Ya hemos tratado en este blog desde un punto de vista teórico la propuesta de adoptar una Renta Básica, (una cantidad que recibiría incondicionalmente cada persona con independencia de si trabaja o no). Lo planteábamos como una forma de garantizar una inclusión básica universal que nos aporte autonomía para decidir nuestro futuro libremente. Veíamos cómo esta forma de redistribución continua de una parte de la riqueza facilitaría, entre otras cosas, organizar desde abajo una redistribución paralela del tiempo de trabajo (laboral y no laboral), y haría posible relegar la obsesión por el insostenible crecimiento económico. En esta entrada vamos a hacernos eco brevemente de algunas referencias actuales y de casos prácticos en torno a esta propuesta.
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En Finlandia la seguridad social del país está diseñando una Renta Básica -en adelante RB- de 800€ que se detallará en 2016. Tras su completa implantación cada ciudadano cobrará esta cantidad por el mero hecho de serlo. El proyecto se plantea de forma experimental y empezará con una selección de personas diversa y representativa de la sociedad finesa. Cabe destacar que en este caso es iniciativa de un gobierno de centro derecha con el apoyo de la oposición, (verdes, izquierda y liberales), y que cuenta con el respaldo del 80% de la población.
En 2016 tendrá lugar en Suiza un referéndum sobre una propuesta de RB de 2.500€. Al igual que hizo el gobierno el año pasado, el parlamento ha rechazado la propuesta con declaraciones contundentes que denotan el miedo de los políticos actuales a la misma, ciertamente ambiciosa en este caso. Pero el referéndum tendrá lugar de todas formas al haber superado de largo las cienmil firmas necesarias para que deba realizarse. Según una encuesta reciente la medida contaría con el apoyo del 49% de la población frente al 40% que se opone. Un 8% dice que dependería de la cantidad.
También es posible aplicar esta medida desde la política local (e incluso hay partidarios de que así se haga). Conocimos en agosto que en Holanda unos 40 municipios están proyectando experimentar con la Renta Básica y con modelos aproximados. En estos proyectos participan miembros de todos los partidos políticos de Holanda. Utrecht, por ejemplo, tiene ya definido un plan experimental que durará un año con el que busca “simplificar las normas y los requisitos actuales en materia de bienestar”. Ahora el gobierno holandés ha convocado a los representantes de los cuatro municipios que tienen más desarrollado sus proyectos (Tilburg, Utrecht, Wageningen y Groningen) para facilitar la aprobación de los mismos unificando criterios.
A lo largo de Europa van surgiendo cada vez más voces que piden instaurar un RB o estudiar la posibilidad de hacerlo. Por ejemplo, el principal partido de la oposición en Irlanda ha propuesto crear una comisión que estudie esta propuesta. En Portugal varios candidatos de la oposición plantean su aplicación. En el Reino Unido la propone el Partido Verde, y Richard Murphy, el consejero de economía de Jeremmy Corbyn, (actual líder de la oposición al frente del Partido Laborista desde septiembre), es un firme partidario de la misma. En Francia el 60% de la población se muestra partidaria de introducir una RB, y la encuesta refleja que el apoyo a esta medida procede de todas las tendencias políticas. Philippe van Parijs dijo en 1996 sobre la RB que se trata de “un componente central de lo que urgentemente se precisa para salvar el ‘modelo europeo’ avanzando un paso más”.
A
tenor de lo que ha terminado siendo la UE, es posible que el ‘modelo
europeo’ ya se haya echado a perder como temía van Parijs. Pero la idea
puede aplicarse en otros ámbitos y quizá su práctica acabe
extendiéndola.
El ejemplo más conocido de experimentación con una Renta Básica es el que se llevó a cabo en la localidad canadiense de Dauphin, en Manitoba. Entre 1974 y 1979 se dio un ingreso garantizado a cada familia con bajos ingresos, (“mincome”). Quienes trabajaban seguían cobrándolo aunque en menor cuantía. Tras investigar los datos, en 2011 la socióloga Evelyn Forget publicó un informe en el que destacaban algunos efectos beneficiosos además de la eliminación de la pobreza. Durante el tiempo de aplicación se apreció un claro descenso en los niveles de violencia doméstica, accidentes y hospitalizaciones psiquiátricas, (por comparación al grupo de control), con el consiguiente ahorro presupuestario.
Este efecto era superior al que cabía esperar de la aplicación del programa a sólo un tercio de la población, por lo que la autora deduce cierta influencia positiva de este grupo sobre su entorno social. Además se constató que los beneficiarios no perdían la motivación para buscar trabajo salvo en el caso de los adolescentes, que prolongaban sus estudios, y en el de las madres de niños pequeños que, es de suponer, recibieron un mejor cuidado. Teniendo en cuenta entre otras cosas este resultado, el Partido Liberal canadiense, reciente ganador de las elecciones con un moderado giro a la izquierda, se propone desarrollar un programa piloto para garantizar una RB a nivel federal, también apoyada por el Partido Verde.
Pero la experiencia más próxima a una RB con larga trayectoria y plena aplicación, aunque limitada a una cantidad menor y variable, podemos encontrarla en Alaska. Una clausula de su constitución establece que una parte de las ganancias obtenidas con la explotación su petróleo debe nutrir un fondo de inversión estatal que revierta tanto en la población actual como en las futuras generaciones. Ya su primera constitución reconocía en 1959 la propiedad conjunta de la tierra desocupada y de los recursos naturales. Con los rendimientos de este fondo se reparte un dividendo social entre todos los residentes en Alaska, (que este año ascenderá a 2.072 $ por persona, no por familia).
Siguiendo un esquema parecido, según el cual se distribuyen colectivamente los ingresos de una explotación comercial común, en 1996 la comunidad Cherokee de Carolina del Norte decidió distribuir la mitad de los beneficios de un nuevo casino, (en concesión exclusiva del gobierno), dando a cada uno de sus 8.000 miembros una cantidad fija anual que en 2001 ascendía a 6.000$ y en 2006 a 9000$. La pobreza cayó a la mitad, descendieron los problemas psiquiátricos de los niños anteriormente pobres, disminuyó el crimen entre los jóvenes y aumentaron las graduaciones. Los que eran muy pequeños cuando su familia empezó a recibir el ingreso, al crecer tenían menos problemas psiquiátricos y de drogadicción que el resto de población (cherokee o no) gracias a la mejora en la crianza.
Otras experiencias equiparables a la RB también pueden arrojar alguna luz sobre los efectos que tendría esta medida. Por ejemplo en Bélgica se llevó a cabo un estudio sobre los ganadores de una renta vitalicia de 1000€. Entre los agraciados muy pocos cambiaron su comportamiento laboral, y los que lo hicieron optaron por trabajar menos, no por dejar de trabajar. La mayoría valoró la seguridad, la ampliación de posibilidades y la capacidad para planificar mejor su futuro que les aportó esta renta.
El alcalde de Seongnam, ciudad de Corea del Sur, anunció el mes pasado que implementará un Dividendo Juvenil que daría 200$ a cada residente de entre 19 y 24 años con independencia de si trabaja o no, y propone que se haga lo mismo a nivel nacional en lugar de bajar los impuestos a las corporaciones. A pesar de ser una cantidad menor, este ingreso apunta a la lógica de la RB por su carácter incondicional. Se entregará en forma de moneda electrónica que sólo pueda utilizarse en la ciudad con el objetivo de estimular la economía local. Además de mejorar el bienestar de los jóvenes se espera que ayude a incrementar su cualificación.
http://www.basicincome.org/ |
Pero sería un error de principio pensar que la RB es algo así como un nuevo avance sólo adecuado para países opulentos. En realidad se trata de otra forma de distribuir los recursos sean estos cuantos sean.
El nuevo Ministro de Bienestar Social y Erradicación de la Pobreza de Namibia, defensor de la RB, ha anunciado que la posibilidad de introducir este derecho en todo el país será abordada en una próxima conferencia nacional y posteriormente en el consejo de ministros. Allí existe existe un precedente exitoso. Durante dos años (2008 y 2009) se llevó a cabo un experimento con la introducción de una RB en la pequeña localidad de Otjivero-Omitara. Cada habitante recibió 100 dólares namibios. El primer año la pobreza de los hogares cayó del 76% al 37%, y llegó al 16% en aquellos que no tuvieron que ayudar a personas de otras poblaciones. La malnutrición infantil había bajado del 42% al 10% hacia el final del programa. El abandono escolar, anteriormente del 40%, quedó prácticamente eliminado. Los delitos cayeron un 42%. Se redujo la deuda de las familias y aumentó el ahorro y la inversión en pequeña ganadería. Mejoraron los cuidados sanitarios y se redujo la dependencia de las mujeres respecto a los hombres. Estas además ganaron control sobre su sexualidad pudiendo hacer frente a la presión para prostituirse.
En contra de quienes creen que una RB conduciría a la pasividad de las personas, la introducción del programa llevó a que el número de personas involucradas en actividades económicas pasara del 44% al 55%, aumentando con ello sus ingresos. Se crearon pequeñas empresas, (fabricación de ladrillos, panaderías y vestimenta), y esto contribuyó a la creación de un mercado local.
Resultados similares se han obtenido en otras experiencias en las que se sustituyen las paternalistas y equívocas ayudas condicionadas por ingresos garantizados incondicionales. Es el caso del proyecto llevado a cabo en India por Unicef [1] [2]. 6000 personas recibieron este tipo de renta mensual -las madres recibían también la de los niños-. Además de las mejoras de capacitación mencionadas en el caso de Namibia, se constató una mayor autonomía para las personas con algún tipo de discapacidad o discriminadas por el sistema de castas. Esto se debe a que la RB se adjudica individualmente. En este caso la RB también dio como resultado una mayor actividad económica de base, y ante los contratiempos, algunas familias pudieron librarse de la trampa de la deuda y sus intereses abusivos.
Como dice Guy Standing, “el valor primordial de una RB sería su efecto emancipatorio. Si el desarrollo tiene algo que ver con la libertad, hay que desafiar a los escépticos a mostrar un modo mejor de expandirla. Nadie debe afirmar que sería una panacea. Los servicios sociales públicos, las políticas de infraestructura, etc., son de vital importancia. Pero una RB debe ser parte de un paquete de reformas. La ayuda al desarrollo debe echar una mano.”
Otro estudio llevado a cabo en Uganda durante un año muestra que las personas que reciben este tipo de asistencia invierten en su desarrollo personal y acaban logrando mejores posiciones, aumentando las horas trabajadas y obteniendo más ganancias que aquellos que no tenían esta red de seguridad. Esta mejora comparativa se prolongó durante años después de acabado el experimento, lo que sugiere un efecto perdurable.
Al final del informe citado se dice que “los programas de subvención en efectivo se están volviendo cada vez más frecuentes. (..) Hay una fuerte evidencia de que “las transferencias de efectivo llevan a los receptores a gastar más en sus necesidades básicas (como comida) y pueden dar lugar a que los beneficiarios hagan inversiones con rendimientos muy altos, sin evidencia de un gran aumento en el gasto en artículos como el alcohol o el tabaco.” (GiveWell, 2012). El resultado de este informe sugiere un cambio de perspectiva que, si resulta generalizable, podría y debería provocar una de las más importantes transformaciones de la mitigación de la pobreza llevada a cabo tanto por los estados como por la ayuda exterior.”
Como se explica en este artículo, se han obtenido resultados similares en otros experimentos llevados a cabo en Kenya, Liberia, Mexico, y Sudáfrica, a los que podríamos añadir Malawi, Ghana o Etiopía: “Esto no quiere decir que las transferencias en efectivo sean una varita mágica, pero una y otra vez, transforman las vidas.”
En la medida en que la RB supone una reducción de la desigualdad, es lógico pensar que disminuyan los estudiados efectos perniciosos de la misma. Pero con independencia de estas virtudes, la RB nos dotaría de un derecho fundamental: el derecho a existir una vez nacidos. El planeta no tiene nuevas fronteras explotables a las que expulsar a quienes van perdiendo en el obligatorio juego del mercado siendo excluidos del mismo. Prácticamente todo está ya tomado por unos derechos de propiedad que no sólo no llegan a todos sino que se van concentrando en muy pocas manos. Y cada vez más personas van cayendo en la cuenta de que el futuro pasa por desvincular del empleo al menos una parte de los ingresos, como recientemente han expresado el economista Joseph Stiglitz, el físico Stephen Hawkin o la activista Naomi Klein.
Hoy en día la creciente escasez de empleo se cruza con la idolatría del trabajo y la desconfianza social hacia quien no sufra una dura entrega laboral para subsistir. Esta desconfianza juega contra la instauración de un ingreso garantizado, pero en realidad, como el ingreso no se perdería al obtener un salario, cualquier oportunidad de trabajar será aprovechada. En nuestra cultura a cualquiera le resultará difícil encontrar a alguien que no quiera más dinero y poder aumentar su consumo. Más bien al contrario, esta ambición incesante en los países ya desarrollados da forma a uno de los mayores problemas de nuestro tiempo: un alarmante deterioro ecológico. En consecuencia, necesitamos dejar de ver como un problema la conformidad con lo básico, y en lugar de ello empezar a instaurar límites al crecimiento económico y especialmente a determinadas formas de producción sin que ello suponga una mayor exclusión social. Cualquier solución social, inclusiva, (no para grupos minoritarios), pasa necesariamente por instaurar una RB junto al reparto del empleo, y junto a un cambio cultural hacia aspiraciones más saludables.
Recientemente se ha publicado un nuevo libro de Cive Pérez con el que culmina largos años de estudio en el Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid. A partir del resumen de los principales problemas actuales a los que daría respuesta la RB, realiza un recorrido histórico hasta el presente sobre los precedentes y fundamentos de esta propuesta, incluyendo la controversia actual sobre la misma. Cabe agradecer la buena escritura del autor y la fácil comprensión. Selecciono para este blog algunas frases del epígrafe dedicado a la sostenibilidad.
Y tras desarrollar algunos ejemplos y propuestas, continúa:
“A título anecdótico -nos recuerda Cive en otro apartado de su libro- en los pueblos de la tierra pinariega de Burgos y Soria existen formas de reparto del rendimiento regidas por un criterio similar al de Alaska: los pinos de privilegio. Todos los años se acuerda la corta de un determinado número de árboles que se agrupan en tantos lotes como vecinos con derecho a disfrute hay en cada pueblo”. Gracias a la gestión comunal, estos pinares han logrado eludir la tragedia del mercado y después de siglos de explotación sostenible siguen dando sus frutos hoy día.
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En España la propuesta de Renta Básica gana tanto eco y apoyo social como decepciones políticas, quizá revelando el carácter timorato de nuestros representantes, incluidos los flamantes nuevos líderes de la izquierda, o un tactismo fallido (a tenor de la pérdida de apoyo desde las elecciones europeas). O quizá revelando, como en el caso de los principales sindicatos, la dificultad de la izquierda para salir de una visión centrada en el empleo. Estos también han descartado la adopción de un mínimo económico vital entendido como derecho, a pesar de la desbordante y creciente desisgualdad que padecemos. En su lugar se suman a los partidarios de subsidios cicateros, y confían en lo que verdaderamente es irrealizable: controlar el crecimiento, prolongarlo indefinidamente y lograr el pleno empleo.
Pero el sueño de volver a reactivar el empleo por medio de un nuevo crecimiento promovido desde el estado, como si dispusiéramos de los recursos naturales y de la tecnología (intensiva en mano de obra) de los años 50, nos mete de nuevo en la misma glorificación del productivismo, en el mismo juego reaccionario que ha configurado la pesadilla actual. Y lo que ahora necesitamos no es volver a jugar la partida perdida sino cambiar el tablero. La necesidad de organizar una sociedad que pueda ponerse límites o decrecer sin un gran impacto social requiere que la redistribución de la riqueza (y del trabajo) no esté condicionada al crecimiento económico. La nueva redistribución tendrá que acordarse ex-ante, como un flujo establecido permanentemente en un sistema dinámico que siempre priorice una proporción para la base sea cual sea el volumen de producción. Si lo prevemos, el actual encontronazo con los límites planetarios no tiene por qué ser dramático.
En mi modesta opinión, tiene todo el sentido que desde la ecología política se reivindique una redistribución de la riqueza de mayor calado que la propuesta por la izquierda alternativa en sus programas electorales, y sobre todo que esa redistribución se dé al margen de la variable empleo. La finalidad sería no sólo eliminar de una vez la pobreza sino también evitar el miedo a la misma que lleva a la mayoría de la población a apoyar políticas de crecimiento económico. También hay motivos culturales para este apoyo al crecimiento pero qué duda cabe que la ausencia de una tranquilidad económica para lo básico dificulta mucho el cambio cultural necesario.
En realidad un ingreso garantizado sería una forma de reactivar la economía básica sólo entre aquellos que tienen verdaderas necesidades (como hemos visto en el experimento de Namibia entre otros), recuperando recursos de la economía especulativa, rentista, endeudadora y acaparadora que domina el presente; recuperando, en definitiva, una parte del poder político usurpado por las élítes económicas no elegidas y causantes de la pobreza. Redistribuir este poder mediante una seguridad económica básica serviría para reducir la obsesión productivista y consumista del resto, que podría optar por una mayor dedicación al estudio, a los cuidados, al voluntariado, a la deliberación política y a todo tipo de legítimas pasiones personales.
El amparo de todos entre todos no es por sí mismo un cambio de sociedad completo pero es una condición necesaria para poder decidir con autonomía el futuro que queremos perseguir, sea cual sea la utopía de cada cual y el ritmo de avance hacia la misma que prefiera. No podemos decir que disponemos de libertad si condicionamos esta a un improbable éxito económico en lugar de ser una condición de partida.
Para terminar enlazo este reciente programa del Colectivo Burbuja en el que se abordan propuestas como la RB y el trabajo garantizado (que en mi opinión no tienen por qué verse como propuestas incompatibles siempre y cuando se esté dispuesto a asumir un grado de redistribución a mayor escala en la medida en que se quiera ofrecer empleo público como una opción para ganar algo más que la RB).
Actualización:
Incorporo otro programa del Colectivo Burbuja, en este caso en la cabecera Ampliando el debate, en el que trato de extraer algunas conclusiones a partir de estos datos junto a Juan Gimeno y Jesús Nácher:
Otros artículos:
- Podemos y la Renta Básica: una relación breve - Círculo Renta Básica de Podemos
Intuitivamente veo la RB y el Trabajo Garantizado como incompatibles.
ResponderEliminarEl TG se supone dirigido a quienes no tienen trabajo. Pero:
-¿que clase de trabajo será? ¿cual su salario y condiciones laborales?
-¿el TG capacitará para el trabajo "real" en los sectores publico y privado?
-¿puede el TG resultar mas o similarmente atractivo que el trabajo asalariado en los sectores publico y privado?
Si el TG ha de ser un trabajo degradado, es entonces será degradacion garantizada, puesto que encima se instituran condiciones para su acceso, al objeto de que el ejercito laboral de reserva, que se supone atempera los salarios, no resulte mermado.
Con la RB todos parten de un suelo basico comun.
En cualquiera de ambos supuestos (RB y TG) la relacion laboral en el sector privado se ve afectada, muy afectada, salvo que se instituya solo el TG y este consista en un trabajo muy degradado, sea por lo infimo del salario, sea por las condiciones laborales, o bien por ambos supuestos, que es lo que augura que terminara siendo.
Para gestionar el TG se tendra que crear una nueva capa burocratica especializada o bien licenciar dicha gestion al sector privado.
Estoy de acuerdo. Para mí el TG sólo tiene sentido una vez establecida la RB, es decir, si se plantea como una oferta pública opcional para aquellas personas que quieran ganar algo más y no puedan acceder a un trabajo en el mercado. Personas que quizá lleven mucho tiempo cobrando sólo la RB y podrían emplearse temporalmente para el estado en tareas que, siendo necesarias, al mercado no le interesan, (reforestación por ejemplo). Esta inversión a la vez social y ecológica sería más útil que muchos gastos en infraestructuras actuales.
Como digo en la entrada requeriría, un mayor grado de redistribución (vía impuestos o emisión de dinero soberano) que para mí estaría justificado. Pero el TG no puede sustituir las virtudes de la RB, y como bien señalas, aunque pudiera ser realmente una garantía universal (que no es ni de lejos lo que han planteado ni puede serlo fácilmente), aplicado sin RB podría convertirse en otra forma de explotación
Además me parece lamentable que se haya propuesto el TG por oposición a la RB. Leyendo a Eduardo Garzón da la sensación de que el motivo era oponer algo la segunda más que mostrar las virtudes del primero.
La RB sólo será posible cuando toda la producción de bienes y servicios se haya robotizado a un extremo tal que genere un desempleo supermasivo impidiendo a gran parte de la población el acceso al consumo y creando así la antesala de una gran crisis de superproducción que pudiera ser la crisis definitiva del propio capitalismo. Sólo bajo esas condiciones la burguesía estaría dispuesta a establecer una RB o un programa de TG.
ResponderEliminarEse cambio no va a tener lugar de un día para otro. Será gradual. Ya está ocurriendo. Y en realidad tendremos que añadirle el decrecimiento de la producción (y del empleo), que también podría ser gradual si lo anticipamos para evitar males mayores, o que será traumático, impuesto por las limitaciones energéticas, si no lo hacemos. Creo que es una buena idea anticiparse. Lo que la burguesía esté dispuesta o no a establecer también depende de lo que nosotros estemos dispuestos (o no) a reivindicar.
ResponderEliminarTe recuerdo que la jornada laboral de ocho horas costó muchos muertos en las calles así como la represión de socialistas, comunistas y anarquistas...
EliminarSí, es bueno recordarlo. Porque mucha gente piensa que eso fue una dádiva natural del capitalismo y espera que se mantenga y que le caigan otras sin mover un dedo. Y porque otros piensan que no es posible arrancar nada a los poderes o creen lo que dicen estos cuando anuncian grandes males si se consigue algo. Otras conquistas no fueron tan cruentas. Supongo que influirá mucho lo generalizados que estén la convicción y el apoyo en cada caso. Como explico en la entrada, en Finlandia están en la fase de prueba piloto y parece que no lo están llevando mal.
EliminarLa renta basica ha sido posible siempre, de hecho es lo primero que hubo siempre... hasta que se inventó la esclavitud como sistema, la esclavitud sistematica. Si el salariado no se entiende como una modalidad de esclavitud no sabria decir que es lo que queda por entender.
ResponderEliminarLa propiedad tan solo es una implementacion del vicio original. Puede que fuera una de las lecturas posibles del hecho de que unos seres vivos depredan a otros. Todos los animales obtienen el sustento de las plantas y unos animales lo obtienen depredando a otros animales.
Igual que al cachorro del lobo y otros animales cabe domesticarlo y convertirlo en un servidor, lo mismo procede respecto a otros humanos y por implicacion pretender que todo el entorno natural es un mero recurso a dominar y explotar.
No es facil que quienes han acumulado tanto poder, tanto y durante tanto tiempo, renuncien a ello, pues hasta el presente la experiencia les ha enseñado que basta con enviar mas carne de cañon a la batalla y deshacerse de lo que ya no es de utilidad. Hay demasiada experiencia factica y doctrina dedicada a justificar la jerarquizacion social y la explotacion.
Volvemos a esta en guerra... Francia, de la mano de un presunto socialista, ha levantado la bandera europea de la guerra contra el terrorismo, entendido como tal una pretendida fatwa islamica.
En realidad nunca finalizo la guerra, nuestras democracias han sido un paripé, pues se han basado en la exportar lo peor de la guerra, la explotacion y la dilapidacion de recursos.
Primera Guerra Mundial 1914 - 1918 -> 4 años
Segunda Guerra Mundial 1939 - 1945 -> 6 años
Guerra de Corea 1950 - 1953 -> 3 años
Guerra de Vietnam 1959 - 1975 -> 16 años
Guerra de Kuwait 1990 - 1991 -> 1 año
Invasión de Afganistán 2001 - 2014 -> 13 años
Invasión de Irak 2003 - 2011 -> 8 años
Falta hacer mencion a los conflictos post-coloniales, precedidos por los genocidios coloniales, pues ha faltado enunciar que el capitalismo es un colonialismo interno y luego exportado.
Lo que se está proponiendo en los paises que hablan de implementar una renta básica, es que el estado "pague" a cada ciudadano lo que el estado se gasta en servicios públicos como la sanidad, educación, etc y que estos servicios pasen a ser privados, de modo que luego cada ciudadano contrate la sanidad privada, educación, seguros privados de pensiones y demás (o que se lo gaste como le dé la gana). Bajo mi punto de vista es un error pasar a ese sistema.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLo que ud plantea sr Unknow (¿que problema hay para elegir un apodo cualquiera?) es justo lo que propuso el ultra-neo-liberal Milton Friedman, en su cruzada contra el Estado; en realidad una zancadilla a las tesis progresistas.
ResponderEliminarSe continuaran necesitando servicios publicos, puesto que la iniciativa privada dejada a su propio aire generaria una escalada tal en los precios que exigiria un permanente aumento de la renta basica, tal y como se ha visto aqui que paso con la ayuda al alquiler para jovenes, pues los alquiladores reajustaron sus precios a la existencia de esa ayuda al alquiler.
Es necesaria una supervision publica que marque la onda y reprima las peores tendencias de la iniciativa privada... esa iniciativa que no fue capaz de crear, puertos, puentes, tuneles, canales, carreteras, autopistas, hospitales, escuelas... etc, pues no hubo nada de eso hasta que la iniciativa publica creó todo eso.
El famoso libremercado es una imbecilidad mil veces refutada por la logica y por los hechos (crisis tras crisis, hambruna tras hambruna), pero los liberales siempre han argüido que el fracaso es culpa de los rojos, o sea del intervencionismo social y como esa tesis interesaba a los bien instalados es la que se ha promovido y hecho triunfar.
Hola Unknown
ResponderEliminarTodas las propuestas de Renta Básica de las que tengo noticia dejan intactos los servicios públicos, incluida la de Finlandia. Otra cosa no tendría sentido. No sería una mejora sino un empeoramiento de la situación, estoy de acuerdo. Y no hay por qué mezclar ambas cosas: cuando se piden mejoras en las pensiones o en la sanidad a nadie se le ocurre que se esté pidiendo hacerlo a costa de otro servicio público. Lo que sí se sustituye, son las actuales prestaciones dinerarias tipo rentas de inserción siempre que sean inferiores a la RB.
Saludos
Aprovecho para actualizar la entrada insertando al final el programa del Colectivo Burbuja / Ampliando el debate en el que trato de sacar conclusiones a partir de estos datos junto a Juan Gimeno y Jesús Nácher.
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