Desde nuestra Asociación, Autonomía y Bienvivir, queremos
manifestar nuestra preocupación por la situación de conflicto en Ucrania y el
peligro de que estalle una guerra civil, ya en ciernes, y el riesgo de Guerra
Mundial, ante la intervención de las distintas potencias.
Queremos hacer público nuestro rechazo, por un lado, a la
intromisión de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea en
asuntos de política interior de otro país, intentando derribar un gobierno
contrario a sus intereses. Pero, por otro lado, también criticamos la
intervención rusa ocupando Crimea e intentando romper Ucrania en dos.
En nuestra opinión, Ucrania está siendo víctima del juego de
intereses estratégicos, políticos y económicos, de la nueva Guerra Fría, con la
existencia de dos bloques cada vez más delimitados y enfrentados: el que une a
Estados Unidos, Europa y otros aliados, y el que une, esencialmente, a Rusia y
China.
Desde nuestro punto de vista, dicha división se está acrecentando
por dos factores que reflejan las insostenibles e injustas bases de nuestra
civilización. Por un lado la deuda, auténtico fluido vital de un mercado mundial de capital que funciona gracias a instituciones pro-acreedoras como el FMI o el Banco Mundial. Estas instituciones han creado un clima de impunidad,
en el que los grandes bancos y gestores de fondos tienen garantizada la
retribución de sus préstamos irresponsables, cuyo pago recae sobre los hombros
de unas poblaciones cada vez más empobrecidas. Así está pasando en Ucrania,
donde la pauperizada población del país, comprueba como el FMI impone duros recortes, que la población prorrusa no quiere soportar.
En segundo lugar, la geopolítica de los recursos. En una sociedad del derroche y el despilfarro, tarde o temprano todo tiene que empezar
a escasear, y así está pasando con los preciosos combustibles fósiles. Ucrania
es la puerta de entrada del gas ruso a Europa, y en virtud de ello exige tener
una parte del pastel del negocio del gas. Pero Rusia cada vez tiene menos que
vender, por el propio agotamiento de sus pozos y porque desea aumentar su
consumo interno. En esas condiciones,
los rusos esperan obtener el máximo provecho de sus exportaciones de gas
y no quieren compartir beneficios con Ucrania, especialmente cuando el gigante
chino está llamando a la puerta, deseando hacerse con ese gas, que necesita
para proseguir su crecimiento económico.
Autonomía y Bienvivir se opone a la división mundial en
bloques imperialistas y autoritarios, defendiendo el desarrollo de una tercera
vía a nivel internacional basada en los principios de libertad como no dominación o autonomía, equidad, igualdad y sostenibilidad ambiental.
Principios que suponen un impulso a la paz y cooperación
entre las naciones, frente al ansia de codicia y dominación como valores de las
potencias enfrentadas y sus aliados.
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