Recientemente tuve la ocasión de asistir a la conferencia que con el título “En busca de la democracia tras los muros del consenso” impartió nuestro compañero de Ampliando el Debate Carles Sirera en la Universidad de Barrio, en concreto el barrio de Lavapiés en Madrid. Dada su extraordinaria calidad e interés y su relación con temas que han constituido una fuente de preocupación constante para la asociación, como la democracia y la contraposición entre el saber de los expertos y la inteligencia colectiva, he decidido que debía ser compartido en este blog.
La
charla es transgresora, así que merece la pena resaltar que su
origen se encuentra en un artículo académico publicado en la
prestigiosa History of Human Sciences y que con el título Neglecting
the 19th century Democracy, the consensus trap and modernization
theory in Spain
explora una paradoja académica. Mientras los especialistas en la
historia del siglo XIX en España han desechado, basados en la
evidencia histórica, la narrativa del atraso secular de la sociedad
española, sociólogos, economistas e historiadores del siglo XX
siguen utilizando esa narrativa para explicar nuestra historia más
reciente, como la guerra civil, el régimen de Franco y la transición
hacia un gobierno representativo (deberíamos acostumbrarnos a
desechar el término democracia para nuestro tipo de gobierno).
Para
entender la realidad de la sociedad española actual primero hay que
saber que somos el fruto, al igual que el resto de sociedades
occidentales, de un proyecto de ingeniería social que surge tras la
II guerra mundial ¿Y quién decide las líneas maestras de este
proyecto? Evidentemente los expertos, que Carles define como
mandarines, basándose en el libro Mandarins
of the Future: Modernization Theory in Cold War America.
Los mandarines lo que hacen es mandar y son académicos que utilizan
el poder, político, económico o mediático, para escalar en su
carrera y silenciar otras voces. Quién siga el camino trillado
ascenderá en su carrera y el que se salga del redil será castigado,
de esta forma se logra un “consenso científico” que el resto de
académicos acatará si quiere vivir cómodamente de su trabajo, y
que la sociedad acatará dado que emana de profesionales con un
conocimiento muy superior al del pueblo. Poco importa que, como
ya hemos discutido en el blog, Taleb nos advierta de los peligros
de glorificar a los expertos frente al conocimiento colectivo, o que
investigadores del prestigio de Mark Klein nos
expliquen que la inteligencia colectiva es superior a la individual,
y que mejora cuanta más gente participa. La autoridad de los
expertos sigue siendo una fuente de legitimidad para la toma de
decisiones muy golosa, que
puede ser manipulada por las élites a su antojo para socavar la
democracia.
Los
mandarines que conformaron nuestro presente tenían un diagnóstico
de nuestros males, y una teoría que explicaba cómo superarlos, la
teoría de la modernización. Nuestro pecado era que estábamos
atrasados, por eso la guerra asoló Europa, y la II república
fracasó. La solución a los problemas es modernizarse, y ello se
puede hacer, según el posicionamiento ideológico del mandarín de
turno, mediante el crecimiento económico o el crecimiento del
estado.
Las
consecuencias que se derivan de ello seguramente sean para usted una
melodía conocida: la guerra civil no es culpa de nadie y nadie debe
pagar por ello, el régimen de Franco fue un mal necesario, el
desarrollismo de esa época permitió la democracia, y el régimen
del 78 no es equiparable a la restauración canovista.
De
aquellos polvos estos lodos. Si de aquí venimos no debemos
extrañarnos del gobierno representativo o tecnocracia consensuada
que sufrimos ¿Para cuándo una auténtica democracia? Disfruten del
vídeo, merece la pena.
Democracia directa, fin de todas las instituciones políticas, esta es la única solución real.
ResponderEliminar"conocimiento colectivo", "la inteligencia colectiva es superior a la individual"
ResponderEliminarMe da la impresion de que estos memes tienen un peculiar sabor neoliberal.
El neoliberalismo ha logrado imponer a modo de un nuevo sentido comun que los mercados se autoregulan y que dejados a su aire toman decisiones mas sabias que las de los autocratas y los gobiernos, en particular mas sabias que las decisiones de los gobiernos democraticos que tienen que contentar y obedecer a las masas mamandurricas, confiscando las riquezas de los mas adaptados (ricos) para darselas a los menos adaptados (pobres).
Resulta pues que "las masas" no son inteligentes en las elecciones, solo son inteligentes en los mercados, cuando votan con la cartera, cuando solo rige la guia del estricto, pristino y ciego interes personal, pues el agregado de obtusos intereses se resuelve en inteligencia divina: vox populi, vox dei. Como si no existiera la publicidad y el mangoneo de la oferta, pues se oculta a la conciencia que los bancos deciden sobre todas las emprendedurias, decidiendo que conjunto de las mismas prospera o quiebra, segun se considere y predetermine que se va generar mejor probabilidad de retorno de la deuda. Aunque me temo que esta ultima descripcion atribuye demasiada inteligencia al poder, pues el poder tiende a estupidizar, dado que el poder se aisla de las consecuencias de sus decisiones y en vez de corregir insiste en las decisiones y apuestas, como el ludopata en el casino.
En definitiva ese corrupto neo-sentido-comun pretende que por los mercados pupulan las multitudes y su inteligencia inorganica funciona como un remedo de la sabia ecologia, cuando lo cierto es que no existen esas multitudes pululando por los mercados, no existen abuelitas que apuestan sus pensiones en Bolsa a traves de los fondos de inversion... etc