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lunes, 19 de febrero de 2018

Interludio para la situación española.

Breve interludio en la serie de artículos "La teoría económica como caballo de Troya", para hacer más comprensible a posteriori la situación española.

La parte 1, Génesis, y la parte 2, Mercantilismo, se pueden encontrar pinchando en los nombres.

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La solución se llama euro y más Unión Europea.

Pronunciaba Montoro en junio de 2012, con la prima de riesgo batiendo un nuevo record a causa del rechazo del BCE a financiar al Estado español.


A los que reclaman "menos Europa", les debemos contestar con un rotundo "más Europa".
Declaraba el presidente y director de "Cambio16", en el día de Europa, sólo semanas antes de la salida de Reino Unido de la Unión.


Ciertamente, existe entre los españoles una concepción de Europa como algo sublime que exige por su parte una ovación constante, pues a ellos les es ajeno. Incluso en los momentos en que el malestar de España está ligado estrechamente con las relaciones que mantiene con los países europeos, esa glorificación a Europa sigue fogosa, lo que hace cuestionarse si los españoles padecen de síndrome de Estocolmo respecto a Europa.








“España defendida y los tiempos de ahora, de las calumnias de los noveleros y sediciosos” da título a la obra que Quevedo escribirá "cansado de uer el zufrimiento despaña, con que a dejado pasar sin castigo tantas calumnias destranjeros, quiza despreziandolas jenerosamente, i viendo que, desvergonzados nuestros enemigos, lo que perdonamos modestos, juzgan que lo conzedemos convenzidos i mudos, me e atreuido a responder por mi patria i por mis tiempos[1]".


La expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo hacia los territorios de lo que hoy es Italia haría reaccionar a la oligarquía local con una exaltación hacia lo grecolatino y un desprecio por lo hispano, “marranos[2]”, “Filz de Marran et de Marrane[3]”, gente sin linaje romano y falsos cristianos. Emerge así del humanismo italiano una hispanofobia ante el Imperio español debida a la difícil asunción de sumisión de un pueblo que se consideraba heredero directo del Imperio romano.

Habiendo muchos italianos a favor de los españoles[4], se trató más bien de una relación de amor y odio dentro de la clase pudiente italiana, la cual iba en vaivén dependiendo de la situación con los protestantes o los turcos, a quienes consideraban su verdadera amenaza. Aparecen en la región itálica los primeros vestigios de hispanofobia[5], un fenómeno propagandístico que posteriormente englobaría junto a lo hispano lo católico durante las guerras de religión en las zonas protestantes de Alemania, Inglaterra o los Países Bajos y que acabará siendo conocido como leyenda negra[i].


En palabras de Julián Juderías:

Por leyenda negra entendemos el ambiente creado por los fantásticos relatos que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en casi todos los países; las descripciones grotescas que se han hecho siempre con el carácter de los españoles como individuos y como colectividad; la negación o, por lo menos, la ignorancia sistemática de cuanto nos es favorable y honroso en las diversas manifestaciones de la cultura y del arte; las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado contra España, fundándose para ello en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad, y, finalmente, la afirmación contenida en libros al parecer respetables y verídicos y muchas veces reproducida, comentada y ampliada en la prensa extranjera, de que nuestra patria constituye, desde el punto de vista de la tolerancia, de la cultura y del progreso político, una excepción lamentable dentro del grupo de las naciones europeas.
 
En una palabra, entendemos por leyenda negra la leyenda de la España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso y de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces, y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional.[6]



En el Sacro Imperio, la “Universitas Christiana” de Carlos I y la manera corrupta de operar colmada por la ambición de poder de la iglesia[7] actuaban de cortapisa al poder local de los príncipes. “Gravamina”[8], como son conocidas las quejas a la corte papal articuladas desde el “Reichstag[9], con las cuales empezaría a tomar importancia lo germano, hasta entonces insignificante, frente a lo romano y católico, que sería denostado[10].



                  

                                                                             Hercules Germanicus[11].


La oligarquía verá, en su afán de oposición a la Iglesia católica, utilidad en la crítica que realiza Lutero[ii] a la corrupción, riqueza y poder de ésta. Siendo realmente las ventajas económicas, pero sobre todo políticas que ofrecía la reforma a la nobleza la razón de que ésta le brindara su apoyo y triunfase posteriormente. Así, mediante la crítica al comercio de indulgencias[12], "Sobald der Gülden im Becken klingt im huy die Seel im Himmel springt"[13], daría comienzo por medio del invento de Gutenberg[14], un ataque propagandístico mediante panfletos, generalmente escatológicos y soeces, hacia el mundo católico. Anticristo, demonios, aliados de los turcos o bárbaros, serán sólo algunas de las calificaciones que se usarán principalmente contra los hispanos y el papado.    


En Inglaterra, el interés por los Países Bajos y la proclamación de Enrique VIII o su hija Isabel I[15] como cabezas de la Iglesia anglicana, con su consecuente separación de Roma, impulsan la propaganda anticatólica e hispanófoba. Siendo la propaganda de Lutero extendida por todo el norte de Europa[16], se crea con ello un triángulo entre Francia[17], Inglaterra y Países Bajos[18] en el cual se desarrolla la propaganda. Esto hace que en una Europa envuelta en guerras terminaran ejerciendo peso la Iglesia católica y las distintas sectas protestantes, con guerras de religión donde según la confesión del poder local unas serán aprobadas y otras perseguidas y reprimidas[19].


Finalizada la Guerra de los 80 años y la Guerra de los 30 años[20], los tratados de Westfalia sosegaron los conflictos en Europa, dando inicio un nuevo orden imperial en el continente donde el Imperio español comienza a perder su hegemonía dando paso a nuevas potencias tras la Guerra de sucesión y el Tratado de Utrecht[21]. La Iglesia católica, difamada, cede en los territorios del norte, provocando la ruptura del norte de Europa con el catolicismo una exaltación del nacionalismo, pues la iglesia católica, hasta entonces paneuropea y establecida por encima de los Estados, desiste ante las nuevas Iglesias protestantes, nacionales y cesaropapistas, quienes acabaran aunando religión y nación, “Mit Gott fürs Vaterland”[22].


“Nada me mueve tanta compasión, como ver a estos suelos, campos, aldeas, pueblos y ciudades saqueados por manos extranjeras. Oh, que los españoles te violen, mi Holanda tan dulce, la idea de eso me aprisiona causando que mi corazón sangre”.

Expresado en el décimo verso del Himno de Holanda[23], o la fiesta del 5 de noviembre de Inglaterra[24], son algunos de los vestigios que dejaron los conflictos, cuya máxima expresión se encuentra en el “Kulturkampf”[25] de Bismark a finales de la unificación alemana, buscando con ello consolidar la unificación mediante la asociación del pangermanismo y protestantismo frente al catolicismo.

                              


                                                                                 El belvedere papal[26]


En España, la entrada de los borbones y el fracaso del sexenio democrático facilitarán la asimilación de la leyenda negra que, lejos de ser combatida[27], una vez acontecido el desastre del 98 será completamente acogida, con regeneracionistas y noventayochistas[28] quienes, a veces realizando declaraciones enajenadas[iii], más que defenderse de la propaganda[iv], buscarán explicar mediante ésta la caída de España como potencia europea. Tras ello, la concepción de los españoles de su propia nación e historia se irá asemejando a la propaganda contada por la leyenda negra.


Mais que doit-on à l'Espagne? Et depuis deux siècles, depuis quatre, depuis dix, qu'a-t-elle fait pour l'Europe?”[29].


Pensamiento que aparece en la sección de geografía en la enciclopedia metódica, acabará siendo asumido dentro de España, ante lo cual habrá de realizarse una “Reconstitución y europeización de España[30], dado que como se acabará pensando, “España es el problema y Europa su solución”[31].





[1] Cansado de ver el sufrimiento de España, con que ha dejado pasar sin castigo tantas calumnias de extranjeros, quizá despreciándolas generosamente, y viendo que, desvergonzados nuestros enemigos, lo que perdonamos modestos juzgan que lo concedemos convencidos y mudos, me he atrevido a responder por mi patria y por mis tiempos”. 

"España defendida y los tiempos de ahora, de las calumnias de los noveleros y sediciosos". 1916.

[2] Dada la mezcla de los hispanos con la sangre semita y africana. Acusación que más adelante se invertirá por intolerancia tras sus expulsiones.

[3] “Hijo de marrano y marrana”, expresado contra Fernando II de Aragón. Parte de un poema francés difundido tras la conquista de Nápoles durante las guerras italianas.

[4] Pues implementaron un sistema judicial que fue considerado más imparcial frente a los abusos de la nobleza local y ejercían una defensa del catolicismo.

[5] Si bien de ningún modo llegó al odio intenso de la propaganda protestante, como tampoco hubo taller o empresa de propaganda como sí ocurriría con la reforma.

[6]La leyenda negra y la verdad histórica”, 1913.

[7] La cual poseía multitud de señorías en el territorio del Sacro Imperio.

[8] “Gravamina der deutschen Nation”, “Quejas de la nación alemana”.

[9] Dieta imperial, parlamentos reales del Sacro Imperio. Donde aparece por primera vez referencias nacionalistas al pasado germano.

[10] Así, por ejemplo, en 1512 sería sustituido el nombre de “Sacro Imperio Romano”, tomado a modo de sucesores directos del antiguo Imperio romano, por “Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana”.

[11] “El hércules alemán”, impreso en 1523, Lutero aparece a semejanza de Hércules y las Hidra. El Papa Adriano VI, Aristóteles, Tomas de Aquino, Guillermo de Ockham, Pedro Lombardo o Nicolás de Lira son algunos de los que aparecen derrotados por él.

[12] Conocido como “las 95 tesis”, su título original es “Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias”, 1517. Se duda de que fuesen clavadas en acto desafiante en la iglesia de Wittenberg, siendo probable que fuese enviada realmente por correo.

[13] “Tan pronto la moneda en el cofre resuena, el alma al cielo brinca sin pena.” Supuestamente pronunciada por Johann Tetzel, quien comercializaba con indulgencias en el Sacro Imperio con propósito de financiar la Basílica de San Pedro en Roma.

[14] Imprentas, casi todas ellas en territorio protestante. Sólo Lutero había publicado ya para 1530 más de tres mil panfletos.

[15] Quien necesitaba el anglicanismo para legitimarse, pues la iglesia católica no aprobaba la boda de sus padres.

[16] Realizada por personajes como Richard Hakluyt, John Foxe o Théodore de Bry.

[17] No sólo con protestantes, Francia, como los Países Bajos, sería en ocasiones aliada de los turcos, ello con la práctica simultánea de propaganda que asociaba relación entre turcos y católicos, dejando claro que el factor religioso era relegado a un segundo plano y simplemente usado para justificar las acciones.

[18] Los cuales están sumergidos en conflictos de religión en el interior de la región entre protestantes y católicos, quienes intentarán reprimir la reforma. Agudizada con la llegada de Felipe II tras la abdicación de Carlos V, terminará en una rebelión con Guillermo de Orange a la vanguardia.

[19] La iglesia católica terminó perdiendo, de facto, gran cantidad de tierras y rentas a favor de la nobleza en el Sacro Imperio, los Países Bajos o Inglaterra.

[20] Ambas guerras englobando bandos de católicos y protestantes, si bien éste no fue el móvil bélico.

[21] “Cromwell ayudó a los franceses a expulsar a los españoles de Flandes en un momento en que habría convenido a nuestro interés apoyar a los españoles contra Francia, como antes a los holandeses contra España, con lo que podríamos al menos haber retrasado el crecimiento del poderío francés”. 

“An introduction to the political state of Great Britain". Samuel Johnson, 1756.

[22] “Con Dios por la patria”, lema de las ciudades protestantes del Sacro Imperio, consideradas por ellas mismas las únicas que luchan por y para su patria.

[23] “Het Wilhelmus”, “El Guillermo”, en honor a Guillermo de Orange.

[24] La quema de muñecos de Guy Fawkes junto a fotografías del papa Pablo V, tradicionalmente de fuerte connotación anticatólica.

[25]Batalla cultural” entre católicos y pangermanistas protestantes durante la unificación de Bismark.

[26] “El papa dice: nuestras decisiones, aunque sean injustas, deben ser temidas. Respuesta: Malditos, mirad, gente rabiosa, nuestros culos desnudos. Aquí tienes, papa, mi belvedere”. “Hic oscula pedibus papae figuntur” (besar los pies del papa), parte de la colección de nueve imágenes que Lutero encargó al artista alemán Lucas Cranach. 

Belvedere significa “bello de ver”, haciendo referencia al palacio del Belvedere, construido para el Papa Inocencio VIII y a su posterior ampliación, el patio del Belvedere, donde fue unido al Vaticano.

[27] Lo que sería lógico aun siendo verídica, pues la defensa sería útil para la supervivencia como comunidad.

[28] Si bien hubo entre ellos quien se opuso y denunció la situación, como Unamuno, Maeztu o Altamira.

[29] “¿Qué se debe a España? Desde hace dos, cuatro, diez siglos, ¿Qué ha hecho España por Europa?” 

Encyclopédie méthodique: Géographie moderne. 1782. Donde se deja entrever que no se le debe nada.

[30] “Reconstitución y europeización de España: Programa para un partido nacional”, 1900. Joaquín Costa y Martínez.

[31] “Regeneración es inseparable de europeización; por eso apenas se sintió la emoción reconstructiva, la angustia, la vergüenza y el anhelo, se pensó la idea europeizadora. Regeneración es el deseo; europeización es el medio de satisfacerlo. Verdaderamente se vio claro desde un principio que España era el problema y Europa la solución.” 

Emitida por Ortega y Gasset en “La pedagogía social como programa político”, conferencia pronunciada en Madrid en 1910.




[i] Término empleado para España por primera vez en 1899 por Emilia Pardo Bazán en “La España de ayer y de hoy”, conferencia pronunciada en París, y el cual emplea para contraponer una visión áurea de la historia de España:

“…la contraleyenda española, la leyenda negra… es mil veces más embustera que la leyenda dorada.”

Y acuñado por el historiador francés Arthur Lévy:

“... en étudiant la vie de l'Empereur avec droiture, on voit bientôt la réalité se dégager de la légende dorée et de ce qu'il est permis d'appeler la légende noire napoléonienne.”

(... al estudiar la vida del Emperador con justicia, pronto vemos salir la realidad de la leyenda dorada y lo que se puede llamar la leyenda negra napoleónica.)

Napoleón intime, 1893. Arthur Lèvy.

Julián Juderías empleará dicho término como título para su libro en 1913, cuando éste es ya conocido, si bien con él saltará a la fama. Juderías sería el primero en realizar una investigación exhaustiva sobre la imagen que la propaganda protestante había vertido sobre España (“Estudios acerca del concepto de España en el extranjero”, llevaría de subtítulo la segunda edición). 

Sin embargo, el primer trabajo sobre propaganda de Juderías no versó sobre España, sino Rusia (“Rusia contemporánea: Estudios acerca de su situación actual”, 1904).

Para entonces ya conocida la expresión:

Rusia, tiene, como nosotros, su leyenda negra, y como estas leyendas exageran siempre los rasgos del original, el extranjero que visita el imperio ruso es fácil que al principio, seducido por aquellas apariencias, se sorprenda al encontrar a Rusia más adelantada, más culta y hasta más liberal de lo que creía, si bien al cabo de algún tiempo echará de ver probablemente que la leyenda no carecía de fundamento… El trabajo del Sr. Juderías, antes que literario extrictu sensu, es didáctico”.

El Imparcial, 01/10/1904. “Dos libros acerca de Rusia”, Eduardo Gómez de Baquero, "Andrenio".

Sirvan estos detalles para aclarar que la leyenda negra es un tipo de propaganda más de las muchas que han existido contra imperios, consistente en atacar a éstos bajo una visión maniquea en relación a los demás pueblos, dada su “hybris”, “desmesura”, y que se puede datar desde el Imperio romano o persa por los griegos hasta el actual imperio estadounidense.



[ii] Lutero comienza situándose con los caballeros palatinos tras atacar a la iglesia y defender a los campesinos (“Exhortación a la Paz en relación con los Doce Artículos de los Campesinos de Suabia”, 1525), quienes recogiendo sus enseñanzas ven justificada su rebelión ante la nobleza y el clero, esperando recibir apoyo de Lutero, lo cual no sucedió.

Sin embargo, tan sólo meses después, tras el fracaso de la rebelión de los campesinos y las muertes de Ulrich von Hutten y Franz von Sickingen (líderes de los caballeros palatinos y promotores del luteranismo) y, siendo consciente del peligro de su situación, se alinea por completo con la nobleza “Contra las hordas asesinas y ladronas de campesinos” (1525), justificando con ello la represión sobre los campesinos.

Finalmente acabó ganándose el apoyo de la de la Liga Esmalcalda (enfrentada con el emperador y la iglesia de Roma) gracias a sus críticas:

“Tolerabilius esse vivere sub Turca quam Hispanis, nam Turcam confirmatio regno servare iustitiam, sed Hispanos plane esse bestias”. 

(Más tolerable es vivir bajo poder turco que español, puesto que los turcos sostienen su reino con la justicia, mientras que los españoles evidentemente son bestias).



[iii] Estos periódicos franceses que dicen que España es un triste país, tienen mucha razón, muchísima razón. España es un triste país, como Francia es un hermoso país. Yo, la verdad, no admiro de Francia, ni sus sabios, ni sus poetas, ni sus pintores; lo que más me entusiasma es su terreno fértil y llano, su clima dulce, sus ríos que se deslizan claros y transparentes a flor de tierra; lo que más me entusiasma de Francia es su tierra y, sobre todo, su vida. ¡Qué diferencia entre España y Francia! ¡Entre esta península llena de piedras, quemada por el sol, helada en el invierno, y aquel país amable y sonriente! La tierra y la vida de Francia son admirables; los hombres, también; pero los productos humanos del país vecino no me parece que pueden compararse con sus productos agrícolas e industriales; los dramas de Racine no están indudablemente tan bien elaborados como el vino de Burdeos, ni los cuadros de Delacroix valen tanto como las ostras de Arcachón; y que, en cambio, nuestros grandes hombres, Cervantes, Velázquez, el Greco, Goya, valen tanto o más que los grandes hombres de cualquier parte; mientras nuestra vida actual vale menos, no que la vida de Marruecos, sino que la vida de Portugal. Es una pobre, una lamentable vida la nuestra. Todos nuestros productos materiales e intelectuales son duros, ásperos, desagradables. El vino es gordo, la carne es mala, los periódicos aburridos y la literatura triste. Yo no sé qué tiene nuestra literatura para ser tan desagradable. No hay blandura de corazón en nuestros escritores, ni en los antiguos, ni en los modernos, ni en los del Norte, ni en los del Mediodía, ni en los de Levante, ni en los de Poniente. Todos son unos.

 Para mí, una de las cosas más tristes de España es que los españoles no podemos ser frívolos ni joviales. El hombre es producto del medio, no sólo es hijo del cosmos, es el mismo cosmos que siente y piensa, y el cosmos en España es bastante desagradable. Valle-Inclán tuvo que pasarse un año entero en pelea continua para tener el gusto de llevar melenas. La gente se paraba a mirarle con impertinencia o le insultaba. ¿Con qué derecho se dejaba melenas? ¿Por qué quería distinguirse? Triste país en donde no se pueden satisfacer las tonterías que uno tiene; en donde no se pueden llevar melenas, ni usar polainas blancas, ni intimar con su mujer en la calle, ni llevar un ramo de flores en la mano sin llamar la atención; triste país en donde tiene uno que avergonzarse de todo lo que es sentimental y humano, en donde hay un espíritu hostil a todo lo pintoresco y en donde el novelista tiene que inventar tipos porque no los hay. Triste país éste, en donde, para divertirse, se hacen corridas de toros o luchas de fieras y se canta la jota, que es la brutalidad cuajada en canción; triste país, en donde todos los hombres son graves y todas las mujeres displicentes, en donde en la mirada de un hombre que pasa vemos la mirada del enemigo. Triste país, en donde la libertad está en unos papeles y no está en el corazón. Triste país, en donde por todas partes y en todos los pueblos se vive pensando en todo menos en la vida. Vivimos en un triste país, por eso ya en el mundo nadie nos hace caso..., y hacen bien.

¡Triste País! (1904). Pío Baroja.



[iv] Incluso EEUU, país que reavivó la propaganda antiespañola durante la guerra de Cuba (siendo la última vez hasta hoy día en que fue impresa de forma masiva y con motivo propagandístico la obra de las Casas), y posiblemente por su intención de estrechar lazos con América Latina, ha llegado a combatir la leyenda negra más que en España.

Así, ya en una fecha tan temprana como 1944 se hacían eco de ella:


Un asunto aún más serio es la perpetuación general en nuestro material escolar, especialmente en los libros de texto de historia que tratan del periodo colonial de las Américas, de la "leyenda negra" de la España (y, en menor medida, portuguesa) colonial, inepta, cruel, traicionera, codiciosa y fanática. La leyenda negra es un término usado por escritores españoles para designar la antigua propaganda contra pueblos íberos, que empezó en el siglo XVI en Inglaterra y ha sido desde entonces un arma para los rivales de España y Portugal en las guerras religiosas, marítimas y coloniales de aquellos cuatro siglos.”

"Latin America in School and College Teaching Materials. Report of the Committee on the Study of Teaching Materials on Inter-American Subjects". American Council on Education, 1944.


Haciendo que hoy día sea fácil ver en libros de educación pública textos como el siguiente:


Las fechorías de los españoles en el Nuevo Mundo oscurecieron sus logros sustanciales y colaboraron al nacimiento de la Leyenda Negra. Este falso concepto sostiene que los conquistadores simplemente torturaron y masacraron a los indios (“matar por Cristo”), robaron su oro, les contagiaron la viruela y no dejaron más que miseria tras ellos. Los invasores españoles ciertamente mataron, esclavizaron e infectaron a un sinnúmero de nativos, pero también erigieron un colosal imperio que se extendió desde California y Florida hasta la Tierra de Fuego. Trasplantaron su cultura, leyes, religión y lengua a una amplia variedad de sociedades indígenas, los cimientos de muchas naciones hispanohablantes.

 Evidentemente, los españoles, que llevaron más de un siglo de ventaja a los ingleses, fueron los genuinos constructores de imperios y los innovadores culturales del Nuevo Mundo. Si los comparamos con sus rivales anglosajones, su creación colonial fue más grande y más rica... Y en último término los españoles honraron a los nativos fundiéndose con ellos a través del matrimonio e incorporando la cultura indígena a la suya propia, no ignorándolos y, con el tiempo, aislando a los indígenas como hicieron sus adversarios ingleses.”


David M. Kennedy y Lizabeth Cohen, "The American Pageant" (13.a ed.), Boston: Cengage Learning, 2005.


Libro escolar de uso frecuente para secundaria en EEUU desde 1956. En cuyo glosario de la 15ª edición (2012) aparece:

Leyenda negra: La falsa noción de que los conquistadores españoles no hicieron más que matar a los indios y robarles el oro en nombre de Cristo.”


Valga esto, no para justificar las acciones del Imperio español o edulcorarlas, sino para justificar la existencia de una propaganda negrolegendaria que, ratificada incluso en países extranjeros que hicieron uso de ella, se encuentra hoy asimilada en España.

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