a un improbable éxito económico en lugar de ser una condición de partida.

Para terminar enlazo este reciente programa del Colectivo Burbuja en el que se abordan propuestas como la RB y el trabajo garantizado (que en mi opinión no tienen por qué verse como propuestas incompatibles siempre y cuando se esté dispuesto a asumir un grado de redistribución a mayor escala en la medida en que se quiera ofrecer empleo público como una opción para ganar algo más que la RB).



Actualización:

Incorporo otro programa del Colectivo Burbuja, en este caso en la cabecera Ampliando el debate, en el que trato de extraer algunas conclusiones a partir de estos datos junto a Juan Gimeno y Jesús Nácher:




Otros artículos: