“No
creo que exista un solo vocablo en ninguna lengua que pueda describir lo que es
la vida, pero si tuviera que escoger uno, elegiría la palabra “paradoja”. Por
donde la miremos la vida es una paradoja.”
(Alonso
del Río)
Las
paradojas llevan a la verdad. Para ver lo que vale la realidad, hay que verla
bailar sobre la cuerda floja. Cuando las verdades se vuelven acróbatas, podemos
establecer un juicio sobre ellas.
(Oscar
Wilde)
El
escritor y profesor de Ciencia Política, Carlos Taibo, muy a menudo en sus
charlas, cuenta la siguiente historia que muchos ya alguna vez hemos oído y que
encierra una paradójica verdad sobre nuestra vida moderna:
“En una de sus muchas versiones, la parábola del pescador dice lo que sigue:
En un pueblo de la costa mexicana, un paisano se encuentra medio adormilado junto al mar. Un turista norteamericano se le acerca, entablan conversación y en un momento determinado el forastero pregunta: ‘Y usted, ¿en qué trabaja? ¿A qué se dedica?’. ‘Soy pescador’, responde el mexicano. ‘Caramba, un trabajo muy duro’, replica el turista, quien agrega: ‘Supongo que trabajará usted muchas horas cada día, ¿verdad?’. ‘Bastantes, sí’, responde su interlocutor. ‘¿Cuántas horas trabaja como media cada jornada?’. Bueno, yo le dedico a la pesca un par de horitas o tres cada día’, replica el interpelado. ‘¿Dos horas? ¿Y qué hace usted con el resto de su tiempo?’. ‘Bien. Me levanto tarde, pesco un par de horas, juego un rato con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y, al atardecer, salgo con los amigos a beber unas cervezas y a tocar la guitarra’. ‘Pero ¿cómo es usted así?’, reacciona airado el turista norteamericano. ‘¿Qué quiere decir? No entiendo su pregunta’. ‘Que por qué no trabaja más. Si lo hiciese, en un par de años tendría un barco más grande’. ‘¿Y para qué?’. ‘Más adelante podría instalar una factoría aquí en el pueblo’. ‘¿Y para qué?’. ‘Con el paso del tiempo montaría una oficina en el distrito federal’. ‘¿Y para qué?’. ‘Años después abriría delegaciones en Estados Unidos y en Europa’. ‘¿Y para qué?’. ‘Las acciones de su empresa, en fin, cotizarían en bolsa y sería usted un hombre inmensamente rico’. ‘¿Y todo eso, para qué?’, inquiere el mexicano. ‘Bueno’, responde el turista, ‘cuando tenga usted, qué sé yo, 65 o 70 años podrá retirarse tranquilamente y venir a vivir aquí a este pueblo, para levantarse tarde, pescar un par de horas, jugar un rato con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y salir al atardecer con los amigos a beber unas cervezas y a tocar la guitarra’.”
(Contraportada del libro: La parábola del pescador mexicano: sobre trabajo, necesidades, decrecimiento y felicidad)
Miremos
por donde miremos la vida es una paradoja, pero si nuestra mirada va más allá
de la superficie, la paradoja nos puede ofrecer ciertos destellos de verdad, de
realidad, de sentido. Ahí nos encontraremos con su definición etimológica, del
prefijo griego “para” (contrario a) y del sufijo “doxa” (opinión), con lo que
viene a enseñarnos que las ideas que encierra son contrarias a la opinión
común. Eso sí, una opinión común muy dependiente del contexto espacio-temporal
donde surgen esas paradojas. Y en este tiempo, siglo XXI, y espacio, planeta Tierra, ya estamos experimentando lo que el paradójico proverbio chino nos
decía: ‘Que vivas tiempos interesantes’, es decir, tiempos de cambio donde la
estabilidad no es la regla sino la excepción. Es entonces cuando surgen grandes
contradicciones entro lo viejo que puede estar perdiendo relevancia y lo nuevo
que empieza a emerger. Como bien nos decía Oscar Wilde, empezamos a bailar
sobre la cuerda floja y en esos momentos de atención, si la vida nos importa,
podemos descubrir lo importante de la vida.
En
estos ‘tiempos tan interesantes’, de crisis personales, crisis sociales y
crisis medioambientales ha surgido un nuevo vocablo, la ‘post-verdad’. En cierto
sentido, esa palabra apela a lo que siempre hemos llamado mentira, engaño o mala
fe en nuestra convivialidad ética como seres humanos, bien sean estos familias
o comunidades. Una comunidad que, desde una perspectiva más amplia, en estos
tiempos globales, alcanzaría a la población entera del Planeta. Y lo que esa
mentira o mala fe proyecta, se dirige especialmente a las tres partes conjuntadas
de nuestro cerebro, es decir, la parte más primitiva que nos lleva hacia el
instinto, la parte límbica en contacto con las emociones y sentimientos, y, la
parte del neocórtex que nos trae temas más racionales o lógicos. Lo que se
puede observar, en sentido antropológico, es que esas mentiras están sacando de
nuestro cerebro y de nosotros mismos, paradójicamente, una especie de malvivir
compuesto de miedos infundados, deseos irrealizables y razones ilógicas. Y como
dice el dicho, ‘A río revuelto, ganancia de pescadores’. Y no es precisamente
la del tranquilo pescador que describe Carlos Taibo sino la de eso otro ‘pescador’
extraño que quiere pescar con sus ingenuas o maquiavélicas ideas, si estas
llevan la semilla de la mala fe, nuestra paz mental de aquello que pueda
significarnos bienvivir.
Esta
introducción contextual de este artículo sobre las paradojas que vivimos y
sobre qué podemos aprender a través de sus destellos dará parte al texto
central donde se intentará responder, a través de sus tres secciones, a las
preguntas ‘¿por qué?, ¿qué? ¿cómo?’.
1) ¿Por
qué las paradojas? Una pequeña introducción que nos dará una pincelada para
entender mejor este mundo de las paradojas donde la vida es el complemento de
la muerte, el bienvivir del malvivir…
2) ¿Qué
paradojas estamos viviendo? A través de diferentes ámbitos de nuestra sociedad
moderna como la salud, la alimentación, la economía, el trabajo… enunciaremos
diferentes situaciones paradójicas para que el lector, por sí mismo, pueda
profundizar en ese contexto y experimentar ciertos destellos de verdad,
sentido, realidad...
3) ¿Cómo podría encontrarse una solución a las paradojas? Quizás no hay solución o quizás haya múltiples soluciones, pero desde un sentido pragmático y ético podremos vislumbrar en que puntos, a modo de efecto palanca, podríamos enfocarnos para inspirarnos de sus misterios y continuar nuestro camino hacia el bienvivir.
1) Un instante eterno
Dan
Millman: ¿La vida sólo tiene 3 reglas?
Sócrates:
Y tú ya las conoces…
Dan
Millman: Paradoja, humor y cambio.
Sócrates:
Paradoja…
Dan
Millman: La vida es un misterio. No pierdas tiempo tratando de entenderla.
Sócrates:
Humor…
Dan
Millman: Mantén tu sentido del humor, especialmente acerca de ti mismo. Es una
fortaleza más allá de toda medida.
Sócrates:
Cambio…
Dan Millman:
Aprende que nada permanece inmutable.
Uno de
los grandes físicos del siglo XX, el premio Nobel Niels Bohr, realizó allá por
1937 un viaje a China. Es muy probable que de aquel viaje provenga lo que
ocurrió diez años más tarde cuando recibió un título, el de caballero de la
orden del elefante. La cuestión, que va más allá de lo anecdótico del título,
es que parece ser que el rey danés solicitó a Bohr alguna idea para el diseño
del escudo de armas de esa orden. Bohr propuso que en el centro se insertara el
símbolo taoísta del yin y del yang junto con la frase o máxima, ‘Contraria sunt
Complementa’, (los opuestos son complementarios). Y esa es una de las esencias
paradójicas del bienvivir, no puede existir este sin su contrario, ‘el malvivir’,
es decir, son complementarios. Tan complementarios como podrían ser dos de las
novelas distópicas extremas más famosas del siglo pasado, por un lado “Un mundo
feliz” de Aldous Huxley, y por otro “1984” de George Orwell. Entre medio, ese
juego infinito de matices que cada habitante de este planeta experimenta a lo
largo de su vida. Sin embargo, en ese juego de la cuerda floja parece que en
este momento nos estamos inclinando con más peso hacia ese malvivir de crisis
personales, sociales y medioambientales. Tomando el principio de
complementariedad de Bohr, cuanto más visible es uno de ellos, este malvivir,
más se nos esfuma el otro, aquel bienvivir. Es hora ya de dejar de ver el
precipicio y reequilibrarse para no caer en el fondo del abismo. Por eso nos
llegan las paradojas, porque estas, como vehículos educativos y éticos, son como
esas señales de stop que nos avisan de que hay que pararse y después poner la
mayor atención posible a las distintas direcciones que su mensaje encierra y
con ello evitar una desgracia en nuestro camino.
Fuente: Wikipedia (GJo) Escudo de armas de Niels Bohr con el lema "Contraria sunt Complementa" y collar de la orden danesa del elefante.
Por otra
parte, ese símbolo del yin y el yang que Bohr colocó en el escudo nos lleva al
taoísmo y a ese libro clásico entre los clásicos, el Tao te King, tan lleno de
aforismos paradójicos y enigmas sobre la vida. Es el libro de cabecera de
muchísimas personas de todo el mundo y hoy, más de 2500 años, a través del
tiempo sigue mandándonos destellos paradójicos de la Naturaleza, la vida, los
humanos y las relaciones entre todos ellos. Personalmente, si tuviera que
elegir entre posibles libros del bienvivir, sin ninguna duda, elegiría el libro
de Lao Tse. Sus 81 capítulos, aquí disponibles para explorar por uno mismo, nos
acercan con cierta perspicacia paradójica a la esencia de la vida donde el
cambio es la regla máxima.
2) La
falsa realidad
“Ve a
la escuela, estudia, consigue un empleo, trabaja, paga impuestos, cásate, ten
hijos, hipotécate, mira la tele, sigue la moda, pide préstamos, actúa con
normalidad, compra muchas cosas, camina por la acera, escoge entre ese producto
o este otro, ahorra para cuando seas viejo, obedeces la ley y sobre todo no
cuestiones jamás lo que te han dicho que tienes que hacer… y ahora repite
conmigo…¡soy libre!.”
(George
Carlin)
Cada
persona vive a través de un sistema de valores donde actúa y crea su propia
realidad. A través de sus diferentes roles en la vida, en el trabajo, las
amistades, como miembro de una familia, etc. Trata de preservar ese sistema sin
que las diferentes incongruencias que se suelen dar le desborden. Cuando estas
surgen en gran número y la discrepancia no puede ser obviada surgen esas crisis
u oportunidades de cambiar. Una realidad diferente aparece a los ojos de esa
persona y otros valores van sustituyendo a los anteriores como adaptación a esa
reciente existencia. Lo anterior suele ser el caso más obvio y general, sin
embargo, existen casos donde la opción de cambio no es tomada en cuenta y ese
enquistamiento entre realidad y valores crea un malvivir. Ese malvivir y
enfermedad en sus casos más extremos y tristes pueden llevar a las personas a
dejarse caer de la cuerda floja, lo que conlleva a un ‘mal-morir’ o, quizá, un ‘bien-morir’
(descansando en paz) dependiendo del punto de vista que tomemos.
En la
propuesta construccionista de “bienvivir” que propongo a través de diez nodos interrelacionados sistemáticamente, también hay una interdependencia a través
de los diferentes valores que la habitan. De una forma más simple, porque
existen muchos más matices y daría para más de un libro, me atendré a una
cierta complementariedad bienvivir-malvivir. El siguiente lema que propongo a
través de la definición consciente de 'bienestar responsable': “personas
realizadas en una convivencia sana de la sociedad dentro de la existencia de un
planeta que se va regenerando”, podría equivales a un bienvivir ideal. Lo
complementario, en su caso más extremo, podría ser un 'malvivir funesto', “personas
en crisis en una sociedad enferma dentro de un planeta que se consume
rápidamente.” Como nos decía Jorge Wagensberg:
“Hay infinitas maneras de no estar en equilibrio, pero sólo una de estarlo.”
por lo
que quizás el bienvivir llegue a ser inalcanzable y en ese malvivir existen
muchos grados y matices de estar desequilibrados. Aquí nos encontramos con una
amplia diversidad de contextos tanto personales y sociales como territoriales o
temporales. Desde una perspectiva planetaria, englobando todas las sociedades y
sus individuos, los desequilibrios extremos a los que nos estamos dirigiendo se
encaminan a un malvivir funesto. Un malvivir en los que unos influimos más que
otros. Sin embargo, el resultado puede afectar a todos, la especie humana podría desaparecer en poco tiempo. Esto no quiere decir que el marco donde
estamos integrados, la vida, desaparezca. Quizás otras formas de vida
(bacterias, cucarachas…) puedan adaptarse a las condiciones en las que dejemos
el planeta para que la vida continúe sin nosotros.
A
continuación, a través de paradojas, aforismos paradójicos, antítesis o
algún oxímoron estructurados a través de 8 de los 10 nodos del bienvivir /
malvivir, los lectores y lectoras pueden hacer un ejercicio de “pensamiento
paradójico” sobre la realidad que vive o vivimos en su conjunto. Quizás en esa
introspección personal podamos sacar algún destello de sentido, realidad o
cierta verdad como la que nos mencionan, paradójicamente, Krishnamurti y Ursula
K. Le Guin con sus respectivas perspectivas.
“Estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma no es una buena forma de medir la salud.” (Jiddu Krishnamurti)
Medio Ambiente
<> “Sólo
cuando el último árbol haya sido cortado, sólo cuando el último río haya sido
secado, sólo cuando el último animal haya sido cazado, sólo cuando el último
monte haya sido destrozado, nos daremos cuenta de que el dinero no se puede
comer."
(Proverbio
indígena)
<> La contaminación mata más que las guerras. Uno de cada seis fallecimientos en el
2015 en el mundo se produjo por la exposición a sustancias tóxicas o
cancerígenas que están en la atmosfera, el suelo o el aire. Mueren cada año
unos nueve millones de personas.
<> La 'isla' de plasticos del Pacífico equivale ya a Francia, España y Alemania juntas. Para el año 2050 puede haber más plásticos que peces.
<> La 'isla' de plasticos del Pacífico equivale ya a Francia, España y Alemania juntas. Para el año 2050 puede haber más plásticos que peces.
<> “Si la
Naturaleza es la respuesta. ¿Cuál es la pregunta?”
(Jorge
Wagensberg)
Alimentación
<> La
paradoja entre morir de hambre o de obesidad. 821 millones de personas sufren de hambre y 672 millones de adultos son obesos.
<> “Que
la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina.”
(Hipócrates)
<> Las cifras del desperdicio de comida. Un 20% de la carne de vaca, un 35% del pescado y un 45% de las frutas que producimos al año se pierden.
<> Las cifras del desperdicio de comida. Un 20% de la carne de vaca, un 35% del pescado y un 45% de las frutas que producimos al año se pierden.
<> Se
necesitan 15415 litros de agua para producir un kg de carne de vaca, 1644
litros para un kg de cereales y 322 litros para un kg de vegetales. Es decir,
10,19 litros para obtener una caloría de carne de vaca, 0,51 litros para una
caloría de cereales y 1,34 libros para una de vegetales. Por otra parte, un estudio dirigido por la NASA cita que muchas de las fuentes de agua dulce del
mundo están siendo drenadas más rápido de lo que se están reponiendo. Algunas
hipótesis sugieren que la mayor escasez de agua en todo el mundo dará lugar a
guerras. ¿Nos estaremos marcando un triple (funesto) con nuestro comportamiento?
Economía
<> Paradoja de Estearlin: Los países que tienen habitantes con mayores niveles de ingresos
no son los más felices. Y los países con menores niveles de ingresos no son los
más infelices.
<> “La
economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la
economía.”
(Manfred
Max-Neef, el mundo en rumbo de colisión)
<> Paradoja de Jevons. Un incremento en la eficiencia conlleva un mayor incremento en la
demanda.
<> Ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad.
<> Ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad.
<> “Tenemos
una economía que necesita crecer, nos haga prosperar o no. Necesitamos una
economía que nos haga prosperar, crezca o no.”
(Kate
Raworth en Economía Rosquilla)
Comunidad
<> “La simbiosis es un buen negocio; el parasitismo mata.”
(Jorge Wagensberg)
(Jorge Wagensberg)
<> “Es la sensación de contacto, en cualquier ciudad por la que camines,
¿comprendes?, pasas muy cerca de la gente y ésta tropieza contigo. En los
Ángeles nadie te toca. Estamos siempre tras este metal y cristal y añoramos
tanto este contacto que chocamos contra otros sólo para poder sentir algo.”
(De la película “Crash”)
<> Ensayo en Areté, Revista de Filosofía: “De la crisis de la comunidad, a la comunidad de la crisis. Algunas paradojas de estar en común.” La paradoja
central que resume tales contrasentidos es la que afirma que la comunidad es
realizable solo en la medida en que no lo es.
<> Ciudadanía Glocal: Pensar globalmente, actuar localmente.
<> Cuanto más conectados, más aislados podemos estar. Las personas que
pasan más de dos horas en las redes sociales tienen más riesgo de sufrir
aislamiento social. Por otra parte, la soledad puede llegar a ser más peligrosa que la obesidad.
Familia
<> “No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e
hijos.”
<> “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia
infeliz lo es a su manera.”
(Leon Tolstoi)
<> “Familia: como las ramas de un árbol, crecemos en direcciones diferentes
pero las raíces siguen siendo las mismas.”
(Autor desconocido)
Trabajo
<> De sociedades como la japonesa donde el trabajo puede matar (karoshi, más de 100 horas extras al mes) a una sociedad primitiva como la de los Dobe
que trabaja unas 15 horas a la semana y donde el ocio es vida.
<> "El mayor desincentivo al empleo es el propio empleo."
(David Casassas)
<> "El mayor desincentivo al empleo es el propio empleo."
(David Casassas)
<> De un trabajo sin sentido a un sentir en el trabajo.
<> “La paradoja del trabajo: Muchas personas odian su trabajo, pero se
considerarían mucho más desgraciadas si no lo tuviesen.”
(Enrique Dans)
(Enrique Dans)
Salud
<> Salveen Richter de Golman Sach se plantea si curar a los enfermos es un
negocio sostenible. El ruinoso negocio de curar a los pacientes.
<> “El dolor es a la salud, lo que el hambre a la nutrición, la sed a la
bebida, la libido a la reproducción, el miedo a la seguridad o la curiosidad al
conocimiento.”
(Jorge Wagensberg)
<> La mala atención sanitaria mata más que la falta de ella. La atención médica deficiente mata al año a cinco millones de personas, y la falta de ella a 3,6 millones.
<> La mala atención sanitaria mata más que la falta de ella. La atención médica deficiente mata al año a cinco millones de personas, y la falta de ella a 3,6 millones.
Desarrollo Personal
<> “Solo tú puedes asumir la responsabilidad de tu felicidad… pero no
puedes hacerlo solo. Es la gran paradoja de ser humano.”
(Simon Sinek)
<> “Cambiar la respuesta es evolución, cambiar de pregunta es revolución.
(Jorge Wagensberg)
<> “La esperanza es paradójica. Tener esperanza significa estar listo en
todo momento para lo que todavía no nace, pero sin llegar a desesperarse si el
nacimiento no ocurre en el lapso de nuestra vida.”
(Erich Fromm)
<> “El conocimiento científico es el resultado entre dos conversaciones: la
experiencia (conversación con la naturaleza) y la reflexión (conversación con
uno mismo):
(Jorge Wagensberg)
10 nodos del bienvivir
(Jorge Wagensberg)
10 nodos del bienvivir
Respecto a una posible solución de las paradojas, primeramente, habría
que ver si son paradoja, aforismos, antítesis o simplemente un juego de
palabras opuestas. Si son paradojas, habría que ver de qué tipo son y muchas de
ellas podrían encajar en esta resolución:
“…en la forma de un ‘salto hacia afuera’, de un ‘salir fuera del sistema’. La paradoja no se soluciona determinando si la expresión “esta frase es falsa” es verdadera o falsa, pues la paradoja consiste precisamente en la imposibilidad para hacerlo, sino en entender que se produce por una autorreferencia; algo que sólo podemos hacer gracias a la estructura autorreferente de nuestra mente (la autoconciencia)”
Las matemáticas y el lenguaje como sistemas que juegan con las paradojas
se encierran en ellos mismos. Gödel y su teorema de incompletitud para la
lógica y nosotros comunicándonos con el lenguaje. ¡Ay si pudiéramos
comunicarnos sin intermediación!, una especie de telepatía integral donde no
hubiera distancias o intermediarios en los que se pierde información. Sería volver a ese 0 ó 1
que menciona el Tao.
3) El filósofo ignorante
“La paradoja de la educación es precisamente esta – cuando se comienza a
tener conciencia uno comienza a analizar la sociedad en la que está siendo
educado.”
(James A. Baldwin)
En el anterior epígrafe he obviado dos de los nodos, educación y ética
que me parecen más transversales, además de que en un sentido pragmático
pudieran ser los principales puntos de apoyo para una modesta utopía. Y en esos
nodos, quizás, radica el cómo resolver las paradojas, esas contradicciones que
vivimos en esta sociedad.
En cualquier lugar en el que hayamos llegado a este mundo, nuestra
familia y nuestra sociedad nos guía o nos conduce como etimológicamente
significa “educación”. Nos vemos sumergidos en su cultura, sus códigos y en
ellos vivimos o morimos, a veces sin cuestionarnos y a veces con la aparición
de cuestionamientos. En este último caso, podemos poner en duda algunos de sus
códigos, normas o axiomas principales, en ese caso, como menciona Baldwin,
hemos llegado a cierta cumbre en lo que significa educación. Así esa cima
educativa alcanzada con nosotros ahora como guías, paradójicamente, puede
cambiar la educación en la que fuimos educados.
Manfred Max Neef es conocido por su cuestionamiento a la economía en la
que estamos sumergidos, ya que esta debería servir a las personas y no las
personas a ella. Sin embargo, es un poco menos conocido por su cuestionamiento
a la educación. Si sus escritos más conocido van en la dirección de la economía
y las necesidades humanas, en 2004 escribió un interesantísimo texto sobre educación.
Su título, “Los cimientos de la transdisciplinariedad”, fue posteriormente parte
de un capítulo de este libro que se puede descargar gratuitamente: “Ciencias,diálogo de saberes y transdisciplinariedad: Aportes teórico-metodológicos parala sustentabilidad alimentaria y el desarrollo”. En él hace una revisión de la
educación desde el pasado hasta nuestros días. La crítica principal viene dada
por la mono-disciplinariedad que se da desde la educación en las universidades
y que se extiende de arriba abajo a todo el sistema educativo de enseñanza
general. Por otra parte, también menciona el ‘malvivir’ en el que vivimos y
como esa mono-disciplinariedad no puede ayudarnos:
“Si revisamos una lista de algunas de las principales problemáticas que definen el nuevo siglo – como el agua, las migraciones, el neoimperialismo, la destrucción de tejido social- debemos concluir que ninguna de éstas puede ser encaradas adecuadamente desde la esfera de disciplinas individuales específicas. Ellas claramente representan desafíos transdisciplinares.”
Como persona consciente, a parte de la crítica también propone posibles
soluciones, bien sean estas acertadas o equivocadas. Después de aclararnos los
términos de multidisciplinariedad, interdisciplinariedad llega al término de
transdisciplinariedad. En el gráfico siguiente, toma varias disciplinas y las
jerarquiza en base a cuatro niveles por lo que la transdisciplinariedad es la
coordinación de todos esos niveles jerárquicos. Resumiendo, su propuesta:
De abajo a arriba.
Primer Nivel (Empírico): Lo que existe.
Segundo Nivel (Pragmático): ¿Qué somos capaces de hacer? Ej.: tender
puentes, viajar a Marte o navegar en alta mar. Este nivel no dice si nuestras
capacidades deberían implementarse. El peligro pudiera ser, hacerlas porque
sabemos cómo hacerlas. Lenguaje organizador: la cibernética.
Tercer Nivel (Normativo): ¿Es esto lo que deseamos hacer? Ej.: en las
sociedades democráticas, las preguntas se someten a votación. Lenguaje organizador:
la planificación.
Cuarto Nivel (Valores), textualmente: “pregunta y responde: “¿Qué deberíamos
hacer?” o, mejor aún, “¿Cómo deberíamos hacer lo que deseamos hacer?”. Este
nivel va más allá del presente y de lo inmediato. Apunta a generaciones que aún
vendrán, hacia el planeta como un todo y a una economía “como si la gente fuera
lo más importantes”. Al hacer explícita la preocupación global para la especie
humana y la vida en general, el lenguaje organizador, como sugiere Schultz,
debería ser una suerte de ecología profunda.”
En esa cúspide de cuarto nivel dónde se encuentra la ética presidiendo,
como filósofo ignorante me atreví a proponer un modelo normativo donde una
ética consciente y global se relacionase con la regeneración del planeta, con
la convivencia de las diferentes sociedades que lo pueblan y con la realización
personal de cada uno de los individuos de esas sociedades.
Como indicaba Max Neef en el texto anterior, la compartimentación de las
disciplinas ha llegado a tal nivel que ya en 1950 un libro listaba más de 1100
disciplinas científicas conocidas sin incluir las humanidades. La ética no iba
a ser menos en esta sociedad y también posee multitud de perspectivas. Desde
esa gran división entre las éticas deontológicas y teleológicas con sus
diferentes prioridades en los marcos, lo moralmente recto y lo moralmente bueno
respectivamente, hasta otro modelo que buscaba una ética integral. Este último
se basaba en que proponía la inclusión de tres dimensiones básicas: los bienes
(p. ej. Utilitarismo), las virtudes (p. ej. Estoicismo, Aristóteles) y las
normas (p.ej. Kant). Ninguna de las éticas alcanzaba las tres dimensiones.
Fuente: Elaboración propia a partir de Fontrodona, Guillén y Rodriguez (2010) "La ética de la empresa en la encrucijada"
Fuente: Elaboración propia a partir de Fontrodona, Guillén y Rodriguez (2010) "La ética de la empresa en la encrucijada"
De un modo pragmático, en ese “mercado de éticas” que me encontré, elegí
cuatro de ellas como éticas complementarias que a mi parecer integraban una
ética global enfocada tanto en la Naturaleza, la sociedad y el individuo como en el bien, las normas y las virtudes.
Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia
Así la ética Medioambiental cuidaba de nuestra existencia, la ética de la Solidaridad (compuesta por la ética de la Justicia y la ética del Cuidado) de nuestra convivencia y la ética de las Virtudes de la realización personal. Por último, una cuarta, enmarcada en el cuadrante colectivo interno, parte cultural de la realidad, sería la ética dialógica (dia = a través) la que mediaría entre las tres anteriores. Y en esa ética dialógica radica ese punto de palanca que a mi parecer podría ser más efectivo para el cambio. El diálogo, las conversaciones, los debates, las relaciones, la comunicación e incluso la democracia en sus tres fases (representativa, participativa y sociocracia) forman parte de ese acervo cultural y social humano a través del cual la ética dialógica con sus normas y virtudes puede ser el instrumento de búsqueda consciente del bien. Una ética dialógica que fuera la base de nuestra educación, nuestra cultura y donde ‘Sí’ puede haber diferencias debido a nuestras individualidades y nuestra rica diversidad, pero donde la mentira, la mala fe o la ‘post-verdad’ no tuvieran cabida.
* Modelo Normativo y los 10 nodos del bienvivir
En cuanto a Lao Tse y su libro el Tao Te King, la respuesta que nos da
sobre ¿cómo? es el ‘Wu Wei’, normalmente traducido como “no acción”, pero que, más o menos, quiere indicar una actuación ante la realidad sin forzarla. Quizás
en este viaje del juego de la vida o la vida humana que tenemos en juego, “Menos es Max”, pero esta paradoja será otro viaje, otra historia…
Una última reflexión inconsciente o Epílogo introductorio
Las contradicciones paradójicas, como el oxímoron de este título, ofrecen si se profundiza en ello, algunos destellos de verdad. Se pueden derrumbar marcos. A veces, lo que nos parece lineal, desde una perspectiva más distante, puede ser un círculo donde no sabemos hallar ni el principio ni el final. En este texto lleno de figuras, tales como círculos, rectángulos y cuadrados no podía faltar el triángulo. Del dicho no hay dos sin tres o del inglés ‘all good things come in threes’ (todas las cosas buenas vienen en tres) este artículo quiere ser el cierre sinérgico o apertura triangular de dos pares de textos huérfanos que se quedaron sin un tercer compañero.
Por una parte, los textos escritos en autonomía y bienvivir de dos mujeres extraordinarias, Naomi Klein y Kate Raworth se ven complementadas con
una tercera, Ursula K. Le Guin que en este año 2018 nos abandonó, pero cuya
obra extraordinaria sigue hablándonos. Por cuestiones paradójicas de género,
también he querido rendir un homenaje póstumo a Jorge Wagensberg que también
nos dejó en este 2018. Era un científico que hacía ciencia con consciencia.
Reunión en su vida muchísimos aforismos, muchos de ellos paradójicos que
reflejó en su libro “Si la naturaleza en la pregunta”, ¿Cuál es la respuesta?”
y que aquí ampliamente he mencionado.
Volviendo a esas mujeres extraordinarias, si con Naomi Klein explorábamos el “pensamiento crítico” y con Kate Raworth el “pensamiento sistémico”, con las citas de Ursula K. Le Guin exploramos el “pensamiento
paradójico” tan necesario para sacar de nosotros cierta creatividad, innovación
o cambios para vivir o hallar el camino o curso del “Bienvivir”. Un pensamiento paradójico que ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas a lo largo de la historia y que podría mejorar también
nuestra sociedad global.
Esta relación entre esas tres clases de pensamientos me parece básica y fundamental en
cualquier sistema educativo. Educación crítica para no dejarnos llevar por la
corriente, educación sistémica para centrarnos en las relaciones y educación
paradójica para hacer volar nuestra imaginación, nuestra creatividad e ir
solventando los diferentes problemas que encontraremos en nuestro camino.
Por otra parte, los textos también escritos en este blog sobre las narrativas que vivimos y las metáforas y marcos que habitamos se complementan
con este de las paradojas que nos encontramos. Si parafraseando al expresidente
de EE. UU., Clinton, “Es la economía, estúpidos” o al expresidente del FMI,
Rodrigo Rato, “Eso es el mercado, amigo”, podría decir “Es la lingüística, el
lenguaje, amigos”. En este mundo de post-verdad, el lenguaje es una herramienta
de doble filo. Ahí radica quizás, una gran paradoja del lenguaje. Como especie,
Homo Sapiens, hemos llegado en cierto tiempo a un cierto dominio y expansión en
la Tierra a costa de otras especies, mayormente en los últimos años, por ejemplo, desde los años 70 han desaparecido el 60% de los vertebrados. En todo ese avance ha tenido mucha
importancia las narrativas que nos hemos ido contando y las metáforas y marcos
en los que nos hemos enfocado para llegar a este ‘progreso’ evolutivo. Justo en
estos momentos, el camino, acaso equivocado, parece finalizar en un abismo, un
precipicio. Aparecen muchas paradojas sobre nuestro destino. El lenguaje que en
términos evolutivos nos dio ciertas ventajas comunicativas respecto a otras
especies, ahora se vuelve contra nuestra misma especie. Es un doble juego que Jorge Wagensberg nos contaba a su manera:
"Las mentiras se construyen, las verdades se descubren."
Esos triángulos pudieran ofrecernos ciertas herramientas para descubrir la verdad. Así, el pensamiento crítico debería ser utilizado para
cuestionar nuestras narrativas, el pensamiento sistémico para objetar las
metáforas o los marcos tan reducidos que hemos escogido y el pensamiento
paradójico para pararnos y hallar nuevas ideas, valores ante esas múltiples
paradojas que encontramos.
Finalmente, llegamos a la paradoja del “bienvivir” que daba nombre a este
texto. El bienvivir es una utopía que es ayudada a alcanzarse por las señales
del malvivir. Esos infinitos desequilibrios que nos avisan de la salida de
nuestro camino, la vida. Sin embargo, las señales de nuestro malvivir en esta época son más
sonoras. No podemos hacer oídos sordos. Quizás es hora de cambiar de dirección y no avanzar hacia el vacío.
Volver sobre nuestros pasos y recordar las lecciones educativas y éticas que
nos enseñaron nuestros descendientes y que por la velocidad que hemos alcanzado
en estos últimos siglos hemos olvidado. El tiempo, también paradójico, en su
forma lineal y circular, nos ofrece este presente donde vivimos para unir
aquellos descendientes con nuestros, ojalá, futuros ascendientes.
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